Escenario

“Espíritus Oscuros”: Cuando las leyendas se transforman en horror real

CRÍTICA. Una historia de terror recomendable que además de generar miedo, tensión y ansiedad, explora las relaciones familiares rotas, el amor entre hermanos sin importar lo que pase y las luchas internas por superar pasados dolorosos>

Mujer gritando en la cama
Scott Cooper se inspira en la leyenda estadunidense del Wendigo. Scott Cooper se inspira en la leyenda estadunidense del Wendigo. (Fox Searchlight Pictures)

Dentro de la mitología de los nativos americanos, en Estados Unidos, el Wendigo es una criatura que habita en los bosques y suele alimentarse de personas, se le describe de aspecto humanoide con dedos finos alargados como garras, rostro terrorífico, dientes afilados y cuernos de alce. Esta aterradora leyenda norteamericana ha sido tomada por el director y guionista Scott Cooper (Hostiles) para contar la historia de Espíritus oscuros (Antlers), película que llega a los cines mexicanos este 28 de octubre.

En un pueblo rural de Oregon comienzan a darse una serie de muertes brutales en condiciones extrañas, que en un inicio parecen ser causadas por un animal salvaje, aunque en realidad son el resultado de los ataques de una criatura mitológica que cada vez está más hambrienta y tiene una relación cercana con un niño distante que, a partir de su surgimiento, se comporta de manera misteriosa.

Debido a sus actitudes, el pequeño llama la atención de una de sus maestras, quien además es la hermana del sheriff de la localidad y encargado de averiguar qué está ocurriendo ahí realmente, pero nadie está preparado para enfrentar la siniestra verdad que se oculta en las sombras.

Espíritus oscuros cumple bien con el objetivo primordial de una producción de su tipo, que es asustar a quienes la vean y, al igual que muchas cintas de terror a lo largo de la historia del cine, aprovecha las características propias del género para retratar distintas problemáticas sociales a través de diversas capas que se desarrollan alrededor de un argumento principal, que en este caso te atrapa de principio a fin.

Comenzando con un incidente que tiene lugar en un laboratorio clandestino en el que se producen drogas ilegales, queda claro que en el pueblo en el que se desarrolla la trama pasan muchas cosas que están mal y que lamentablemente son el pan nuestro de cada día en comunidades como esa, en las que el entorno social resulta complicado para sus habitantes, quienes en general deben encontrar la manera de seguir adelante, ya que por lo regular nadie más ve, ni verá, por su bienestar.

Afortunadamente, aún en medio de un panorama desolador como el retratado en este filme, podemos encontrar algunas personas que sí se preocupan por los demás a pesar de sus problemas personales y que buscan ayudar de algún modo a la comunidad de la que forman parte, tal como pasa con Julia Meadows (Keri Russell), una profesora que recién ha regresado al pueblo en un intento por superar sus demonios personales -ligados directamente a los traumas causados por los abusos cometidos por su padre-, y con su hermano, Paul (Jesse Plemons), quien se convirtió en sheriff, estando completamente comprometido en ayudar a mantener el orden en ese lugar sin importar el sufrimiento que también guarda en su interior por sus traumáticas vivencias familiares.

Keri Russell (The Americans) ofrece una interpretación creíble como una víctima de maltrato para la cual cada día es una lucha, alzándose así como una heroína con un pasado doloroso, elemento que no es ajeno para el cine de terror y que en este caso es bien aprovechado para darnos a una mujer temerosa, pero al mismo tiempo valiente cuando la ocasión lo requiere; dispuesta a enfrentarse a una criatura de naturaleza sobrenatural para salvar la inocencia de un niño indefenso en el que se ve reflejada y a quien no quiere dejar que se sienta atemorizado y solo, como ella se ha sentido la mayor parte de su vida.

Junto a la protagonista, Jesse Plemons (Breaking Bad) hace un buen trabajo actoral dándole vida al incrédulo sheriff que se niega a creer que algo sobrenatural está ocurriendo en su territorio -otro elemento recurrente en varias producciones de terror-, quien además complementa una relación entre hermanos que resulta realista, en la que nos damos cuenta de que a pesar de las heridas que puedan existir entre ellos, nunca se dejarán solos y siempre podrán contar con un apoyo mutuo.

Julia y Paul, con el resto de los habitantes de la zona, deben encarar el horror y la muerte que causa la presencia del Wendigo, cuyo espíritu ha sido provocado y ha emergido desde las profundidades de la tierra para darle una forma real a lo que supuestamente era solo una leyenda. La criatura en cuestión, parte monstruo y parte dios, es fundamental para que esta cinta de terror funcione correctamente y su presencia atinada se ha logrado gracias a su apariencia, muy semejante a cómo se le describe en las leyendas del folklore nativo americano y que es el resultado de la participación directa de Guillermo del Toro, uno de los productores, quien aportó su talento e imaginación para crear un híbrido entre edición digital, maquillaje y vestuario animatrónico.

Además de sus actuaciones principales y el diseño de su monstruo, la película sobresale por su historia que resulta por igual aterradora por su imaginario e interesante por su trasfondo social, lo cual viene directamente de un guion bien estructurado en cuya escritura participaron el director Scott Cooper, Henry Chaisson, quien debuta como guionista de un largometraje, y Nick Antosca, guionista de series como Channel Zero y quien es autor del cuento de terror The Quiet Boy, en el cual se inspira Espíritus Oscuros.

Si buscan un buen título de terror que les mantenga en suspenso, vale la pena que le den una oportunidad a Espíritus oscuros, un producto ideal para estas fechas de Halloween y Día de Muertos.

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