El caso Monroy, una película protagonizada por el actor mexicano Damián Alcázar y dirigida por el cineastas peruano Josué Méndez, que se estrenó este jueves en los cines del país andino, es una tragicomedia que critica al sistema judicial de Perú y que muestra, una vez más, cómo la realidad supera a la ficción a la hora de describir a la sociedad y sus matices.
El filme presenta a Rony Monroy, un personaje real que fue retratado en el libro de crónicas Día de visita, del periodista y escritor peruano Marco Avilés, y que durante años acudió a un penal de mujeres de Lima con la intención de “ayudar” a presas extranjeras.
“Es surreal. Cuando uno se entera de lo que hacen yendo a la cárcel a conocer chicas, ya es una situación que es difícil de digerir. Por un lado, ¿a quién se le ocurre?, y por otro lado, ¿cómo el sistema lo permite?”, indicó Méndez a EFE.
El germen de la película, que cuenta las visitas de Monroy a la prisión para conocer a presas y sentirse “útil y valioso” en una edad cercana a la jubilación, surge de dos historias que transcurrieron de forma paralela en la vida del cineasta.
“Yo en la adolescencia tuve una tía que estuvo en el penal de mujeres y la visité durante cinco años. Fueron visitas que me marcaron bastante, porque vi otra faceta de la vida del interior del penal”, señaló el director al indicar que los días en los que se permitía la entrada de varones “eran casi una experiencia festiva” y las reclusas mostraban “su mejor versión”.
Contó que estas mujeres eran personas “llenas de sueños”, cosas por cumplir al salir de prisión y sus historias se quedaron en su cabeza durante mucho tiempo.
Años más tarde, Méndez leyó Día de visita, cuyas primeras páginas están dedicadas al personaje que iba a la cárcel a conocer internas, ayudarlas con sus casos y convertirse “en una especie de mediador, tramitador para que salgan de la cárcel con un beneficio penitenciario y una vez fuera vivía estas exageradas aventuras”.
El director unió estos dos ingredientes porque sintió que le permitirían contar historias y anécdotas sobre este espacio carcelario, y ahí empezó una investigación del entorno judicial y del penal de mujeres de Lima.
“La realidad fue nutriendo mucho la ficción hasta que, bueno, creamos este guion”, dijo Méndez que anteriormente ha dirigido los largometrajes Días de Santiago (2004) y Dioses (2008).
“Lo que surgía de la investigación que hicimos era algo muy claro, que lo que se ha armado no es un sistema que busca justicia, e ir tras la verdad, sino que busca sacar su ‘tajada’ a todo nivel: jueces, fiscales, secretarios, abogados, y los que ni siquiera son abogados, pero todos están como pirañas. Muy atentos para sacar su tajada”, sostuvo.
Para Méndez quienes salen perdiendo en este sistema son las personas que están en un estado de mayor fragilidad, como las extranjeras detenidas que no tienen un apoyo legal, fuentes de dinero y cuyas embajadas las abandonan.
“Aquí en Perú hay esos espacios, esos vacíos, esos grises, en donde la gente entra a hacer cosas que uno ni se imagina”, comentó.
A pesar de este escenario, el actor mexicano Damián Alcázar encarna a un entrañable personaje que acaba formando parte de este cuestionable sistema, pero con el que el público va a empatizar.
“Quería hacer una película así, que vaya jugando entre el drama y el humor, y él era perfecto para manejar ambos registros. Gracias a Dios, aceptó, leyó el guion, le gustó, le interesó, y vino acá a la aventura de filmar y fue muy lindo. Es una persona que es muy trabajadora, muy dedicada”, dijo el director al añadir que el actor mexicano era “la opción perfecta” para encarnar a Monroy.
Pese a retratar situaciones trágicas y complejas, Méndez sintió que quería contar la historia de una manera muy cotidiana, con toques de humor negro, y mostrar que pese a todo, los peruanos “no nos tomamos las cosas muy en serio”.
Copyright © 2023 La Crónica de Hoy .