Escenario

AURORA conjuga la dualidad celestial y terrenal en “The gods we can touch”

La cantante y compositora de origen noruego presenta su cuarto material discográfico de larga duración inspirado en la mitología griega y expone la vergüenza, el deseo y la moralidad humana y divina

Lanzamiento

The gods we can touch (2022)

Especial)

Portada de The gods we can touch (2022)

Gracias a un piano olvidado en el ático de su casa, la cantautora noruega Aurora Aksnes, conocida artísticamente como AURORA, descubrió su pasión por la música, aprendiendo a tocar piano de forma autodidacta a los 6 años, para cuando tenía 9 años, la artista comenzó a crear sus primeras. Sin embargo, no fue sino hasta 2012 cuando la cantante mostró a su padres “Puppet”, una canción con tintes melancólicos que más tarde, la artista tocaría en una presentación escolar.

Un amigo de la compositora la grabó durante dicha presentación y fue así que el material comenzó a difundirse en internet; gracias a eso las disqueras comenzaron a buscarla. “Puppet”, no solo fue el primer tema en popularizarse en su país natal, sino también fue el primer y único sencillo que la cantante presentó de forma independiente, ya que de inmediato firmó con la editorial europea Budde Music y el sello Glassnote Records

En 2014 en solitario y formó su propia banda. En ese mismo año, la cantante presentó “Awakening” y “Under Stars”, temas que le valieron la atención de críticos de Estados Unidos y Europa. Más tarde en 2015, presenta Running with the wolves, su primer EP y en 2016, estrena su primer material de larga duración, titulado All my demons greeting me as a friend.

Dos años después, en 2018 la artista trabajó en su tercer material discográfico el cual dividió en dos pasos, el primero Infections of a different kind (Step 1) vio la luz a finales de 2018, mientras que A different kind of human (Step 2) se lanzó en junio de 2019, ambos “pasos” son la continuación y contraparte de All my demons greeting me as a friend.

En mayo de 2020, AURORA publicó “Exist for love'”, tema compuesto durante la pandemia en colaboración con la músico Isobel Waller-Bridge quien se encargó del arreglo de cuerdas, el sencillo salió junto con el anuncio sobre el lanzamiento de su nuevo material discográfico. The gods we can touch, el cual se estrenó el pasado 21 de enero en todas las plataformas digitales.

Inspirado en la vergüenza, el deseo y la moralidad humana y divina, The gods we can touch, inicia con “The forbidden fruits of eden”, un intro de 40 segundos, con armonías vocales características de la artista ya que desde el primer álbum juega con diferentes capas superpuestas de su voz con distintos decibeles en una base melódica logrando dichas armonías; el tema de inmediato te sumerge en la atmósfera del disco motivado por la mitología griega.

Para el segundo tema “Everything matters”, AURORA colaboró con la artista francesa Pomme, la canción presenta una de las melodías más sencillas del disco, mientras invita, precisamente, a dejarnos sorprender por los pequeños detalles que suceden día a día, recordándonos el embelesamiento que existe entre la naturaleza y ser humano.

Llega “Giving in to the love” con una sonoridad de potentes tambores nativos que regresan a los sonidos del folk y synthpop que presentaba en Running with the wolves (2015). El cuarto tema en integrar el disco es “Cure for me”, una canción que cuestiona la forma en la que la religión rechaza el amor entre las personas de la comunidad LGBTQ+. En Noruega la terapia de conversión para miembros de la mencionada comunicad es legal y con este tema, la cantante alza la voz en contra de dicha practica.

“You keep me crawling”, continúa con la temática de “Cure for me” y los cuestionamientos hacia las divinidades y la religiosidad. Seguido de esta canción aparece “Exist for love”, sencillo con tintes acústicos, inspirada en afrodita. Siguiendo en las canciones inspiradas por personajes femeninos, aparece “Heathens”, es una de las canciones con más progresiones y cambios en su estructura musical y habla de un lugar seguro para aquellos que no son bienvenidos en lugares convencionales.

El disco continúa con”The innocent”, canción que a través de una sonoridad festiva, expone cómo la sociedad ha sexualizado algo tan natural como la desnudes humana al grado de volverla algo mal visto e incluso prohibido. El tema da paso a “Exhale inhale”, canción con tintes relajantes que baja los ánimos que dejó la canción anterior y pretende recordarle a quien la escuche la importancia de la espiración como herramienta para controlar nuestras emociones.

En la segunda mitad de The gods we can touch, encontramos “A temporary high”, otra canción inspirada en la fuerza femenina, con toques más electrónicos, la canción expone lo potente y descontrolado que puede llegar a ser el amor de una mujer. “A dangerous thing”, sorprende en con una mezcla del característico pop de AURORA con sutiles influencias country, mientras expone una dependencia emocional de forma sumamente poética.

Llega otro tema inspirado en diosas de la mitología griega “Artemis”, es de las piezas más salvajes musicalmente hablando, con un acordeón muy al estilo del tango argentino a mitad de la canción esta presenta la seducción de una mujer poderosa que no rinde cuentas a nadie. Como ya se ha visto, uno de los temas más frecuentes en el disco es la religión, de la cual AURORA toma la inspiración gracias la complejidad con la que la percibe, “Blood in the wine”, otra muestra de ello, un ejemplo entre la dualidad celestial y terrenal.

El decimocuarto tema del disco, es “The could be a dream”, el tema más lóbrego del material que refleja directamente la oscuridad del ser humano y la lucha constante por la concepción idílica de cierta forma de vida. Finalmente el material cierra con “A little place called the moon”, el tema más experimental en cuanto a sonoridad y también el más espiritual, la canción plantea la idea de ir rumbo a un mejor lugar (en este caso la luna) que permita la unidad sin prejuicios.