En entrevista en exclusiva con Crónica Escenario, Diana Bracho, una de las actrices con mayor trayectoria e importancia del cine mexicano, nos habla acerca de cómo ha sido trabajar durante la pandemia de la Covid-19 y su sentir a propósito de que recibirá uno de los reconocimientos más importantes en su carrera artística: la Medalla Cátedra Bergman, que entrega la UNAM.
Debido al éxito alcanzado a través de más de 50 años de carrera en el séptimo arte, Diana Bracho será galardonada este 19 de noviembre: “En realidad nunca he esperado premios. Me molesta que empiezo un proyecto y me digan que ‘es para premio’. ¡No!, primero vamos a hacerlo bien y a ver después. Nunca he trabajado por premios, incluso me dan algo de miedo, porque te suben a un pedestal y no te puedes bajar de ahí, sin embargo, este reconocimiento de la Cátedra Bergman es otra cosa, es muy estimulante: primero porque está ligada a la UNAM, es una gran universidad que ha alimentado lo mejor de nuestra sociedad”, expresó Diana Bracho, quien le abrió las puertas de su casa a Crónica Escenario.
“Este reconocimiento me llena de ilusión, yo he estado muy ligada a la UNAM. Fui presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) y yo consolidé un acuerdo muy importante entre ambas instituciones, el cual ha sido vital para la Academia, el cual le ha dado un gran vuelo”, continuó.
“Por otro lado, la Catedra Bergman es un homenaje a Ingmar Bergman que es uno de mis directores favoritos. Un gran director. Recibir un reconocimiento que viene de la Catedra Bergman es muy interesante; también recibirá este reconocimiento Luisa Huertas, quien es una actriz maravillosa, de una disciplina férrea y me da muchísimo gusto compartir este reconocimiento con ella. Me siento muy honrada y contenta. Bergman ha sido un maestro de muchas generaciones, nos ha movido su disciplina, su frialdad sueca, nos ha marcado mucho”, enfatizó.
ALZA LA VOZ POR LA PÉRDIDA DE FIDEICOMISOS
Dentro del cine mexicano es una de las pocas actrices que tienen más de medio siglo de carrera, con actuaciones memorables. Originaria de la Ciudad de México, la intérprete habla de como se ha visto afectada por la pandemia del coronavirus, por lo que destaca cómo ha sido trabajar durante este tiempo, además, mencionando como se ha visto afectado la escena del cine y del teatro en el país, después de que les fueron retirados los fideicomisos gubernamentales:
“El quitar los fideicomisos al cine y teatro pegó mucho; bajó muchísimo la capacidad para producir cine. Por fortuna, las personas que trabajamos en el mundo creativo, somos creativas para la vida, entonces la gente ha encontrado nuevas formas de hacer teatro. Yo hice una obra de teatro en línea fantástica, un proyecto precioso con muy buenos actores. Las personas creativas están saliendo adelante con proyectos laterales que no dependen de los apoyos gubernamentales. De las 20 obras que se realizaron, estaban compuestas por dos actores cada obra, interesantes textos, cada quien grababa en su casa y la directora nos dirigía de otro lugar. Una experiencia extraña pero rica, aprendimos a hacerlo bien”, expresó.
Agregó Diana Bracho que hacer una obra de teatro en línea, o ver películas a través de plataformas, es completamente distinto a llevarlo a cabo de manera presencial: “Estamos aprendiendo a vivir de otra manera a raíz de la pandemia, muy diferente, el teatro presencial nunca se puede sustituir, es vital, tiene que volver con toda su fuerza, al igual que el cine”, dijo.
LA REBELIÓN DE UNA NIÑA QUE TRASCENDIÓ EN LAS ARTES
Nacida en 1944 en la Ciudad de México, Bracho creció rodeada del medio artístico. Es hija del famoso actor y director mexicano Julio Bracho (La sombra del caudillo, 1960) y de la actriz y bailarina Diana Bordes Mangel, además es sobrina de divas del cine mexicano como Dolores del Río y Andrea Palma.
Pese a la negativa de su padre, Diana se convirtió en actriz y su debut fue junto al director Arturo Ripstein en la película El castillo de la pureza (1973), que le valió un premio Ariel a Mejor coactuación femenina.
Eso marcaría una exitosa y larga trayectoria de la que también se desprenden filmes como Entre Pancho Villa y una mujer desnuda (1996) y El infierno de todos tan temido (1979), además de Y tu mamá también (2001). Bracho estuvo presente en icónicos trabajos de la televisión mexicana como Cuna de lobos (1986) y Cadenas de amargura (1991).
“Me siento muy orgullosa de haber participado en la década de los 70 con una serie de directores importantísimos y con sus historias en una especie de renovación del cine en ese momento. Sobre todo temático, pero también en su forma de actuar y de hacer cine que venía de antes. Después vino una época del cine bastante oscura, y los últimos proyectos han sido más comerciales, con buenos directores, interesantes, pero en realidad no ha sido el cine más importante que he hecho, a pesar de que todo proyecto que hago le doy toda su importancia que se merece”, explicó.
“Los actores vamos transitando en la vida. A la edad que tengo, hay pocos personajes interesantes para mí, por lo general. Actualmente los personajes principales son jóvenes y yo hecho papeles últimamente como la suegra simpática o la mamá enojona (risas). Papeles no tan interesantes actoralmente para mí, pero nunca demerito ningún trabajo porque si no, no lo haría. No me interesa hacer personajes no principales, pero que sí me exijan, que saquen lo mejor de mí. De lo que sí me enorgullezco en estos años, es haber hecho trabajos estudiantiles en el CCC (Centro de Capacitación Cinematográfica). Esos trabajos sí han sido importantes para mí actoralmente, porque son trabajos pocos vistos, pocos comerciales, pero muy enriquecedores, de este cine me siento muy orgullosa”, añadió.
“Respecto al teatro, cuando hice la lectura de Los monólogos de la vagina, me llenó mucho. Toca temas muy interesantes sobre la mujer, en su época tuvo mucho peso. No dudo que ahorita tendría impacto porque es una obra sencilla que no requiere escenografía o una iluminación en específico, ni vestuario, bueno, solamente vestir algo de negro, pero puedes ir vestida como quieras. Me dejó mucha experiencia, me interesó y la hice varias veces, sería interesante retomarla, es un proyecto muy lindo, al igual que otros proyectos teatrales que he realizado”, dijo.
LA LUCHA POR MORIR CON DIGNIDAD
En las últimas semanas, Diana Bracho ha sido criticada por haber tomado la decisión de haber firmado su Voluntad Anticipada, a la cual respondió del por qué realizó este trámite: “He tenido dos esposos, dos compañeros en la vida, ambos pintores y ambos ya fallecieron; el primero murió hace once años y el segundo murió el pasado mes de julio. Cuando murió mi primer marido, al día siguiente fui ante un notario y firmé mi Voluntad Anticipada, es un trámite muy fácil y válido aquí en la Ciudad de México, ojalá se legalice en todo el país”, comentó.
“Hacer este trámite es tener una nueva visión de la muerte, no nos educan para morir y más bien nos educan para alargar la vida a los seres humanos con condiciones infrahumanas. ¿Cómo es posible tener a tu mamá ocho meses como lechuga en un hospital?, es terrible, y bueno, los médicos tienen una cuestión ética, ellos tienen la premisa de salvarle la vida a sus pacientes, aunque a costa de la calidad de vida de ellos”, continuó.
“Yo si tengo una enfermedad terminal, que no tenga remedio, no quiero que me alarguen la vida, quiero que me dejen, que mi cuerpo suelte, que se vaya, porque ya me toca. Es un regalo a tus seres queridos, liberarlos de una fuerte decisión de ‘¿qué hacemos con mi mamá?’, y la diferencia a decir: ‘mi mamá tiene una enfermedad terminal, no tiene remedio, vamos a ayudarla a que muera con dignidad, a que su cuerpo llegue a donde tiene que llegar naturalmente y se vaya’, imagínate la diferencia de una relación así”, mencionó.
“Yo he sido una persona que desde chiquita he decidido toda mi vida. Me he equivocado, obviamente, muchas veces, he hecho lo que he querido. He sido responsable de mi vida, por lo que quiero ser responsable de mi muerte, quiero ser responsable del final de mi vida, que a todos nos va a tocar y no aventarle esa responsabilidad a las personas que quiero. Debemos afrontar la realidad de que vamos a morir e irnos tranquilamente. Soy una gran promotora de esta decisión. Todos deberíamos tomar la decisión de morir con dignidad”, concluyó.
Para finalizar, Diana Bracho compartió que tiene algunos proyectos tanto en cine, teatro y televisión, los cuales irán tomando forma a lo largo del próximo año, así como un libro de poesía que ha escrito durante todo el 2021, destacando que la experiencia ha sido “enriquecedora y aterradora”, ya que a su edad, publicar un primer libro es un gran atrevimiento, pero espera que también durante el 2022 pueda ser lanzado a la venta.
Copyright © 2021 La Crónica de Hoy .