Durante su visita a México para promover el lanzamiento de El exorcista: Creyentes, el famoso productor y creador de Blumhouse, Jason Blum, así como el director de la cinta y la exitosa última trilogía de Halloween, David Gordon Green, ofrecieron una plática para todos sus seguidores y amantes del terror. Crónica Escenario estuvo presente en la interesante charla acerca de los retos para filmar esta ‘recuela’ así como la importancia de la película de William Friedkin para la creación de este nuevo relato en pleno siglo 21.
El productor y director comenzaron recordando la sensación que vivieron al ver por primera vez la cinta original de 1973. “Estaba en mi casa y jamás fui el mismo después de mirarla, así de impactante fue. Y relacionándola con el trabajo que hace David en esta entrega, lo que quisimos cuidar fue que no repitiéramos ni copiáramos nada de esta historia. Lo único que buscamos emular en ese sentido era el provocar esa sensación que tuvo la gente al mirar por primera vez la cinta de Friedkin. Pero tengo que admitir que El Exorcista fue una película que cambió por completo mi vida, para bien o para mal”, reflexionó Blum.
“En mi caso fue algo totalmente diferente. Mi familia era muy estricta conforme a las películas que veíamos y definitivamente el cine de terror no era bien visto. Así que esa prohibición provocó que me fascinaran más estos relatos. Cuando llegué a El exorcista, ya había visto Pesadilla en la Calle del Infierno, Halloween y Viernes 13, pero nada me había preparado para ello. La vi en un cubículo de una biblioteca con mis audífonos puestos, esperando que fuera como las otras cintas de terror que había visto. Pero fue algo muy diferente, auténtico y realista”, añadió Gordon Green. “Definitivamente me atemorizó en un nivel mucho más primitivo, se sintió mucho más demoníaca”.
Asimismo, el director y guionista también reconoció la labor de William Friedkin para llevar esta historia a la pantalla. “Creo que el gran mérito que tuvo fue que la armó casi como si fuera una especie de documental, desde la secuencia de la punción lumbar hasta la autenticidad del ritual del exorcismo. Las otras cintas buscaban meramente ser entretenidas mientras que El exorcista era una experiencia donde te sentabas, te amarrabas el cinturón y te agarrabas fuerte del asiento”, señaló.
“El hecho de que el filme se sintiera como un thriller teológico hizo que el proyecto se sintiera como algo mucho más real en términos de la historia es lo que la hace más impactante que otros proyectos de terror de esos tiempos. Otros relatos tenían mucho más elementos fantásticos alrededor de lo que sucedía mientras que aquí el horror era más real y ha resonado tanto a pesar del paso del tiempo”, opinó Jason Blum.
Ante una audiencia que se ha vuelto más cínica que antes ante los sustos, El exorcista se mantiene como una constante para los amantes del género. “Me parece que eso pasa porque no es parte de una moda o alguna tendencia, sino que se mantiene como una historia que comenzó el debate acerca de la posesión satánica cuando nadie estaba preparado para hacerlo. La sociedad en ese entonces lo guardaba como un tabú, veían con vulgaridad el cómo actuaba Regan, lo grotesco y las malas palabras que expresaba, pero todo hecho en medio de una historia fraterna entre una madre y su hija”, explicó David.
“Existían detalles dentro del filme que revelaban un mundo donde no brincaban inmediatamente hacia lo que te asustaba, como muchas otras cintas del género en su momento, sino que construía con sutileza todo eso hasta llegar al punto climático”, añadió el cineasta.
En este punto, el productor de grandes franquicias de horror expuso: “Cuando haces una película de terror existe una presión por traer el primer gran susto cercano al principio de la historia, pero cuando hacíamos eso, por ejemplo, en Actividad Paranormal, no resultaba tan efectivo para la audiencia. Extrañamente existe una tendencia por hacer eso en las cintas de género pero definitivamente es mucho más efectivo todo el miedo cuando estás emocionalmente involucrado con el drama del contar una historia antes de querer asustar a la gente”.
Ante el reto de retomar una cinta tan querida como ésta para los fans, existe un factor de riesgo tremendo que, tanto Blum como Gordon Green, sintieron de forma diferente. “Para mí fue un golpe de emoción y adrenalina tomar el proyecto de Creyentes. Como gran fan del cine de terror que soy, fue como jugar un juego pero no con juguetes sino con actores talentosos como Ellen Burstyn o Jamie Lee Curtis, en el caso de Halloween”, dijo el director.
“Suele ser desalentador tomar la considerada película más aterradora de todos los tiempos y reinventarla. Tiene sus pros y sus contras, pues todo mundo tiene una expectativa de lo que debería ser esta cinta. Pero la experiencia y todo lo que aprendimos después de revivir Halloween, me dio a mí la confianza y comodidad así como el deseo de lograr ese éxito ahora con El exorcista”, añadió el aplaudido productor.
Asimismo, Blum confesó que otra de las piezas clave aprendidas en el arte de la reinvención de clásicos es tener de vuelta a la mayor parte de los involucrados en la original. “En mi caso, fui a casa de William Friedkin hace unos 10 años para hablarle de hacer una secuela. Pasé charlando con él un par de horas y fue una increíble experiencia. Cuando decidimos hacer El exorcista: Creyentes, fue a él a quien le llamé primero y aunque suelo ser muy persuasivo, intenté de todo para que aceptara regresar como productor pero para él era algo que no quería volver a tocar. Lamentablemente, ya no pudo ver la cinta terminada, pero creo que le hubiera gustado”.
Otro factor destacado es el regreso de la matriarca MacNeil, Ellen Burstyn, a la franquicia. “Su papel evolucionó un poco a como lo habíamos pensado. Cuando nos aproximamos a ella, fue antes de tener un guión escrito y no estaba lista para comprometerse con el proyecto. Le di unas cuantas ideas mientras ella me recomendó algunos libros que pensó podrían ayudarme. Es curioso pues, después del éxito de la primera cinta, mucha gente la asocia con el mundo espiritual, lo que ofreció un panorama más relacionable con su personaje, pudiendo trabajar de manera consciente y subconsciente el rol que acabó por realizar en el filme y finalmente ser como una guía para nosotros”, declaró el director.
Pero El exorcista: Creyentes no sería nada sin el trabajo de las niñas poseídas, Lidya Jewett y Olivia O´Neill, un reto que siempre es duro en las películas de terror. “Desde sus audiciones detectamos que tenían algo muy especial y tenían una gran capacidad de improvisación. Lo difícil era que teníamos pocas horas para trabajar con ellas pues tenían que ir a la escuela y eran 2 horas y medias de proceso de maquillaje, luego sentarlas a hacer las escenas junta, en sí tuvimos muy poco tiempo de trabajo con ellas”, dijo Gordon Green.
“Pero demostraron tener deseo y una ética de trabajo impresionante, además de un compromiso por reflejar esas emociones en ese periodo limitado de tiempo que fue algo afortunado. Tuvimos mucho apoyo de sus padres y de Linda Blair, que nos ofreció apoyo para poder contar este tipo de relatos debido a su experiencia previa, dándonos consejo de cómo podríamos hacer las cosas o mejorarlas para las niñas. Las protegimos mucho tanto a ellas como a nosotros mismos durante todo el proceso”, añadió.
Finalmente, Jason Blum confesó que ama el trabajo que realiza, especialmente al retomar clásicos como Halloween o El exorcista. “La verdad es que me siento afortunado de tener un trabajo que me permite tomar prestada la propiedad intelectual de otros que tanto admiraba cuando era joven y poder darle un giro moderno a ello. Si le dijeras a mi yo de 20 años que en algún momento haría una cinta de El exorcista, jamás lo creería. Pero eso me parece una cosa muy satisfactoria y divertida de hacer”, apuntó el productor multi nominado al Premio de la Academia.
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