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Actor, dramaturgo, adaptador y traductor, David Gaitán fue otro de los invitados de gala para charlar con el periodista Óscar Uriel en esta undécima temporada de TAP -Taller de Actores Profesionales, un lugar donde el talentoso artista mexicano compartirá lo más entrañable de su carrera. En Crónica Escenario hablamos con él al respecto de esta invitación para recorrer y ver en retrospectiva su fructífero paso en el medio.
“Creo que el puro hecho de que un programa de actrices y actores tenga 11 temporadas es un síntoma claro de la huella que ha dejado y sin duda se ha convertido en está década en un referente de legitimación de nuestro oficio, por lo que es un honor ser convocado entre la gente para tener una entrevista poco usual dentro de todas las que en nuestra profesión tenemos que dar constantemente. Es bueno tener estos espacios para que se visibilice nuestro trabajo y se comunique lo que hacemos”, declaró Gaitán acerca de su presencia en este show.
Para David, los espacios para poder dar este tipo de charlas son dignos de ser valorados. “Hay pocas entrevistas que se abordan como se hace en TAP, no sólo por la amplitud, sino por las preguntas y el tono de las mismas, la invitación a hacer reflexiones amplias, profundas, lo personal que se pueden poner pero en un entorno cuidado. Me parece un espacio que celebro mucho. Espero que sobreviva y que lo siga haciendo, creo que no es habitual que lleve tanto tiempo al aire con tan buenos resultados”, reflexionó.
Y es que una parte fundamental de este show es justamente ver otra faceta del histrión que pocas veces se percibe. “Hablamos de nuestro trabajo, de quién soy y de lo que me interesa del mundo y es una manera sofisticada para hacerlo, pareciera una charla de descarga en el que uno puede hablar en primera persona, reflexionar de esos trabajos, lo que uno haría diferente, los posibles errores, todo ello es una gran oportunidad. Lo hacemos cotidianamente en la vida privada pero poder compartir ese gesto en público en un espacio tan inspirado es increíble”, expresó Gaitán.
Qué mejor hacerlo al lado de un viejo conocido suyo, Óscar Uriel, con quien ha tenido la fortuna de coincidir en el camino varias veces. “Hemos colaborado en dos proyectos teatrales, donde tenía un rol como actor. El primero fue Zoológico de Cristal y el más reciente fue Hamlet, ambos proyectos muy satisfactorios para mí. La relación con Oscar se forjó en un contexto de estar trabajando en el mismo proyecto, pero además es alguien que ha seguido mi trabajo, desde lo periodístico y yo el suyo en este proyecto de TAP. Hemos estado caminando cerca y cada vez que el trabajo y la profesión nos convoca a un asunto mucho más específico pues lo disfrutamos mucho”, manifestó el multifacético artista.
Esta participación en el Taller de Actores Profesionales abre una ventana para poder mirar en retrospectiva muchas de las cosas que ha hecho en su carrera con cierta nostalgia. Al respecto, David comentó: “He tenido la suerte de incursionar en distintas plataformas de comunicación en el fenómeno de contar historias. Me formé en teatro, es mi casa, lo sigue siendo, es el territorio donde están mis afectos, mi familia, mis amores, pero el paso a lo audiovisual en los últimos años ha sido muy satisfactorio, con mucha adrenalina y emoción de explorar una plataforma nueva dónde poner mis inquietudes al servicio de otra estrategia de comunicación. Ver que está teniendo resonancia, me emociona mucho, me motiva, me da gasolina en un tanque nuevo y eso ha sido muy gozoso”.
Esta capacidad que David ha mostrado para manejarse en diversas áreas de la expresión artística ha sido interesante para él. “Me formé como actor y el estar arriba del escenario o frente a la cámara representa un ejercicio de mi libertad que no encuentro al escribir y el dirigir. En estas actividades encuentro otros aspectos que satisfacen otras necesidades vitales, pero el actual es capital en mi vida. No me permito que pase demasiado tiempo sin estar ahí porque el ejercicio que representa no lo encuentro en ningún otro lado”.
Gaitán, cuya raíz y alma están en el teatro, ha dado el salto a lo audiovisual gracias a su talento en la escritura gracias al documental Una película de policías, de Alonso Ruizpalacios. “Ha sido una transición que ha implicado una reelaboración técnica de cómo contar historias, entender las necesidades del mundo audiovisual y del mundo teatral, entender los campos de experimentación de uno frente a otro espacio. Me entusiasma pensar que toda la investigación formal del circuito de teatro en el que me he formado y me he movido y con el que tenemos como una declaración oficial de motivos, pueda llevarse al cine. Eso me emociona mucho, en verdad”, enfatizó.
Así, como escritor ha hecho esta transición hacia lo audiovisual, también ha llevado elementos de este medio hacia su creación teatral. David nos explicó cómo lo ha logrado. “Hay que entender cuáles son las estrategias finales para el proyecto que desarrolla uno en particular y después, mientras más herramientas se conozcan o se dominen o uno se rodee del equipo óptimo que las maneje, encuentras que las formas de contar las historias son vastísimas. Creo que el teatro es de todas las artes la más avanzada porque te permite la entrada al audiovisual, las artes plásticas, la danza, entre otras. Entonces, en la combinación de esas herramientas, lo que buscas es crear una experiencia memorable para todos los que están”.
Además, expuso las facilidades que el teatro permite al creador, algo que comparte con lo audiovisual. “Puedes poner a ver al público una película, si te parece que es lo adecuado, le puedes poner una presencia ahí, un gesto plástico, una escultura, a partir de la iluminación hacer una atmósfera específica. Todas esas herramientas pueden funcionar. Y de alguna forma pasa lo mismo con el otro enfoque, a nivel de escritura de guiones, la cantidad de estrategias narrativas para que pongas en un papel un universo para llevarlo a cabo es amplísimo”.
En algún momento, antes de encontrar su vocación en la actuación, David estudió psicología, algo que le ha ayudado en su carrera a forjar sus papeles y textos. “Sin duda, me gusta mucho pasar por un filtro psicológico y pasar los personajes y sus motivaciones a partir de ciertos resortes que creo que tienen su origen en el rato que pasé por esta carrera. Vengo de una familia de psicoanalistas, entonces, también es algo que encaja. Es un tema que en la mesa es habitual. Eso forma a las personas y me ha formado a mi y no hay manera que eso no se refleje en mi trabajo”, confesó.
Repasando el largo camino que ha tenido en su carrera, Gaitán reconoció que hay una mezcla de factores que lo han mantenido en pie para abrirse paso hasta lo que es ahora. “Creo que es una carrera que siempre consta de resistencia, rigor, de disciplina, amor a la profesión y de suerte en una buena medida. Es en la combinación de esos y en la paciencia que se necesita para esperar a que coincidan en nosotros esas fuerzas y saber aprovechar esas oportunidades, lo que provoca que eso invite a más trabajo en el futuro”, meditó el artista.
Además, no omitió recalcar lo duro que es dedicarse al arte en tiempos recientes. “En esta profesión dependemos mucho de buscar espacios, de la inversión pública, de la confianza de los sectores políticos. Hay que recordar que el arte como vanguardia política es muy poco habitual. En el presente se está viviendo un momento muy oscuro en ese territorio a pesar de que tenemos un gobierno de izquierda por el que se votó convencido, pero con respecto a este tema se toma como algo elitista que genera una sanción muy extraña. Ahorita, donde queda uno parado y lo que uno pretende hacer junto a la cierta sofisticación del pensamiento que el arte promueve, depende de estar persiguiendo los espacios para poder expresarlos y eso también es una batalla constante”.
Casi cerrando la charla, el talentoso artista mexicano compartió algunas de las reflexiones o aprendizajes que le dejó formar parte de TAP esta vez. “Creo que la serie, más que un espacio de aprendizaje, es un lugar de descarga articulada y que, como espectadores, es muy satisfactorio poder disfrutar pues escuchas a mucha gente admirada. De ahí uno aprende, se identifica, encuentra tranquilidad en el saber que el problema de uno ha sido el problema de otro y en ese sentido, el programa satisface muchos frentes, el permitir un espacio de identificación, el promover el trabajo de quienes estamos ahí, dentro de este gremio artístico”.
Finalmente, David Gaitán nos adelantó un poco de lo que se viene en el futuro próximo. “Actualmente estoy trabajando en el montaje de una ópera, La Orestíada, estrenamos en el Cervantino el 27 de octubre y el 29 tenemos una función especial en el Palacio de Bellas Artes. Estoy escribiendo una película, también ando preparando un proyecto de teatro para Uruguay el próximo año. En febrero próximo en el Centro Nacional de las Artes estrenará una obra nueva de mi autoría y dirección que se llama Lugar de la sombra y la brisa y también preparamos un proyecto para España el siguiente año, así que vamos a estar bastante movidos”, concluyó.
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