La Castañeda es una de las bandas más influyentes al hablar del rock mexicano pues desde su origen en 1989 no ha hecho más que cautivar a su público con sus grandes temas y prueba de eso era la gran cantidad de asistentes que se dieron cita en el escenario del Salón La Maraka.
Fuera del recinto las camisas y sudaderas de la banda estaban a la vista para ser adquiridas por los fans quienes en fila comenzaban a ingresar para ir llenando el salón.
Ya en sus lugares y con cerveza en la mesa pacientes esperaban a qué la Castañeda subiera a la tarima, pero antes de ellos Shimdra, banda de rock costarricense, se encargaría de calentar los motores de una noche rockanrolera.
“Es un honor estar acá, gracias a la ciudad de México por recibirnos tan bien”, fueron las palabras del vocalista, quien puso a aplaudir al público.
Una vez terminado este pequeño show por parte de Shimdra tuvimos que esperar un poco más hasta que por fin las luces se apagaron, en la pantalla gigante del escenario se leía “La Castañeda” y poco a poco los integrantes de la banda fueron subiendo al escenario provocando el grito del público.
“Estamos felices de reencontrarnos con todos ustedes. Bienvenidos, vamos a pasarlo poca madre”, fueron las palabras de Salvador Moreno, vocalista de la Castañeda, para así comenzar a tocar llamando a díos dándole inicio a este increíble show.
Pese a tener una férula en su pierna izquierda y tener que cojear un poco el desempeño de Salvador sobre el escenario fue espléndido, bailaba, saltaba y encendía al público de manera increíble.
“2023 es un año de transformación dónde todos nuestros sueños se harán realidad”, comentaba Salvador mientras brindaba con el público para continuar: “Estamos tocando rolas que hace mucho no tocábamos, sacando fantasmas de hace mucho, así que necesito que las canten con nosotros” y de esta forma darle paso a “Tu culto”.
Temas como “Me fui”, “Eterna noche” y “Lucrecia” sonaron provocando la euforia del publico y también de los músicos, pues entre la intensidad del show y el baile el vocalista poco a poco se fue despojando de su chaleco amarillo hasta que por fin termino en el piso.
Fue con “Libertino” y “La última noche” que la locura total se desató, pues el público no paraba de cantar y ovacionar a la banda, cosa que Salvador no pasó por alto y mencionó: “Qué vibrota traen, carnales”.
La poderosa voz de Salvador no dejaba de encantar a los asistentes quienes no desaprovechaba la oportunidad para ovacionar su talento o acompañarlo a todo pulmón. Bailando, cantando y con un trago es como estaba el público, feliz y entregado a la banda la cual siguió la noche con “Ambar”, “Gitano demente” y “La fiebre de Norma”.
La emotividad llegó cuando Salvador mencionó lo importante que es no dejarse vencer contra las drogas recordando que nunca están solos y entonando “La carta”.
Así mismo con el tema “Nancy llaga”, el público ovacionó y se entregó junto a la banda, pues con palabras del mismo salvador este tema era un pequeño y humilde homenaje para el gran Óscar Chávez.
La noche seguía y el rock no paraba, temas como “Liberación”, “Cautivo de la calle” o “Tloque-Nahuaque” seguían cautivando al público.
Por último llegaron los temas “Ángel de la sombras” y “Transfusión” para de esta forma cerrar una noche increíble llena de rock.
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