El próximo 4 de noviembre llegará una edición más del Festival Amigo, que este año llevará hasta Cuautitlán Izcalli a León Larregui, Plastilina Mosh, Little Jesus, Bándalos Chinos, Astronomía Interior, Dawn Avenue, Coolestandie, una banda sorpresa próxima a anunciar y Los Bunkers quienes regresaron a los escenarios el año pasado y desde ese momento han permanecido en actividad constante tanto en conciertos en solitarios como en festivales por Europa y América.
“Los conciertos son momento de comunión con el público, y cada uno significa un tipo de ritual distinto en los cuales nos nutrimos del público y el público se nutre de nosotros a través de la música. Entonces, esos rituales se preparan dependiendo de las características de cada recinto porque cada uno tiene una sensación diferente, desde el público y hasta el nivel de complicidad, no es lo mismo un estadio con grandes masas, a un recinto o foro pequeño en el que se puede sentir, oler y salpicarse del mismo sudor con la gente, incluso el feedback es mucho más intenso”, destacó Álvaro López (vocalista de Los Bunkers) en entrevista con Crónica Escenario.
“Esa percepción afecta el contexto alrededor de la música que tocaremos, cada concierto tiene una preparación diferente desde el desde cómo armamos el setlist hasta como lo ensayamos y la forma en la que debemos lograr la conexión con el público. Mercury es un ejemplo perfecto de cómo se puede conectar con un público a nivel de estadios y hay otras bandas como Guns n’ Roses, que muestran cómo es conectar a nivel rock en un lugar más pequeño”, agregó.
Formada en Concepción, Chile, en 1999, la banda, compuesta por Álvaro López (voz y guitarra), Mauricio Durán (guitarra y coros), Francisco Durán (bajo), Mauricio Basualto (batería) y Gonzalo López (teclados y coros), se destacó por su capacidad para mezclar letras profundas con una amalgama de estilos musicales que incluyen el rock, el pop y el folk.
Su debut en el mundo de la música se produjo con el álbum homónimo Los Bunkers en 2001. Uno de los puntos más altos en la carrera de Los Bunkers llegó con su álbum Vida de perros en 2006, que incluyó canciones exitosas como “Ven aquí” y “Ahora que no estás”. Este disco consolidó su posición en la escena musical chilena e internacional, llevando su música a una audiencia más amplia.
La velocidad de la luz, lanzado en 2013, marcó una evolución en su estilo musical, mostrando una madurez artística en temas como “Canción para mañana” y “Las cosas que cambiaron y dejé por ti”. Este álbum demuestra la capacidad de la banda para adaptarse y crecer a lo largo de los años.
En 2014, la banda anunció su separación. Durante 2019 en el marco del estallido social en Chile la banda regresó para ofrecer algunos conciertos, siendo “Miño” un homenaje al militante comunista Eduardo Miño que en 2001 se inmoló frente al palacio de La Moneda a modo de protesta por las víctimas de la asbestosis.
Más tarde en 2022 anunciaron su regreso y a inicios de 2023 se presentaron de nueva cuenta en los escenarios mexicanos en Vive Latino. Sin embargo, en casi 9 años de ausencia las cosas en la industria musical cambiaron un poco. Las plataformas digitales tomaron el control de la distribución musical, la estructura de las canciones cambió y los discursos tomaron otro enfoque.
“El relato musical de una canción se ha acortado, es mucho más pobre, antes los temas se componían de una estrofa, un coro y después una parte “c”, se le decía medley, eso concurre cada vez menos y esa parte es súper importante, para un descanso o para volver de una reflexión pequeña que permitía entrar de nuevo con el coro o la estrofa, ese fenómeno se ve desde Daft Punk, con canciones que tiene un coro que se repite y que ni siquiera es cantado sino que está copiado y pegado, nada más”, destacó.
“Es triste, pero todavía queda música hecha con la intención de hacer sentir al oyente un relato completo de emociones (...) el público también es más inmediatista, el mismo mundo lo es; la música se ha caracterizado por ser muy cíclica, los ciclos son como elásticos que vienen de vuelta porque hemos tirado mucho de ellos, que si es rock muere o no, es parte de y se hace desde los setentas, probablemente sea temprano para dar una opinión pero todo responde a la necesidad de escuchar letras con más desparpajo que viene desde los cincuentas, desde la época de Elvis y que la gente se escandaliza por sexo o lo que sea”, añadió.
“El foco está más en los sencillos que en los discos, la necesidad de las playlist en las plataformas… encuentro que de algún modo se ha vuelto dinámico. Según mi crianza musical volvimos a los cincuenta o sesenta en donde importaban más los singles y se consumía la música de ese modo, claro, hasta antes de los Beatles, después de ellos todo cambió, los sellos se han acomodado al nuevo paradigma, intentar seguir ganando la cifra monstruosas de los setentas, ochentas y noventas. Cuando volvimos la cancha, ya estaba rayada y debíamos tener la capacidad –y la tenemos– de poder jugar en ella”, compartió Álvaro.
Luego de su regreso oficial y algunos conciertos, Los Bunker comenzaron con los lanzamientos de música nueva: “Rey”, “Bajo los árboles”, “Calles de Talcahuano”, “Infiel” y la más reciente “Ya no te esperaré”, son los sencillos que han presentado hasta el momento. Todas forman parte del mismo proceso creativo, trabajadas en Ciudad de México.
“¿Nos vamos a rendir frente a la industria? no lo sé. Si lo que estamos sacando termina en un disco o no, creo que lo decidiremos pronto, un disco tiene un significado muy especial para nosotros, es como enmarcar las canciones y por supuesto ese marco influye en cómo las percibimos, sin duda seguiremos sacando música nueva y más tarde analizaremos si todo eso pertenece a un conjunto”, concluyó Álvaro.
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