Desde Chile llega la nueva cinta del realizador Christopher Murray, Brujería, misma que es coproducida por Nicolás Celis, Pablo Larraín, Roció Jadue y Juan de Dios Larraín. Su estreno mundial se dio el pasado 22 de enero en la presente edición de Sundance dentro de la Competencia Mundial de Cine Dramático, donde el chileno plasma una oscura fantasía basada en un hecho muy peculiar vivido en el sur de este país sudamericano. En Crónica Escenario hablamos con el director de este relato de resistencia, magia lúgubre y autodescubrimiento.
“Brujería está inspirada en un hecho real sucedido en 1880 en el sur de Chile, en Chiloé, donde el estado chileno se querella ineditamente contra una organización de ‘brujería’ llamada La Recta Provincia. Fue parte de una persecución territorial y cultural sucedida en esta isla por parte de las autoridades a cargo, una república que apenas comenzaba a armarse. Me interesó históricamente pues mi abuela es de ahí, por lo que existe un vínculo con ese relato que hasta ahora estaba solamente expresado en documentos y antologías del juicio. Pero siento que faltaba un relato de ficción que contar”, comentó inicialmente Murray.
Encontrar este caso implicó mucha investigación por parte del chileno: “Fue un periodo arduo donde dimos con esta historia que, en este filme, es contado a partir de la perspectiva de esta niña, Rosa Rain (Valentina Véliz), a quien le toca estar en medio de esta disputa cultural. Es una joven criada por alemanes, algo que refleja ese proceso de colonización en el sur de Chile trayendo extranjeros a civilizar esta región como parte del proyecto político de ese momento, algo muy cuestionable como idea. El viaje de la cinta la sigue a ella, viviendo en este espacio de colonos que, a raíz de la muerte de su padre decide buscar justicia con los suyos a partir de la organización liderada por Mateo”, explicó Christopher.
Murray tuvo no sólo que ahondar profundo para saber más de este caso, sino que tuvo que hacer un viaje a su propio pasado y sus raíces. “El mundo huilliche es algo con lo que mi abuela estaba familiarizada por ser de esta isla sureña. Pero siendo honesto, tuve que abrirme y reconectarme, pero sobre todo aprender de este mundo con respeto, apertura y tiempo. Tengo la creencia de que la única manera de crear como cineastas algo relacionado con un mundo que no conocemos tiene que ser a partir de la dinámica de la investigación, la apertura y el diálogo. Por eso, la cinta nos llevó alrededor de cinco años de trabajo donde estuvimos ahí, conviviendo, averiguando en el territorio para entender qué significa este acto de resistencia”, afirmó.
“Así nos damos cuenta que Chiloé es un lugar muy particular donde convive este elemento indígena que también está cruzado con otros elementos que vienen desde la colonia española, generando un sincretismo particular que hace que este lugar tenga una cultura distintiva. La Recta Provincia, lógicamente, era una organización que cumplía el rol de resistencia y defensa de lo cultural y territorial que utilizaba como herramienta la práctica de la brujería como su motor. Eso me parece fascinante y complejo a la vez. Es así que se fue formando este relato”, añadió el joven cineasta.
Existe este factor de la brujería, misma que le da título al filme y que a través de esta narrativa adquiere un nuevo sentido. “Aquí, la brujería funciona como una forma de reconectarse, de entenderse, de resistir. Hay un proceso de entenderla muy diferente a lo que se le asocia. Usualmente tiene que ver con un elemento más exótico, viéndola desde las sombras, pero me parecía interesante mostrarla desde una visión más política, humana y afectiva. Todo eso se representa en la fuerza que converge en este acto en Chile, dándole un significado inclusive de índole rebelde y de la misma forma en que se relacionan con el entorno. Hay una complejidad en la palabra que me resulta interesante porque funciona en diversas dimensiones”, manifestó Murray.
“Sin embargo, no se deja de lado los afectos y las emociones que Rosa vive a través de este proceso de choque cultural que hoy en día sigue resonando. Hay una transformación en ella que va desde un espacio de crianza muy europeo emplazado en el sur de Chile hasta que se encuentra con algo que estaba siempre dentro de ella pero que acaba por descubrir a partir de este hecho. La brujería y Rosa adquieren un nuevo significado de lo que son, alejándose de lo peyorativo para darle una sensación de poder, de conocerse a uno mismo y las relaciones que uno establece con su entorno”, complementó el también coguionista del proyecto.
Y es que la brujería, desde muchos años atrás, siempre se relaciona con algo negativo, siendo un concepto que ha permitido cometer actos atroces en la historia de varios países. “La humanidad ha ocupado este concepto con el hecho de coartar las libertades y las formas de comprensión del mundo más allá de las establecidas en las ideologías judeo cristianas, tratando de satanizar o sacar del centro de la cultura visiones que son distintas. Tener la oportunidad de reivindicarla en este filme, trabajar con ella creativamente y poder narrar desde ahí me parece algo muy desafiante”, mencionó el chileno.
Brujería también plantea el dilema de la importancia de la memoria, de ese pasado que resulta fundamental para la creación de una sociedad. “Estoy convencido de que la construcción del futuro y nuestro presente es imposible sin la memoria. Es cuestión de tener una mirada compleja así como el poder releer y darle un nuevo significado a esos intersticios que han marcado nuestra historia que siguen resonando como si sucedieran en estos días. A veces pienso que, por ejemplo, este juicio realizado en 1880, es algo que todavía no termina, es algo constante por parte de los estados modernos y sus relaciones con las primeras naciones”, aseveró Christopher.
“Me parece que el conocimiento del pasado provoca debates muy abiertos, es una herida abierta que nos permite detectar cómo hechos tan particulares como lo sucedido con La Recta Provincia tiene rasgos universales que se mantienen, que debemos reinterpretar con respeto, calma y profundidad para generar una convivencia hacia el futuro. Y en un momento político que vive este mundo tan polarizado, me da la sensación que la convivencia y el establecer bien las relaciones entre todos es algo de suma importancia”, acotó el cineasta.
Asimismo, el director recordó la importancia de su carrera, una que lo ha llevado a estar detrás de cámaras en videos musicales, documentales y ahora, trabajos de ficción. “Ha sido un viaje muy emocionante y diverso. Mi etapa en los videoclips fue como estudiante universitario, que fue mi primer acercamiento para aprender a dirigir, un complemento en el que desarrollé por primera vez el oficio de la creación de imágenes. Si bien eso me llevó a experimentar después en otros territorios, para mí han sido búsquedas distintas en donde aplico diversas formas de investigar el mundo mediante metodologías diferentes a través del documental, del trabajo con actores o la recreación de un hecho histórico de época para poder releerlo en el presente”, dijo.
Esta mirada a su breve pero importante carrera le hace enfatizar un tema que es constante en su filmografía. “Me interesa mucho hablar de los conflictos territoriales, no me gusta tanto lo abstracto sino hablar de problemas más aterrizado a ciertos espacios donde puedo plasmar mis estudios de antropología que tuve en Inglaterra. Eso me ayuda a tener más herramientas para comprender las relaciones y poder crear algo desde ahí con sus respectivos retos. Aquí en Brujería mezclo muchos elementos nuevos como el thriller, aventura y acción que pongo en esta búsqueda de territorios ajenos a mi biografía, abriéndome a vías que son distintas y que es lo que me apasiona de hacer cine”.
Murray habló también de este gran momento que los proyectos de autor e independientes están teniendo, ofreciendo historias diferentes en el séptimo arte que han generado una gran camada de artistas. “Estamos en un punto de la industria cinematográfica donde es muy fácil caer en la inercia de ciertas narrativas, formatos o esquemas que se suman a la necesidad de demanda de contenido muy potente”, mencionó.
“Por otro lado, está la búsqueda de diversidad para contar estas historias y poder expresarse, lo que ha propiciado que exista un momento muy creativo en Chile y Latinoamérica que está marcado por ello. Es complicado etiquetar en un género o estilo pues hay búsquedas muy distintas que, a pesar de las inercias, generan un arte que va más allá de ello, generando formas inagotables. Existe además ese reto de conectar con las audiencias locales, más allá de lo conseguido fuera de nuestros países, buscando generar ese diálogo interno, lo que resulta en un desafío muy interesante por trabajar”, añadió.
Finalmente, “estamos muy felices por pertenecer a la selección de este festival. Es bello saber que formas parte de una competencia donde hay proyectos narrativamente muy desafiantes y respetuosos temáticamente. Es un lugar muy abierto a dialogar con estos factores y no podría haber mejor lugar para estrenar la cinta. Esto es fruto de un gran equipo que ha hecho posible que esta película se haga realidad”, cerró.
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