La película mexicana A cielo abierto, que debutará en el Festival Internacional de Cine de Venecia, es para sus directores, los hermanos Mariana y Santiago Arriaga, una forma de “empezar a trabajar” en los miedos que tienen, confesaron en una entrevista con EFE.
“Es una película que habla también del miedo de la pérdida del padre y de cómo se afrontaría esa pérdida conforme vamos creciendo. Creo que es una forma de empezar a trabajar poco a poco en estos miedos que uno tiene”, explicó Santiago.
El filme, primer largometraje que dirigen juntos y que tendrá su debut en el Festival Internacional de Venecia que inicia el 30 de agosto, tiene un guion escrito por Guillermo Arriaga, padre de los cineastas, que cuenta la historia de tres hermanos que pierden a su padre de manera trágica.
“Son dos hermanos adolescentes tratando de lidiar con el duelo de la muerte del padre. Y emprenden un recorrido desde la Ciudad de México al norte del país para afrontar la pérdida, intentando liberarse de todo el dolor que atraviesan. En este viaje se pega (une) la hermanastra y, entonces, cuenta lo que sucede con estos tres adolescentes”, dijo Mariana.
A cielo abierto, protagonizada por los jóvenes actores Federica García, Máximo Hollander y Theo Goldin, acompañados por Julio César Cedillo, Sergio Mayer Mori, Cecilia Suárez, Manolo Cardona y Julio Bracho, es una historia que, según los hermanos, conocían desde que su padre la escribió en la década de 1990, cuando eran niños.
“Desde que Santiago estaba en la universidad se reencontró con el guion, porque era un guion de hace veintitantos años, en ese momento me planteó la posibilidad de que la hiciéramos juntos y desde ahí empezamos a imaginar cómo sería la película y finalmente en octubre del año pasado logramos ya filmarla”, expuso Mariana.
Es por ello que para Mariana y Santiago el filme es una conexión con los viajes que compartieron junto a su padre en el norte de México durante su infancia.
“Creo que la única manera de hacer cine es si tienes un vínculo personal directo con la historia, creo que si no te puedes relacionar de una manera un nivel personal e íntimo no tendría sentido hacerlo”, afirmó Santiago.
EL CINE LOS UNE
Desde temprana edad, Mariana y Santiago se inmiscuyeron en el mundo del cine, pues su padre es un reconocido guionista de películas como Los tres entierros de Melquíades Estrada (Mejor Guion en el Festival de Cannes), Amores perros (nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera), 21 gramos y Babel (Nominada al Oscar por Mejor Guion).
Además, los hermanos ya habían trabajado juntos en cortometrajes como Libre de culpa, al que le siguieron diversos proyectos hasta llegar a esta película que, confesaron, les ha unido más como familia.
“Estos últimos dos años que hemos estado haciendo la película de forma activa siento que nos hemos vuelto todavía más cercanos de lo que ya éramos”, dijo Santiago.
Uno de los principales retos, reconocieron, fue la dirección de los personajes principales que tenían poca o nula experiencia como actores.
“Fue un reto, pero no con la connotación negativa, sino al revés, positiva, porque hubo mucho por donde explorarnos, prepararnos. O sea, era la primera película de ellos, pero también primera película nuestra y fuimos construyendo algo ahí que se fue generando con ellos”, indicó Mariana.
Entre las cosas que más admiraron, abundó, estuvo la disciplina de los jóvenes actores y la entrega al proyecto.
Finalmente, ambos cineastas celebraron las posibilidades que ahora otorgan las plataformas de “streaming” para mostrar trabajos de jóvenes creadores.
“Hay más posibilidades de defender el trabajo, de defender la mirada propia y de aferrarse a una historia, de producirla y de encontrar esquemas de salida de estas historias”, expresó Mariana.
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