Este sábado en el Vive Latino no estuvo Scorpions. En su lugar el festival incluyó a Billy Idol y su presentación fue más que memorable. Un rockstar de la vieja escuela, entusiasta y poderoso con 68 años de edad y con mucha hambre de rock como demostró el pasado sábado en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
El cantante llegó al escenario para dar vida a un himno de los 80 con la bandera de independencia y libertad como fue “Dancing to myself” que puso a bailar a los miles de asistentes en el escenario principal. Entre poderosos riffs y puños en alto el músico y su banda mantuvieron el tono con “Cradle of love” (Charmed life, 1990), ese tema romántico que se nutre de la energía rebelde.
El músico se mostró enérgico en todo momento y motivó a los presentes a saltar y celebrar la música: “Estamos en México para vivir un tiempo fantástico”, dijo luciendo una chamarra de cuero y un look espectacular.
Uno de los momentos más fascinantes se vivió con “Flesh for fantasy” con un solo de guitarra de inicio que creó una atmósfera emocionante. En esta canción el cantante se quitó la camisa y se quedó con su chamarra de cuero buscando sacar su lado más sensual y provocador guiñando el ojo a las mujeres del público.
Se dio el lujo de cantar “Cage” de su más reciente EP que cayó bien a la audiencia al mantener la esencia del rock y además sirvió de preámbulo para otro de los grandes picos emocionales cuando tocó la legendaria “Eyes without face” que es una de las mejores baladas en la historia de la música con el lucimiento de su eterno acompañante Steve Stevens en la guitarra. De hecho este músico tuvo su propio momento protagónico al terminar ese icónico tema sobre la desilusión y la búsqueda de redención en un mundo que parece haber perdido su humanidad.
Unido al solo de guitarra siguió el icónico grito de “I said yeah” que caracteriza a coro de “Mony, Mony”, y luego su más reciente tema “Running for the ghost”, un tema in crescendo que cautivó por su esencia tenebrosa con solo de guitarra electrizante.
De cara a la recta final sonaron temas como “Blue highway”, “Top gun Anthem”, la legendaria “Rebel yell” que dio otro de los grandes momentos del Vive Latino; tocó “Hot in the city” y la mejor forma de cerrar fue con esa locura rockera de “White wedding”: “Me siento muy contento de haber estado aquí, fue muy desafortunado lo de Scorpions. Gracias por hacer mi vida mejor, muchas gracias México”, dijo al despedirse.
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