Este jueves 15 de febrero abre sus puertas el Festival Internacional de Cine de Berlín (Berlinale), uno de los más prestigiosos del mundo, y, entre estos, el más arriesgado. Este año, en su 74ta edición, marcada por el ambiente político tanto nacional como internacional, se presentarán películas de directores de la talla de Oliver Assayas con su esperada Suspended time; la francesa Mati Diop con Dahomey; o Bruno Dumont con la enigmática The Empire.
Otras obras, más conocidas por sus estrellas y sus casas productoras, también se presentarán en el Festival. Tal es el caso de Spaceman, producción de Netflix con protagónicos de Adam Sandler y Carey Mulligan; de igual forma, los actores Sebastian Stan (tristemente famoso por participar en el MCU) y Jesse Eisenberg estarán presentes, pues protagonizan A different man y Sasquatch sunset, respectivamente. Otro de los momentos a seguir del Festival es la entrega al director estadounidense Martin Scorsese del Oso de Oro honorífico.
En esta ocasión, el puesto de presidenta del jurado le pertenece a la galardonada actriz estadounidense -de breve paso en México- Lupita Nyong’o, que junto al polémico director español Albert Serra y a los también directores Christian Petzold, Brady Corbet, Ann Hui, la actriz italiana Jasmine Trinca y la escritora ucraniana Oksana Zabuzhko decidirán a los ganadores de los aclamados Oso de Oro para mejor película, y Osos de Plata para mejor dirección y actuación masculina y femenina.
Sin embargo, el ambiente es tenso en Berlín. El apoyo del gobierno socialdemócrata presidido por Olaf Scholz al Estado israelí en su cruzada genocida en Gaza ha crispado el ambiente político en la capital germánica. Recientemente un grupo de trabajadores del festival ha firmado una carta abierta criticando la falta de una postura institucional clara en torno al conflicto en el Medio Oriente.
A partir de lo anterior se ha señalado la probabilidad de que se convoquen a protestas y movilizaciones en apoyo a Palestina durante la celebración del evento, que, además, tendrá sede en la zona central de la capital; llueve sobre mojado para el establishment cultural alemán y su defensa del genocidio.
Sin duda una de las películas más esperadas por el público mexicano es La cocina, del reconocido director Alonso Ruizpalacios, que tendrá su estreno mundial en la presente edición del festival. Ruizpalacios es conocido por la popular Güeros (2014), una atrevida exploración a la memoria nacional, a la Ciudad de México de finales del siglo XX y a lo volátil de la juventud. Su más reciente película, Una película de policías (2021), documental que intenta transgredir las fronteras entre la realidad y la ficción recibió críticas mixtas por parte de la prensa.
En esta ocasión el director mexicano retoma un cortometraje suyo estrenado en 2008, Café Paraíso, sobre la vida al interior de un restaurante en Nueva York. Con un cast internacional comandado por el mexicano Raúl Briones y la estadounidense Rooney Mara, quizá inspirado en el éxito comercial y mediático de la serie The Bear, es seguro que esta producción méxico-estadounidense dará de qué hablar. Queda ver en qué sentido.
Existe gran expectativa en torno a la película inaugural del festival, Small things like these (Tim Mielants, Bélgica-Irlanda-EU, 2024). Protagonizada por Cillian Murphy, quizá en el momento más dulce de su carrera tras obtener la nominación al Oscar por la muy cuestionable Oppenheimer (Nolan, EU, 2023). Ambientada en la década de 1980, esta historia sobre el descubrimiento de oscuros secretos familiares pone las expectativas muy altas para su novel director que cuenta apenas con dos películas en su haber.
Por otro lado, una de sus grandes polémicas en torno a la presente edición se presentó cuando a la inauguración fueron invitados cinco miembros del partido político Alternativa por Alemania (AfD), una agrupación de extrema derecha que ha obtenido gran apoyo popular en los años recientes. Se espera que la AfD pueda formar gobierno en las próximas elecciones regionales del este de Alemania, donde tiene asegurado una tercera parte del voto.
Esta invitación se enmarca en una serie de protestas multitudinarias a lo largo del país germánico, que buscan su prohibición e incapacitar a sus dirigentes de toda actividad política. Finalmente, la semana pasada, el ocho de febrero, el Festival retiró la invitación a estos personajes, sin embargo, la inquietud permanece en torno a la penetración de dicha ideología tanto en el aparato cultural alemán como en su sociedad, aún en la diversa Berlín.
Demetrio Gutiérrez
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