Es verdad que no es una novedad que lleguen algunas bandas a tocar a la Ciudad de México, ya se consideran bandas de la casa y ellas consideran al país como su segundo hogar, las razones pueden ser variadas o solo palabras para llegar al corazón del público azteca, que hay que decirlo está siempre expuesto para todo aquel que quiera tomarlo.
Los argentinos Babasónicos lo saben y no dudan ni un solo segundo en venir a su otro hogar y entregarse en cuerpo y alma. lo ha demostrado en muchas otras ocasiones, en festivales, en solitario, aquí o allá, capital o provincia. Así lo demostraron una vez más la noche del sábado, en su concierto en el Palacio de los Deportes, una noche de recuerdos, novedades, clásicos y desde luego sensualidad.
La noche era idónea, los cielos despejados y el frío invernal parece alejarse día a día. La cita era a las 20:30 hrs lo cual provocó la aglomeración previa a la hora indicada de vendedores, fanáticos, curiosos y cuerpos de la ley, osea polis. Pero en orden todo fluía de acuerdo al plan.
Llegó el momento y no pasaba nada, desde luego los chiflidos comenzaron a resonar bajo del Domo de Cobre. La ansiedad se incrementaba más y más a cada minuto que pasaba y la cerveza se evaporaba por arte de magia. Quince minutos de retraso, lo cual es poco, fue lo que tuvo que esperar el público, un calvario (lease en tono sarcástico).
Pero “no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla”, dicen por ahí, y salieron al escenario los músicos argentinos liderados por Adrián Dárgelos en albo ropaje, así como el resto de la banda, con motivos de gauchos modernos, aseguró un vecino fanatico de la banda desde su inicio.
Inmediatamente y con el plus de que la lírica de la canción se proyectaba en la pantalla alrededor de las gradas, cosa que no era necesaria, Babasónicos interpretó “Bye Bye”, que forma parte de su decimotercer y más reciente álbum Trinchera, tema que está recargado de una vibra sensual y sexual.
Seguido de “Los calientes” y “Putita”, Dárgelos dijo las primeras palabras a su público que estaba totalmente efusivo, “buenas noches”, dijo, sobrio y ensimismado en el show que estaba dando, el cual prosiguió con “Flora y fauno”, canción donde de nueva cuenta dio rienda suelta a su sensualidad.
Algo que hizo aún más espectacular la noche fueron las luces que fueron tan variadas que solo se podía pensar que era una locura, una rara pesadilla musicalizada por los Babasónico, tonos rojos, colores por doquier, luces blancas encaminadas, estroboscópicas, fuego y un escenario típico, pero, con un camino estrecho hacia el frente donde había un mini tablado, esto hacía parecer desde lo alto una escena de alguna película épica donde el protagonista está rodeado de una inmensidad de entes.
En cuanto a la música solo algunos detalles, regulares para la Chirimoya, en ocasiones muy arriba y en ocasiones muy abajo, además de algunos fallos técnicos mínimos. nada relevante que hiciera menos a la noche.
“Ingrediente”, “Mimos son mimos”, “Paradoja”, “La lanza”, “Mentira nórdica”, “La pregunta” y “Deléctrico” continuaron el frenesí de los fanáticos que no descansaron absolutamente nada, cantaban todas las canciones, bailaban todas la tonadas, y aplaudían y gritaban en todo momento.
Dárgelos agradeció a cada rato y se entregaba a los aplausos, parecía que estos le daban cuerda y lo recargaban de energía, al grado de asegurar ser una noche perfecta en la Ciudad de México, y pedir de nueva cuenta un grito y cada vez más fuerte, a lo que el público accedió de inmediato, una barbaridad sonora.
El show, que tuvo una duración de casi dos horas, se interpretaron veintiocho canciones de toda la trayectoria de los Babasónicos, tales como “Capital afectivo”, “Pendejo”, “Desfachatados”, “Irresponsables”, “Trinchera”, “Yegua” o “La izquierda de la noche”, un excelente repertorio.
El cual culminó con tres canciones que fueron el plus que tiene todo concierto, “Vacío”, “Risa” y “El colmo”, esta última una de las favoritas de todos, a palabras de Jessica (36 años) una fan de toda la vida, “fue un concierto completo, faltaron algunas pero fue una experiencia inigualable, Babasónicos me ha acompañado toda mi vida y ha musicalizado grandes momentos de ella, los amo”, dijo mientras caminaba a prisa al metro, de regreso a casa.
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