Escenario

‘Beetlejuice, Beetlejuice’: Estimulante, irónica y reflexiva forma de hablar de la muerte

CORTE Y QUEDA. Tim Burton regresa a una de sus historias más emblemáticas con una secuela que rinde homenaje a la nostalgia y conecta con nuevas generaciones

Los Locos Addams
Fotograma de 'Beetlejuice, Beetlejuice'. Fotograma de 'Beetlejuice, Beetlejuice'. (CORTESIA)

En la temporada en la que el aire fresco de otoño anuncia la llegada de festividades como el Día de Muertos y Halloween, un maratón de películas de terror se vuelve una tradición apreciada. En este contexto, el regreso de Beetlejuice después de 36 años de su estreno original no solo es una noticia emocionante para los fanáticos, sino también una prueba del impacto duradero de Tim Burton en el género del cine de comedia y terror.

La secuela de Beetlejuice, con su combinación inconfundible de humor negro y estética gótica, ofrece una oportunidad para explorar cómo Burton ha evolucionado como director mientras mantiene la esencia que hizo de la primera entrega un clásico. Conocido por su capacidad para transformar lo macabro en entretenimiento visualmente cautivador, ha dirigido películas que se han convertido en referentes del cine.

Desde El joven manos de Tijera hasta Miss Peregrine y los niños peculiares, pasando por su interpretación única de Batman, el director californiano ha demostrado una habilidad distintiva para imbuir sus obras con un tono oscuro y divertido, a pesar de que para muchos ha perdido el toque. Pero Beetlejuice, estrenada en 1988, y segundo largometraje del director, fue fundamental para consolidar su visión única del cine, caracterizada por una mezcla de humor negro, estética surrealista y una narrativa excéntrica que desafiaba las convenciones del género.

Beetlejuice, Beetlejuice, no sólo revive al personaje perverso interpretado por Michael Keaton, sino que también se enfrenta al desafío de conectar con un público que ha cambiado drásticamente en las últimas tres décadas. La trama de esta nueva entrega introduce a una familia con múltiples generaciones que regresa a Winter River después de una tragedia familiar, seguido de una mezcla de eventos sobrenaturales que evocan el estilo de la primera película.

Este regreso al universo de Beetlejuice, especialmente a su creación de un inframundo extrovertido, se convierte en una oportunidad para examinar cómo él y su equipo han mantenido la esencia de la película original mientras adaptan su enfoque a las demandas de la audiencia moderna con una introducción a nuevos públicos, pero sobre todo con una agradable nostalgia por la original.

Uno de los puntos fuertes de la secuela es su capacidad para retomar elementos clave de su antecesora y revitalizarlos para una nueva generación. La presencia de Winona Ryder como Lydia Deetz y Michael Keaton como Beetlejuice proporciona un vínculo tangible con el pasado, mientras que la inclusión de nuevos personajes, como Astrid, interpretada por Jenna Ortega, introduce una dinámica fresca y contemporánea.

La integración de nuevos personajes, como Delores, interpretada por Monica Bellucci y Wolf Jackson interpretado por Willem Dafoe, enriquece la narrativa al presentar nuevas perspectivas sobre la vida y la muerte. Ella como una pareja con un dolor pendiente y su búsqueda de venganza, así como el detective, actor en vida y el jefe de policía en el Más Allá, aportan nuevas dimensiones a la trama, mientras que sus interacciones con el protagonista reflejan una continua exploración de las reglas y normas del universo sobrenatural creado por Burton.

La estética de Beetlejuice sigue siendo una de sus características más distintivas. La secuela aprovecha tanto los efectos prácticos como el stop motion, lo que permite que la película conserve el estilo visual que la hizo famosa, y que a su vez disminuye al mínimo el uso de CGI, lo cual se agradece en un mundo rodeado de pantalla verde. Esta combinación mantiene la autenticidad de la película original, también demuestra cómo el realizador se adapta en el uso de nuevas técnicas cinematográficas pero se divierte nuevamente al hacer eso de lado.

La música, una parte fundamental de la identidad de la película, también sigue siendo un punto fuerte. Danny Elfman regresa con su icónica banda sonora que fusiona lo cómico con lo aterrador. Además, la inclusión de canciones como “Tragedy” de Bee Gees y una versión renovada de “Day-O” de Alfie Davis y el coro de la escuela de teatro Sylvia Young contribuyen a la atmósfera combinando música de la anterior e incluyendo nuevos temas. Estos elementos musicales no solo rinden homenaje a la película original, sino que también aportan una frescura que realza la experiencia visual y emocional de la secuela.

Otra interesante virtud de Beetlejuice, Beetlejuice llega al conectar con diferentes generaciones, utilizando referencias culturales y tecnológicas modernas para atraer a un público más joven. La película maneja con habilidad la nostalgia y la innovación, logrando mantener el interés de los fanáticos de larga tiempo a través de homenajea y referentes clásicos como Mario Bava y el Soul Train, mientras gana nuevos seguidores con una subtrama juvenil que, como muchas otras cosas de su argumento, es simplista y hasta absurda.

Pero el éxito radica en su capacidad para mantenerse fiel a la esencia de la película original, mientras explora nuevas direcciones en términos de personajes y narrativa. Y es que Beetlejuice, Beetlejuice no solo ofrece un entretenimiento visualmente estimulante, sino que también proporciona una reflexión sobre el duelo y la muerte, presentando estos temas de manera irónica y accesible, a pesar del licuado de ideas y líneas argumentales que se vuelven un revoltijo divertido sin más.

Así, el bio exorcista por excelencia de Keaton ha logrado hacer un regreso triunfal al jamás traicionar su esencia cómica e incorrecta en una generación que no está acostumbrada a ella. La habilidad de Tim Burton para mantener su estilo único mientras se adapta a los tiempos cambiantes es un testimonio de su maestría como director, con todo y sus recientes tropiezos. 

Pero afortunadamente, esta secuela no solo complace a los fanáticos de la primera, sino que establece un nuevo camino para el californiano en su carrera, mostrando que aún sabe hacer reír si se lo propone. Por ende, Beetlejuice, Beetlejuice sigue siendo una celebración de lo macabro y lo cómico, uniendo generaciones a través de su inimitable visión del mundo sobrenatural y dándole vida a los muertos de una manera excepcional. 

Copyright © 2024 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México