Escenario

La celebración las 500 representaciones del musical ‘Aladdín’ junto a María José

COBERTURA. La cantante fue la madrina de honor que se encargó de develar la placa conmemorativa que marca el éxito de la obra en el Teatro Telcel

Aladdin, el musical
Imagen del momento de la develación de la placa. Imagen del momento de la develación de la placa. (Mayumi Suzuki)

La develación de la placa por las 500 puestas en escena de la obra musical Aladdín fue llevada a cabo la noche del miércoles por María José en una ceremonia con todo el elenco, los productores y público presentes en el Teatro Telcel en Plaza Carso de Ciudad de México.

“1, 2, 3… ¡Muchísimas felicidades!” se escuchó en el teatro al develar la placa, para después dar paso al nombramiento de algunos de los participantes de esta puesta en escena, como Rodney Ingram, quien da vida a Aladdín, Irma Flores, quien interpreta a la princesa Jasmín, y Juampi, el genio de la lámpara, así como los productores y la orquesta, que logran hacer de Aladdín una experiencia fantástica y que conserva la esencia de la cinta animada de 1992, a pesar de integrar un humor que se adapta a las necesidades del público mexicano contemporáneo.

Aladdín cuenta la historia de un joven ladrón que decide cambiar el rumbo de su vida después de la muerte de su madre, y que hacia el final de la historia lo logra contrayendo matrimonio con la princesa de Ágraba, mérito que gana probándose a sí mismo que es posible evolucionar hacia una nueva versión más honrosa y honesta de uno mismo.

La alfombra voladora es posiblemente la primer referencia que viene a la cabeza de todos cuando se piensa en Aladdín, y ciertamente es uno de los momentos claves del musical, en donde con un juego de luces y cambios de escenografía, vemos a la pareja protagonista pasar de la alcoba de la princesa al espacio mientras permanecen montados en la alfombra, que los pasea por cada esquina del escenario, logrando que hasta al más grande de la audiencia añore creer en la magia con la misma ilusión que un niño lo hace.

Pero hay otros fragmentos que aportan mucho más a esta puesta en escena, como es el caso de la parte que se desarrolla en la cueva en donde Aladdín encuentra la lámpara del genio; se aprecia tanto brillo que uno puede experimentar, incluso desde las butacas, la avaricia que podría seducir a cualquier ser humano. A ese fragmento, se le deben sumar los vestuarios que con pedrería, hacen brillar aún más a la cueva del genio.

Un tercer acto que seguro permanecerá en el corazón de todos los asistentes, es aquel en donde Aladdín ve por primera vez a Jasmín. Logran que el tiempo se pare, la piel se erize y que todos experimenten ese salto que da el corazón que uno siente cuando algo grande se aproxima. La cantidad de bailarines involucrados en este momento en medio de una de las coreografías, solo intercede para sumar el nivel de complejidad a esta hazaña.

No se puede comentar este montaje de Broadway sin mencionar la gama de géneros que todos los bailarines que conforman el elenco de Aladdín deben dominar.

Intérpretes como Emiliano Armendáriz, quien hace de Omar (amigo del protagonista), hacen de Aladdín una experiencia única; pues su energía, entrega, dotes actorales y dominio de cada coreografía son invaluables.

Durante la ceremonia por la develación de la placa, se comentó que Aladdín seguirá en cartelera hasta el 16 de abril, última fecha de la puesta en escena.

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