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Poco a poco el cine de género se abre paso entre los festivales más importantes del mundo. Uno de esos ejemplos es el de Desaparecer por completo, cinta de terror mexicana dirigida por Luis Javier Henaine, que deja la comedia de lado para ahondar en un relato que busca impresionar a los asistentes al Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM).
Crónica Escenario estuvo presente en la charla que ofrecieron Harold Torres y Teté Espinoza, protagonistas del filme, así como Pablo Zimbrón, productor y el realizador mismo donde ahondaron en la importancia de generar este tipo de historias en el país.
Torres interpreta a un fotógrafo de nota roja envuelto en un peligroso dilema debido a la falta de escrúpulos de su profesión. “Eso ya venía en el guión de 2017 escrito por Ricardo Aguado-Fentanes, mismo que tenía estas referencias a Enrique Metínides. Aunque ya había visto sus fotos, lo había seguido tanto”, dijo.
“Hasta que recibí el guión me metí más a la nota roja y estaban estos homenajes visuales que decidimos meter, pues él es referente número uno de esas noticias (...) Ese fue el tratamiento original y nunca lo cambiamos, es la misma historia en esencia a la que solamente le cambiamos un par de detalles para armar el rompecabezas que es la cinta”, añadió.
Para crear el terror que persigue a Santiago (Harold Torres), se armó un interesante diseño de producción que transmitiera esas atmósferas citadinas escabrosas. “Lo trabajé con Alisarine Ducolomb y fue grato porque ella sabe mis gustos e hicimos mucha investigación, tuvimos muchas referencias visuales, especialmente Seven de David Fincher que fue la principal”, comentó Henaine.
“Pero en el rodaje, mientras se enteraban del tema de la brujería parecía que a todos les pasaba algo, encontraban cosas en su casa y había algo relacionado con ese tema en un tono medio en broma pero en serio que nos rodeaba. Claro que teníamos mucho respeto a esas energías oscuras y desconocidas que, aunque seas escéptico, te mueven”, apuntó el director.
Harold Torres se mostró emocionado y agradecido con el equipo por la oportunidad de hacer este papel perturbador: “Este personaje conlleva muchos riesgos y trabajo que hacer. Para mí, fue cansado estar en este rol pues mi propuesta corporal me obligaba a estar jorobado sumado a la carga energética del personaje, un tipo cansado, con trabajo de noche, pero lo que más me llamó la atención fue el miedo que pasa en la idiosincrasia mexicana de los choques de creencias. Son un tipo de contradicciones donde el choque genera esas dudas y el terror mismo”, señaló el actor.
“Me metí de lleno en esas cosas que no entiendes y las reacciones que provocan pero claro que fue difícil. Lo busqué a través de calidades corporales y eso fue lo más trabajoso, pero tenía una cuestión hasta filosófica que me ayudó a sacar a este personaje egocéntrico y generar todo eso a través de mi cuerpo fue lo más complicado”, agregó.
El productor Pablo Zimbrón resaltó que siempre había buscado una historia terrorífica para llevar a la pantalla grande. “Estábamos en la búsqueda de una historia así, tanto Luis Javier como yo amamos el género”, expresó.
“Nos llegó este relato y quisimos trabajarlo aunque el proceso fue largo y fuimos descubriendo cosas en el camino, entre las experiencias de todo el crew y el crecer al mismo personaje y lo que hay detrás de ello además de la idea de mantener un thriller que gira hacia lo sobrenatural, era muy importante. Decidimos trabajarlo así para dar ese giro final sorpresivo y logramos enfrentar los retos a través de nuestra constancia”, continuó.
Hablando de retos, Henaine manifestó que, contrario a lo que se pensaría, no fue tan complicado pasar de la comedia al terror. “Ambos géneros son bien difíciles de que funcionen pues por un lado hay que generar empatía con las emociones para reír mientras que en el otro espectro se utilizan para generar sustos y tensión. Siempre estoy a la búsqueda de hacer algo de terror que me genere angustia y aunque últimamente hay buenas cintas normalmente son escasas. Me ayuda que me sé la fórmula y entonces eso me facilitó la transición”.
“Además, la comedia y el terror son lo que más se consume en taquilla. Es difícil también lograrlo, pues si es una cinta norteamericana es todo un éxito pero una mexicana tiene que luchar contra esos monstruos. Aunque es una batalla complicada, sin duda existe este nicho importante de seguidores y creo que ahí va creciendo. Me parece muy bueno que en el país haya cada vez más distinciones de esto y no sean etiquetadas meramente como cine mexicano sino de terror”, agregó el realizador.
Desaparecer por completo utiliza una cuestión sensorial que resulta clave para el relato, algo que para Harold también fue complicado de llevar a cabo. “Fue algo que quise aterrizar en el asunto de que vivimos en otra realidad donde lo que está de frente pasa a otro plano”, señaló el actor.
“Es una cosa generacional y creo que nos hemos aprendido a comunicar de otra forma”, complementó. “Fue complicado llevar a cabo esa parte pero definitivamente fue algo complicado aunque siempre fue la idea, que todo fuera sensorial y se sintiera a través de los ojos de Santiago para que la audiencia conectara más con su sufrir”, añadió Luis Javier.
En cuanto al tema del morbo, que es algo inexorablemente ligado a la profesión del protagonista, Torres expuso su punto de vista. “Es muy marcado al grado de que se crea un chisme basado en ello. El daño inherente a él siempre ha existido más allá de las redes y el hecho de que un fotoperiodista se asome a esas tragedias y retire el velo era muy interesante”, destacó.
“A mí me interesaba ver cómo valoramos el cuerpo muerto y el porqué nos preocupa tanto esa cuestión. Como mexicanos estamos tan cercanos al tema de la muerte, entonces hay una cuestión ética poderosa dentro de este planteamiento de la empatía por el prójimo dentro de la tragedia. Y es que resulta más fácil para nosotros decir ‘viva Ucrania’ que comprender a Palestina, por ejemplo”, añadió.
No cabe duda de que el cine de terror en Latinoamérica cada vez crece más, al grado de poder llegar a más público y tener presencia en festivales como Morelia, Venecia o Cannes: “El género está tomando fuerza y lo estamos viendo poco a poco. La base de fans es fuertísima y es muy consumido”, dijo el productor.
“Basta ver la cantidad de festivales que existen específicamente de este espectro y la apertura con los más importantes resulta complicada, pero hay que tocar puertas para que eso cambie, tenemos que seguir explorando las posibilidades, algo que también dependerá mucho de las historias para que el terror se revalore”, complementó.
Por su parte Harold expresó que “los fans son muy peculiares y la nueva generación está haciendo muchas cosas, ahí tenemos a Michelle Garza Cervera, a Adrián García Bogliano, Isaac Ezban, entre otros. Se están conjuntado incluso para hacer grandes proyectos y en México hay festivales enfocados en ello además de mucha gente que sigue esto y a nivel mundial”.
“Ahora es muy probable que cada año haya una cinta de género. Muchas veces la categorización de serie b en lo particular me hace sentir bien, como algo más bonito, aunque en nuestro país no se le tiene mucha esperanza a este tipo de historias”, acotó el actor.
Finalmente la actriz Teté expresó su opinión: “En mi caso, no soy muy fan de estas cintas pero ahora estoy muy orgullosa de lo que se hace con ellas y lo que más me llama la atención es que, con Desaparecer por completo, se aboga por una historia que resalta la magia mexicana, lugar de donde pueden salir tremendas cosas a partir de las energías oscuras que nos llevan a monstruos o lo más violento de nuestro ser, así como a la desconexión de uno mismo o la muerte misma”, dijo.
“Eso me fascina de este relato, que no buscaba repetir una película extranjera sino que era algo muy mexicano. Aunque agradezco estar en el drama mayormente, me encantaría hacer más cosas de terror. Hay que ver qué se cuenta y cómo se cuenta, el contenido es más importante que la sangre o lo espantoso. Aquí pasa eso, son seres humanos que sufren, se transforman y están en conflictos sociales”, concluyó la actriz.
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