Aunque con algunos extraños detalles en la logística de los horarios, la tercera edición de la versión jalisciense del festival Corona Capital, entregó sorprendentes actos que superaron las expectativas de algunos asistentes.
El magno evento musical se llevó a cabo el pasado sábado 21 y domingo 22 de mayo en las inmediaciones de la Arena VFG —propiedad del imperio Fernández—, en la que el público fue recibido por la estatua de El Charro de Huentitán creada por Sergio Garval, ubicada en Tlajomulco de Zúñiga, en la zona metropolitana de Guadalajara. Estado que se ha convertido en la segunda capital para la industria del espectáculo en México.
Con el Corona Capital de Guadalajara (CC GDL) cerramos la jornada festivalera más importante del año que inició en marzo con el Vive Latino y que continuó con un desfile de eventos musicales que pretendieron recuperar las ganancias perdidas durante casi dos años de estar frenados por la pandemia.
En ese afán por “volver a lo que teníamos”, Ocesa ha buscado estrategias que funcionen mercadológicamente para que el público retome las actividades de entretenimiento; no obstante, algo que parece quedar como constante son las cancelaciones —que aunque ya existían pre-pandemia, parece que se acentuaron tras ella— y la gota que colmó el vaso fue precisamente lo sucedido con la pasada edición del Corona Capital en la Ciudad de México en noviembre del 2021, con St. Vincent, The Kooks, ‘!!!’ (Chk Chk Chk) —que resultó en un DJ set [por lo menos]— y como cereza, la cancelación de Disclosure, una hora antes de su presentación.
Con ello, no sería inusual que la gente se abstuviera de comprar las entradas hasta cercano el evento y conocer el cartel [casi] definitivo; sin embargo, las redes sociales del evento anunciaron que el CC GDL había agotado sus boletos, pese a que “faltaban por revelarse” algunos artistas.
Más pronto que tarde, dieron a conocer la cancelación de Death Cab For Cutie a un día de iniciar la jornada, y aunque el comunicado difundido en redes sociales aseguraba que era por “motivos ajenos al festival”, no se dio mayor detalle del porqué.
ACTOS SORPRESA
Por si fuera poco, cada día contenía un acto sorpresa que generó todo tipo de expectativas entre el público, incluso, hubo quienes creyeron que podría tratarse de My Chemical Romance —algo que solo fue impulsado por la esperanza que generó el reciente lanzamiento de la banda, “The foundations of decay”, hace unos días—.
Pero el caso fue que, el pequeño símbolo que denotaba una trompeta en el horario del primer acto sorpresa, se debió a que se trataba de un proyecto de regional mexicano; en este caso, protagonizado por Camila Fernández —mejor conocida como “La hija del Potrillo”—, quien aprovechó el estar en casa para interpretar los icónicos temas de su abuelo y los infaltables éxitos de José Alfredo Jiménez.
Aunque inesperada, la participación de Camila Fernández también se entiende debido a que en los últimos años, la reacción que el público festivalero ha tenido hacia proyectos de música tradicional mexicana ha generado poco a poco la inclusión del género regional en los festivales más importantes del país: Mi Banda El Mexicano en Pulso GNP (2019), Caballo Dorado en Tecate Coordenada (2019), Alejandro Fernández en Tecate Pa'l Norte (2021) o Banda MS en Vive Latino y Natanael Cano en Pulso GNP, este año.
Siguiendo la lógica, el segundo acto sorpresa que cerraría la jornada, fue anunciado con el ícono de una esfera disco, la idea de un DJ set fue más que obvia, aunque se esperaba un cierre orquestado tal vez por un nombre familiar como Patrick Miller, la verdad es que Ferraz (@ferrazmusic) ofreció una buena rave en la carpa del Viva Tent; que pese a exceder el tiempo de su horario, dejó a los últimos asistentes de la noche con ganas de más, ofreciendo el cierre ideal de la tercera edición.
LO DESTACADO
Fue una jornada llena de importantes proyectos, increíbles sorpresas y momentos que con el tiempo seguramente serán épicos a la memoria de los más aguerridos espectadores y consumidores musicales; como la presentación de Blondie.
Blondie es conocido mundialmente como un obligado referente de la escena new wave, pionero en Estados Unidos, y que se ha merecido su inclusión al Salón de la Fama del Rock and Roll desde hace 16 años.
Pasó casi un lustro desde su última visita al país en el Palacio de los Deportes junto a Garbage, para una gira colaborativa en la que la misma Shirley Manson reconoció la grandeza de compartir escenario con una importante figura femenina del rock, como Debbie Harry: “Se trata de pasar la antorcha y de celebrar a las nuevas generaciones con un sentido artístico”, dijo Manson en aquel entonces; algo que quedó como anillo al dedo para describir lo que Blondie hizo el sábado arriba del escenario KIA.
Motivados por la melancolía de una banda que marca generaciones desde mediados de los años 70 a la fecha, el público esperaba reencontrarse con temas como “Atomic”, “One way or another”, “Heart of Glass” y “Maria”, algo que fue cierto pero no del modo que presenció.
Enfundada en una gran personalidad y adornada por un elegante conjunto rosa, Debbie Harry y compañía ofrecieron un espectáculo que superó las expectativas, con una energía abrasadora inspirada también por los arreglos y solos de guitarra que refrescaron las emblemáticas canciones del pasado y las renovaron para un público insaciable y que probablemente era la primera vez que los veía en vivo.
Sin importar el género, lo que diferencía [a mi parecer] un gran proyecto de un uno pequeño, no tiene que ver necesariamente con su trayectoria o el nivel de popularidad que adquiera con el tiempo, sino por asumir una actitud que no subestime a ningún público, por joven o poco conocedor que este sea, la entrega debe ser la misma, como cuando tocaron para sus primeros seguidores.
Misma actitud que mantiene la banda sueca de garage rock, The Hives, que con casi tres décadas de existencia, continúa ofreciendo explosivos espectáculos que no requieren precisamente de pirotecnia, basta con la euforia de la interpretación de sus integrantes y la enérgica actuación de su frontman, Pelle Almqvist, para inyectar dosis de adrenalina hasta al más apático de los espectadores que presenciaron su show el domingo.
OTRAS ACTUACIONES QUE TAMPOCO DECEPCIONARON…
Tras presentarse el pasado jueves en el Foro Sol de la Ciudad de México, The Strokes hizo escala en la ciudad jalisciense durante el primer día de la jornada, donde vimos a Julian Casablancas mantener la compostura y entregar una actuación al nivel de sus compañeros y de la afición que los ha seguido durante años. [Se cancela la intervención para Casablancas.]
Aunque con evidentes fallas en el sonido al inicio, X Ambassadors sacó a flote su actuación arriba del escenario Corona Agua Rifada, atrayendo al mayor número de asistentes durante las primeras horas de haber iniciado el festival; creando el preámbulo perfecto para que The Drums se presentara a continuación en el otro escenario principal, sin embargo, no fue así, y se recorrió hasta el horario de Death Cab For Cutie, dando oportunidad a que los asistentes que se encontraban varados en el tráfico para llegar al venue, tuvieran oportunidad de, por lo menos, no perderse de otro de los números más esperados.
Y precisamente en la línea de los actos esperados se encuentra, Kings of Leon, que se apropió del Corona Agua Rifada para iniciar el cierre de la jornada, despidiendo a los asistentes con temas que los remontaron una década atrás con “Sex on fire” y “Use somebody”, sin perder de vista tracks más recientes que también se han ganado el corazón del público, como “Waste a moment”.
Para la hora de Metronomy, un número aún más grande de público se aglomeró frente al escenario, los rayos de sol no daban tregua y pese a la falta de sombra, los asistentes no desistieron a presenciar al quinteto británico; ellos por su parte, hicieron que valiera la pena.
Metric, al igual que The Strokes, hizo escala en el festival a días de ofrecer un concierto en el Pepsi Center WTC de la Ciudad de México, para emocionar a los asistentes con electrónicos temas que energizaron la calurosa tarde, y complaciendo al público que clamaba por “la canción de Scott Pilgrim”, refiriéndose a “Black sheep”; que en la comedia juvenil es interpretada por la actriz Brie Larson.
Otra referencia cinematográfica que no pudo faltar, fue cuando tocó el turno de Smash Mouth; quienes aprovecharon la caída del sol para darle un aire californiano a la tarde con clásicos como “Walkin' on the sun” o “All star”, que bien pudieron funcionar como soundtrack para la pista de patinaje ubicada entre los stands interactivos al centro del festival; sin embargo, no podían bajar del escenario sin interpretar la esperada “I'm a believer”, para volver en el tiempo al 2001, cuando la travesía de un ogro verde y un asno parlanchín, se convirtió en una referencia obligada de cultura popular.
Y mientras la dulce y melódica voz de Lauren Mayberry creó un ambiente melancólico durante la tarde noche del sábado, al ritmo de la música de la agrupación escocesa, Chvrches; casi en el mismo horario pero del domingo, el trip hop del australiano Nick Murphy, añadía sensualidad con la cadencia de la música de Chet Faker.
Más tarde, Jake Bugg atrajo al público como abejas a la miel con su folk rock, algo que permitió la alternancia de horarios entre los dos escenarios principales, dando oportunidad a que la carpa del Viva Tent expusiera a proyectos más electrónicos como French 79, !!! (Chk, chk, chk), Digitalism o Tove Lo.
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