Escenario

David Cronenberg: “Antes pensaba que los premios honoríficos eran una invitación a la retirada”

COBERTURA. El cineasta canadiense fue homenajeado en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián con el Premio Donostia a la trayectoria: “Ahora veo los premios como un aliento para seguir haciendo cine”

El actor John Malkovich recibe un premio
director y guionista canadiense David Cronenberg recibe este miércoles el segundo Premio Donostia del 70 Festival de Cine de San Sebastián. director y guionista canadiense David Cronenberg recibe este miércoles el segundo Premio Donostia del 70 Festival de Cine de San Sebastián. (EFE/Juan Herrero)

David Cronenberg ha recibido este miércoles el Premio Donostia del Festival de San Sebastián (norte) en una ceremonia en la que ha habido felicitación telemática del actor con el que más ha trabajado, Viggo Mortensen, y en la que el director canadiense ha defendido las artes subversivas si eso nos permite vivir en armonía.

En esta gala, celebrada en el teatro Victoria Eugenia, Cronenberg ha confesado que en algún momento de su vida había llegado a pensar que los premios honoríficos como el de hoy eran más bien una invitación a la retirada, que era una manera de decir “basta, stop”, pero con el tiempo ha entendido que no es así y ha aceptado gustoso el galardón como “un aliento” para seguir haciendo cine.

Ha agradecido además recibirlo en esta ciudad “tan vinculada” a la cultura y al cine. Y ha añadido que le parece muy importante que las artes sean subversivas en este mundo actual si con ello la sociedad puede vivir en armonía.

Las palabras de agradecimiento le han llegado tras el saludo de Mortensen, Premio Donostia 2020, que en un vídeo enviado desde “un planeta muy lejano”, como ha dicho el director del Festival, José Luis Rebordinos, le ha felicitado por este reconocimiento y ha destacado que ha sido un honor haber colaborado con él, que quien ha aprendido tanto.

Otra gran admirador suyo, el director argentino Gaspar Noé, ha sido el encargado de hacerle entrega del Premio Donostia tras haberle lanzado una lluvia de elogios y haber asegurado que Cronenberg es de los directores que han logrado construir una obra y que lo ha hecho con “un prisma inusual, inquietante y adulto”.

Tras la gala, se ha proyectado su nuevo largometraje, Crimes of the Future, en el que arremete contra Estados Unidos por la posible ilegalización del aborto. El filme compitió por la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes y está protagonizado por Viggo Mortensen, Léa Seydoux y Kristen Stewart.

David Cronenberg (Toronto, 1943), también guionista y actor ocasional, es uno de los cineastas más singulares del último medio siglo, considerado un maestro del horror biológico, de las atmósferas turbadoras y de un universo tan personal como intransferible, según la definición del propio festival.

Ha dirigido una veintena de películas y es autor de numerosos trabajos para televisión. El certamen donostiarra proyectó en 2004 su filme Crash, de 1996, en el marco de la retrospectiva Incorrect@s y tres años después el cineasta Cronenberg visitó San Sebastián por primera vez para inaugurar la Sección Oficial a concurso con la Promesas del Este.

El director de películas como Rabia, La mosca e Inseparables, se suma con este reconocimiento, que el domingo recogió Juliette Binoche, a una lista de premios Donostia de la que forman parte, entre otros directores, Francis Ford Coppola, Woody Allen, Oliver Stone, Agnès Varda, Hirokazu Koreeda y Costa-Gavras.

Hijo de una pianista y de un escritor, David Cronenberg creció entre libros y cómics que cimentaron su interés por la cultura y el cine.

Se inició con cortos como Transfer (1966) y From the Drain (1967), a los que siguieron los largometrajes de corte experimental Stereo (1969) y Crimes of the Future (1970), título que coincide con el de su última película.

Los títulos que forjaron su prestigio como autor dentro del cine de género más radical fueron Scanners (1981) y Videodrome (1983), una de las cimas de la estética de la Nueva Carne. Después filmó La mosca (1986), Inseparables (1988) y M. Butterfly (1993), las dos últimas con Jeremy Irons.

Ahora, con Crimes of the Future, ha hecho una revisión o compendio de sus antiguas obsesiones y ha contado por cuarta vez con el actor Viggo Mortensen, con el que trabajó asimismo en Una historia de violencia, Promesas del este y Un método peligroso.

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