Escenario

Astrid Rondero y Fernanda Valadez reflexionan sobre la pérdida de la inocencia en un entorno de violencia con ‘Sujo’

ENTREVISTA. Las cineastas cierran un ciclo que conecta con Sin señas particulares con el cual ganaron en Sundance el Gran Premio del Jurado en la categoría Película Dramática

Lucía Carrillo y Carla Gutiérrez, directoras de la película "La Casa de Bernarda Alba", posan con el premio a Mejor Dirección en el Festival de Sundance 2023.
Las cineastas Astrid Rondero y Fernanda Valadez. Las cineastas Astrid Rondero y Fernanda Valadez. (CORTESIA)

Las cineastas Astrid Rondero y Fernanda Valadez, el dúo detrás de una de las mejores cintas mexicanas de los últimos años, Sin señas particulares, está de vuelta con otro triunfo en el Festival de Sundance pues Sujo, su más reciente cinta, ganó el Gran Premio del Jurado en la categoría Película Dramática. Crónica Escenario charló con ellas acerca de este filme, su éxito en este certamen y la importancia que tiene el mismo para el cine mexicano y sus historias recientes.

“Estamos muy emocionadas, porque sabíamos, ya que nos volvieron a elegir, para participar en Sundance, que era muy difícil y, de hecho, es poco común que vuelva uno a presentar una película ya en competencia. Pero ya que nos seleccionaron, honestamente sentimos que nuestras probabilidades de poder ganar cualquier cosa sentíamos eran mínimas”, comentó Rondero.

“Y el que hayamos conseguido este premio, que es el más importante de la sección, para nosotras es muy, muy emotivo pues la empezamos a escribir antes de que tuviera tanta fortuna Sin señas particulares. Así que es como el cierre de un ciclo muy lindo”, añadió acerca del triunfo reciente.

Sujo se centra en la historia de un joven que, por azares del destino, se ve involucrado en el mundo del narco y la violencia que éste conlleva pero a partir de un coming of age que brinda una refrescante mirada desde la inocencia. Al respecto, Valadez expresó:

“Buscábamos preguntarnos qué condiciones necesitaría un joven o un niño que nace en un contexto muy adverso para poder enfrentar lo que parece un destino inevitable. Entonces, en ese sentido, es una película que trata del proceso de crecer y que busca tener una mirada empática con los jóvenes y con los niños de las comunidades donde las alternativas parecen muy limitadas”, dijo.

La narrativa del filme se estructura en capítulos donde se muestra la vida de Sujo como la de su padre, “El Ocho”, misma que las cineastas eligieron por motivos interesantes. “Queríamos que al final de la película sintieran que pudimos compartirles esos trozos o pedazos que hicieron a este niño lo que es. Y en nuestras vidas, las de todos nosotros, siempre hay gente trascendental en algún periodo que nos marca. Buscamos contar la historia de este niño convirtiéndose en un hombre joven a través de ese amor”, mencionó Astrid.

“Pero por otro lado, también se nos hacía importante separarlo en capítulos porque nos sentimos muy inspiradas por las novelas de crecimiento. Decía Fernanda que hay algo en las novelas sobre huérfanos a lo largo de la historia que nos permiten acceder a las tragedias históricas de una forma muy esperanzadora. Y de esas novelas de crecimiento viene la cuestión del coming of age. Se nos hacía un formato interesante que sentíamos natural para poder contar esta historia”, complementó la también guionista.

“Esta estructura además nos permitía también abordar las distintas partes con un estilo propio, que se vinculara con la totalidad de la historia, pero dándonos la libertad de contar cada episodio con una atmósfera peculiar. Y, bueno, justo en el comienzo lo que planteamos es esta situación donde un joven que ha caído en la criminalidad y se ha convertido en un sicario, es también al mismo tiempo un padre que ama a su hijo de cuatro años. Procuramos darnos esa libertad de poder abordar cada parte con una personalidad propia y eso nos hizo sentir muy entusiasmadas como directoras para plantearla como las caras de un prisma de un sujeto más complejo que es Sujo”, explicó a su vez Valadez.

Otro elemento que suele destacar en las historias de Valadez y Rondero es, sin duda, la fotografía. “Es una de las cosas que nos entusiasman mucho a ambas desde el lado puramente cinematográfico de la imagen. Es un aspecto que procuramos conversar desde el guión”, apuntó Fernanda.

“Y creo que en esta película en particular, donde hacemos por primera vez una codirección fue una conversación constante desde los tratamientos del texto. Luego, llevarlo con Ximena Mann, que es una fotógrafa increíblemente talentosa con la que ahora volvemos a colaborar. Esta es una de las cosas más apasionantes del cine, que la autoralidad es compartida, no es una sola persona”, continuó.

“En este caso, es una historia que viene de Astrid, que me invita a mí a codirigir, que acabamos escribiendo, codirigiendo y produciendo, pero que en realidad tiene muchos otros autores. Y el trabajo de Ximena es muy notable por lo que es algo muy afortunado que Sundance pone particularmente foco a los y las fotógrafas, esperamos que también esto para ella sea muy positivo”, complementó.

No cabe duda que el Festival de Sundance se ha convertido últimamente en uno de los fuertes para el cine mexicano, no sólo por el éxito de ellas, sino por obras como En el hoyo (Rulfo, 2006), Tiempo compartido (Hoffman, 2018) o Te llevo conmigo (Ewing, 2020), que han obtenido reconocimiento a partir de sus triunfos ahí.

“Es un tema muy importante. Sundance tiene esa habilidad de ser un lugar donde uno realmente puede mostrar el talento que hay en el país. Son pocos los festivales que la tienen a ese nivel. A mí, me emociona mucho que toda la estructura gira muy en torno a los realizadores, no nada más a los directores, sino a los actores, a los fotógrafos. Eso permite que el talento de la gente sea compartido a un público muy amplio pero sobre todo a un medio como Hollywood, que puede ver los talentos que hay en otras latitudes y el nivel de colaboradores y creadores que hay en el país. Eso es lo más importante”, señaló Rondero.

Pero Sujo tiene su alma latente en sus actores que llevan este coming of age de adversidades a una emotividad dura pero reflexiva. “Con Juan Jesús Varela trabajamos en Sin señas particulares y tenía 16 años. Es un chico con unas capacidades impresionantes. Siempre lo digo así, que en esa edad están en la etapa en la que pueden ser actores. Él se ha estado formando a lo largo de ese tiempo. Mientras escribía Sujo, estaba convencida de que él era una de las mayores opciones para el protagónico”, confesó Astrid.

“Juan Jesús es traga años, eso nos ayudó a poderlo mantener en la película. Y volver a trabajar con él fue un proceso maravilloso. Es un chico abierto al mundo. Hicimos cosas muy interesantes como, por ejemplo, antes de venirnos a filmar la parte de la Ciudad de México, nos lo trajimos a que trabajara en la Central de Abasto sin apoyo de la producción. Esos son regalos de la vida para cualquiera, cuando algo lo lleva a salirse de su contexto, te ayuda a aprender cosas. Y creo que eso le ayudó a él a madurar, por un lado, y a tener elementos y herramientas para contar la historia del personaje”, agregó Fernanda.

“En el caso del chiquito, Kevin Aguilar, tuvimos la gran fortuna de contar con gente que nos apoyara en ese proceso de casting. Logramos encontrar a varios niños de la comunidad. Debo de decir que cada vez se hace más complicado porque evidentemente Guanajuato se ha hecho más peligroso. Entonces, lograr conseguir la confianza de la gente tomó más tiempo”, continuó.

“Pero Kevin se destacó de entre todos los niños que participaron. Tiene una familia muy apoyadora y eso también hizo que filmar fuera más sencillo a sus cuatro años. Ese fue un gran reto. Pero siempre que uno trabaja con niños muy pequeños, lo que uno tiene que hacer es cambiar la forma en la que uno se aproxima a dirigir”, manifestó la directora de Los días más oscuros de nosotras. “Fue una experiencia muy especial para ambas”.

Asimismo, ambas realizadoras, guionistas y productoras hablaron del objetivo que Sujo busca transmitir a la audiencia. “Creemos que es un relato conmovedor, quisiéramos que la gente la recibiera de esa manera, como la posibilidad de acercarse a un personaje desde la empatía, a un joven que nace en un contexto de violencia y que todo indica que seguirá los mismos pasos que la comunidad su padre siguieron. También esperamos abrir una conversación sobre lo que tenemos por delante como sociedad, lo que les espera a los jóvenes”, aseveró Valadez.

“Esta película la escribimos, la desarrollamos y la estamos estrenando después de más de dos décadas del inicio de la guerra contra el narcotráfico donde ha existido una grave crisis humanitaria. Entonces tenemos no solamente una juventud que llega a la edad adulta, sino una que nació en esta crisis. Deseamos que Sujo aporte a la conversación”, agregó Valadez.

“Jamás hubiéramos esperado que quisieran otra película nuestra acá después de Sin señas particulares. Esta cinta se hizo con todo el amor y el compromiso que Fer y yo siempre le tratamos de imprimir a todo lo que hacemos”, concluyó Rondero.

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