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El concierto comenzó puntual a las 8:30 PM en el Pepsi Center de la Ciudad de México. Sharif salió al escenario y calentó, durante más de una hora, al público que esperaba con ansias la salida de Charles Ans. Sharif estallaba de felicidad, se dirigía al público por los términos de familias, hermanas, hermanos; generaba comunidad a través de sus letras y nostalgia con los temas más emblemáticos de una carrera comenzada en Zaragoza, España.
Siempre agradecido con el público mexicano, el músico español de 44 años, saltaba y bailaba por las tarimas presa de una emoción incontenible. Su camisa con detalles verdes se movía al ritmo del beat creado por el legendario Gordo del Funk, quien dominó el escenario desde su silla, manteniendo el orden entre los tonos de la apertura de un concierto vibrante.
Con lo ronco de su voz y el carácter multifacético de sus canciones, el intérprete español dio una demostración de seguridad, solidez y temple con un despliegue tremendo de habilidades para rapear acerca de un buen número de temáticas relacionadas al amor, los recuerdos, las fiestas y los buenos tiempos.
Tras su primera intervención, tocó el turno de un enérgico Charles Ans, vestido con una enorme playera de futbol americano, una gorra y unos lentes negros que solo permitían ver sus expresivas cejas.
Una vigorosa sección de metales, acompañados por una guitarra potente y una voz femenina consistente (de la talentosa Ms. Ám, hacían maravillas mientras pasaban los minutos del espectáculo del rapero de Hermosillo.
Ocho mil asistentes fueron testigos de un paso de suma importancia para la gira Órbita de estos dos grandes exponentes del rap y el hip-hop. “400 estrellas”, “Malas decisiones”, “Azul” y “En carne viva”, se hicieron sonar; los latidos no paraban de incrementar ante el desfile de recuerdos y vivencias obtenidas a través del soundtrack de la vida y la cotidianidad.
Sin lugar a dudas, estos dos artistas supieron sacar provecho de su mancuerna para lograr un concierto más que digno y de gran calidad. Los fanáticos quedaron más que satisfechos con sus interpretaciones y actuaciones, una multitud de gritos, aplausos y manos levantadas fueron testigos de ello y pusieron en alto la bandera de la aprobación frente a los seguidores que resistieron estar de pie durante más de dos horas para culminar el domingo con la energía recargada y los sueños embelesados con las canciones de Sharif y Charles Ans.
El Pepsi Center fue testigo de un evento que valió cada centavo del monto del boleto adquirido y cada grito que dejó afónico a más de uno. Órbita creó una explosión en el escenario y un sentimiento generalizado de bienestar al culminar.
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