Después de su exitoso debut en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), la ópera prima de Urzula Barba Hopfner, Corina, sigue su paso en festivales mexicanos siendo el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) su siguiente parada mientras sigue generando buenas expectativas para su estreno en enero 2025. Crónica Escenario charló con la realizadora y coguionista del filme en León sobre su esperado primer largometraje.
“Corina es esta chica mega rara, mega ñoña, que de alguna forma se convierte en la heroína de su vida porque se atreve a afrontar sus miedos y, de alguna forma, ampliar su carrera dentro de la literatura”, dijo la cineasta.
“A mí me está sucediendo algo muy curioso y los productores fueron los que me hicieron ver que había como cierto relativismo con mi vida, porque yo antes y después de Corina seguí editando. Tengo 18 años haciéndolo, detrás de la computadora, en mi zona de confort”, señaló inicialmente Urzula sobre la creación de este personaje y el paralelismo que tiene con ella en su vida.
La compleja Corina es interpretada por Naian Gonzalez Norvind de una manera encantadoramente intrigante. “Trabajar con ella fue una experiencia de muchísimo gozo, porque se trabajó desde la creatividad y la inspiración. Desde el casting me di cuenta que ella entendía al personaje con profundidad, que no necesita ser agorafóbica para entenderlo. Tiene una empatía creativa muy bonita”, explicó la directora.
“Y es que con ese tema, parecía que el equipo abordaba al personaje desde la víctima. Fue mi labor darle dignidad a Corina y decir, que ella no se siente así, sino que lleva su enfermedad con ella con dignidad, de alguna forma. Y esa fue la forma en la que la construimos”, añadió.
El guion fue coescrito por ella y un gran amigo de años, Samuel Sosa, con quien ha creado un lazo creativo interesante. “Él es como un hermano. Pasamos muchísimas cosas en el CCC y trabajé con él desde Camila, mi corto previo a Corina”, mencionó.
“Y ahí nos dimos cuenta que trabajábamos muy padre juntos y que compartíamos este humor un poquito oscuro que te ayuda a procesar emociones y a asimilar la historia de alguna forma. Y nos dimos cuenta que había como eso en común, junto a las ganas de contar historias con profundidad”, apuntó la también productora del filme.
“Samuel y yo, cuando trabajamos, tenemos una incondicionalidad muy rica, muy padre, de saber que él va a estar ahí para mí y yo para él. Y con la confianza de, entre lágrimas, decir, oye, esta secuencia es divina o esto es basura. Entonces eso lo hemos sabido llevar con mucho amor, con mucho respeto, lo cual nos permite llegar a lugares creativos vulnerables que yo disfruto mucho y que le dan este sabor a nuestras historias”, añadió la jalisciense.
Sin duda una de las grandes virtudes de la cinta es su banda sonora, creada por dos talentosos compositores, Andrés Sánchez Maher y Gus Reyes. “El trabajo con ellos fue maravilloso, fueron muchos meses de encontrar por dónde queríamos ir con Corina para poder representar su estrés. Eso es lo que nos regala el arte, la representación de la sombra de forma hermosa”, dijo.
“Por ello, la música tiene tantas percusiones, porque es como la representación del ritmo del corazón de Corina, enfrentándose a todo esto, representado de forma bellísima. Eso es lo que lograron. Pero además, el primer tema es también el segundo porque la música se resignifica en la película y lo que al principio significaba estrés hacia el final se transforma en otra cosa”, puntualizó Urzula.
Claro que, otra parte clave del relato recae en la relación que Corina va creando con Carlos, personaje interpretado por Cristo Fernández, que también está en la producción de este filme. “Fundamentalmente esa química existe, pero ellos son polos opuestos y vienen de escuelas súper distintas. Y eso le dio una riqueza, no nada más a la película, sino a los ensayos y al rodaje”, comentó.
“Se adoran, pero son súper distintos. Naian necesita su tiempo, su espacio, es sensible, es como el agua. Y Cristo es una bala, no lo paras. De repente se va al monitor y ya está saltando por otro lado. Entonces, esa riqueza de personalidades y de escuelas se nota en la cinta”, explicó Barba Hopfner.
“Con Cristo se trabajó muy bonito la transformación de ese personaje, conectar con su sensibilidad, que es lo que ella le entrega. Y claro, desde el ensayo se notaba la química. Por momentos, Naian decía ¡hazte para allá, es mucho! Porque Cristo es este hombre divino que llega con toda esta energía masculina, y ella es esta mujer divina que llega con esta sensibilidad femenina. Es una relación que se siente muy gozosa en la película”, agregó.
Curiosamente, para Barba Hopfner, su vasta experiencia como editora, especialmente en el proyecto de El Ladrón de Perros del chileno Vinko Tomicic, le ayudó para poder encarar el reto de dirigir.
“Adoro esa cinta, que estrenó en Tribeca, además de que tengo una relación bellísima con su director. Definitivamente, editarla me ayudó muchísimo como directora porque tuve la oportunidad y el permiso de ver el proceso de los directores y cómo abordan su material o de qué decisiones toman, dudas tenían”, expresó.
“Me ayudó muchísimo para enfrentar aquellos retos a los que te enfrentas de primera mano. Pero, sobre todo, mi oficio me ayudó a tener claridad en el rodaje porque, automáticamente ya estaba editando en mi cabeza. Eso me dio ciertas certezas que siento que no habría podido tener no siendo editora antes. Era como una intuición generada después de 18 años de estar detrás de la pantalla”, aseveró.
Aunque Corina ha probado su fuerza con el público que ha conectado muy bien con esta emotiva historia, para Urzula todo este proceso ha sido nuevo. “De alguna forma, el claquetazo inicial de la cinta significó mucho en mi vida porque, de pronto, me enfrenté a prensa, a fotos, a ya no estar escondida”, comentó.
“Entonces, Corina me sacó completamente de mi zona de confort porque venía de escribir la película, del rodaje y estaba acostumbrada a ello por mis prácticas en el CCC. Pero ya estar en la luz del reflector, con los actores dando la cara, con la prensa y la gente deteniéndote y diciéndote que les encantó tu historia es algo a lo que no estoy acostumbrada”, siguió.
“Eso ha sido un reajuste en mi vida, afrontando muchísimos miedos y está siendo muy divertido. Lo estoy tomando desde el agradecimiento, porque si Corina y la gente con la que colaboré necesitan que todo esto suceda, está perfecto”, reflexionó.
“Me dan ganas de llorar, porque nunca pensé o me preocupé, por ignorancia, por cómo el público la iba a recibir. Realmente no dimensionaba eso en mi existencia ni sabía que eso se preguntan los directores. Suena muy lógico, pero de verdad no sabía cómo recibir todo el cariño de la gente”, continuó.
“Me llevé la mano al corazón conmovidísima por la reacción en Guadalajara. A partir de ahí, ver cómo conectan con la película, cómo se conmueven con el personaje, fue una sorpresa que yo le agradezco a la vida porque conectar con el público desde el corazón, sobre todo si haces las cosas con amor, se comunican de una manera bella”, manifestó a su vez la jalisciense.
Finalmente, la ahora también directora habló de lo que se viene después de Corina. “Me estresaba muchísimo esta ópera prima. Y la forma en la que me empecé a regular para poder continuar con ella, fue comenzar con otro proyecto que empecé a escribir e idear. El relato se llama Yo disonante donde volveré a colaborar con Samuel (Sosa)”, adelantó.
“Tenemos ya algunos meses desarrollando esa historia, escribiéndola y se viene padrísima. Tiene a otra mujer protagonista con nombre fuerte, se llama Casilda, y la estamos desarrollando. Aunque aún no está terminada, ya me conmueve un montón y viene fuerte, viene bonita”, concluyó.
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