Boogeyman: Tu miedo es real es una película de terror dirigida por Rob Savage, conocido por su trabajo en el género del terror de metraje encontrado. La alumna de instituto Sadie Harper y su hermana pequeña Sawyer se están recuperando de la reciente muerte de su madre, pero no cuentan con demasiado apoyo por parte de su padre, Will, un terapeuta que está lidiando con su propio dolor. Cuando un paciente desesperado aparece inesperadamente en su casa buscando ayuda, deja atrás una aterradora entidad sobrenatural que se aprovecha de las familias y se alimenta del sufrimiento de sus víctimas.
Stephen King es conocido por su estilo narrativo descriptivo y detallado. Sus historias suelen sumergirse en los pensamientos y emociones de los personajes, y construye un mundo complejo y detallado. Por otro lado, la película de Rob Savage utiliza el metraje encontrado y se enfoca en la creación de atmósfera y tensión a través de la cámara en mano y los eventos inquietantes capturados en pantalla.
La película trata de elevar su conocida premisa de permanecer a la luz y no dejar que los monstruos (traumáticos) muerdan con algunas ideas interesantes, pero a menudo son mediocremente ejecutadas, con oportunidades perdidas, una excesiva dependencia de los tropos de jumpscare y un ritmo y montaje torpes.
Lo que destaca de Boogeyman es la forma en que el director Rob Savage utiliza el metraje encontrado para crear una atmósfera inquietante y llena de suspenso. La película está filmada de manera que da un aspecto realista y aumenta la sensación de peligro inminente. El director logra mantener al espectador en suspenso durante gran parte de la película, utilizando recursos como la iluminación tenue y los sonidos inquietantes para crear una sensación constante de amenaza. Las escenas de pesadilla están bien ejecutadas, con efectos visuales y de sonido que contribuyen a aumentar la intensidad y el terror.
Sophie Thatcher es destacable, ya que logra transmitir el miedo y la vulnerabilidad de su personaje de manera convincente. Y Lyra Blair también hace un buen trabajo en su papel de hermana menor, quien sirve de primer contacto ayudando a construir la tensión a medida que la trama avanza.
La película tiene varios momentos impactantes y escalofriantes que mantienen al espectador al borde de su asiento. El director juega con la anticipación y el espanto a lo desconocido, utilizando efectos de sonido y cambios bruscos de cámara para crear momentos de sobresalto efectivos.
Sin embargo, a medida que la trama avanza, la película se ve afectada por algunos clichés y giros predecibles del género de terror. La resolución de la historia deja algunas preguntas sin respuesta y puede resultar insatisfactoria para aquellos que esperaban una explicación más completa.
Los sustos son genéricos y el monstruo es demasiado parecido a cualquier otra criatura de terror de los últimos 10 años como para dar miedo una vez que sale de las sombras y se le ve bien. Hubiera sido preferible mantenerlo en la oscuridad o rediseñarlo de forma más creativa para que no fuera el mismo monstruo alto, enjuto y sin pelo que vemos en miles de películas de terror e imágenes de creepypastas. Tiene un truco del tipo “el no invitado” que no se aprovecha al máximo, ni tampoco su habilidad mímica.
En general, es una película de terror divertida aunque genérica para ver con amigos con un fuerte trasfondo emocional. Los momentos emotivos se dejan respirar, que es más de lo que se puede decir de otras películas de terror.
A pesar de estos puntos débiles, Boogeyman logra entregar algunas escenas de miedo efectivas y un ambiente generalmente inquietante. Las actuaciones son sólidas, destacando el desempeño de los actores principales que transmiten el miedo y la angustia de sus personajes de manera convincente.
En resumen, es una película de terror que tiene sus momentos escalofriantes y una premisa intrigante. Aunque no logra mantener la misma calidad en toda su duración y presenta algunos tropos convencionales del género, sigue siendo una opción decente para los amantes del cine de terror que buscan una experiencia escalofriante y llena de suspenso con suficientes cosas buenas como para no ser mala, pero no lo suficiente como para convertirla en un icono.
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