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Luego de 5 años de no regresar a México, el británico; Sam Smith ofreció uno de los conciertos más brillantes que se han visto en el Palacio de los Deportes.
El cantante, quien ha desarrollado una nueva era en su música y la forma en la que la hace, demostró que la diversidad no está peleada con el arte, la música, los colores y mucho menos el género sexual.
Al puro estilo de las novelas británicas y griegas es como Gloria The Tour iniciaba en Ciudad de México.
La audiencia se embarcó como en un cuento, desde una voz narrando, los actos representativos de una obra de teatro y por supuesto cambios de vestuario impresionantes.
Como se sabe, los ingleses son puntuales, así que el concierto empezó a las 21:00 horas. Una manta blanca fue jalada del escenario y se descubrió una enorme figura dorada que representaba el cuerpo desnudo de una mujer, ahí comenzaron a aparecer los músicos uno a uno y en medio de gritos Sam Smith emergió entre destellos de luces para comenzar con “Stay with me”.
El público se dejó ver extasiado, además de utilizar prendas muy ad hoc con el concierto, pues los asistentes lucían capas brillantes, coronas con piedras de colores, sombreros, collares y los más notorio; cuernos de diablo en tonos rojos que iluminaron el Domo de Cobre durante 1 hora y 45 minutos que duró el concierto.
Sam se conmovió hasta las lágrimas con los gritos, piropos y aplausos que le ofrecían sus fans, decidió tomar un poco de aire y agradecer por el cariño.
“No tengo palabras. Esto es lo más hermoso del mundo, este sonido”, mientras los gritos crecían y crecían, así que el intérprete comenzó a sonreír y modelar el primer vestuario que portará en la noche, el cual incluía tacones, un corsé y una camisa de olanes.
En algunas ocasiones el canto del público era más poderoso que el de la estrella y sus 3 coristas, logrando un ambiente lleno de emoción y nostalgia.
Gloria the Tour, mostró una nueva faceta no sólo en Sam Smith, sino en la música y la forma en la que vemos los shows, pues aquí no importa el color de piel, tu género, la forma en la que vistas, si eres atrevido o no, aquí lo único que importa es la música, la interpretación y todo lo que se siente cuando una canción te toca el alma.
Incluso esta forma de ver el concierto, es parte de los actos que presenta los cuales son “Amor”, “Belleza” y por supuesto “Sexo”.
En la parte de “Amor” retumbaban canciones como “Like I Can”, “Dancing with a Stranger”, “Too Good at Goodbyes” y “I’m Not the Only One”.
Sin embargo muchos asistentes afirmaron que “Restart” y “HIM” hicieron falta en el repertorio de amor, pues la última vez que el artista visitó la ciudad, los fans le regalaron un enorme arcoiris hecho con luces de colores en cada zona del recinto y en esta ocasión además de no interpretarlas, el público no tuvo oportunidad de ser parte de algo único para México.
“Han sido 5 años sin verlos, pero hoy seremos uno con el amanecer. No se trata del show, sino de esta noche. Lo que haremos en el escenario es sobre lo que se siente ser libre. Hoy diviértanse por favor”, fue la frase que celebraron los asistentes, muchos de ellos entre lágrimas.
En canciones como “Love Goes”, “Lay me Down” y “Gimme”, Lucy Jules, Patrick y Jessie Reyes acompañaron al cantante, esta última uniéndose bailando “twerking” y quien ha acompañado a Sam en su gira como abridora.
La poesía no faltó, ya que en cada acto la voz narradora describía lo que “Gloria” significa; “Soy una Diosa. Debes aprender a sentir sin tocar otra piel. Yo soy más que suficiente. Esta noche somos nosotros”, fueron frases que se podían escuchar y leer en una pantalla negra.
En “Latch” incluyeron “voguing” y acercándose el final, los 6 bailarines se besaban, bailaban y se abrazaban.
Con el éxito mundial “Unholy” terminó el espectáculo, digno de premios y elogios. Sin decir nada más que “Gracias”, Sam Smith desapareció del escenario luciendo un sombrero de copa con cuernos, medias de red, calzones de lentejuela y un corsé negro que incluía una cruz dorada. Las luces se encendieron y como parte de un truco mágico el público regresó a la Tierra.
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