Escenario

‘La esposa del presidente’: Una entretenida cinta sobre el poder político

CORTE Y QUEDA. Analizamos el más reciente filme de Léa Domenach, que forma parte del Tour de Cine Francés este año

El presidente francés Emmanuel Macron y su esposa Brigitte Macron saludan desde el balcón del Palacio del Elíseo en París, Francia.
Fotograma de 'La esposa del presidente'. Fotograma de 'La esposa del presidente'. (CORTESIA)

Se dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer. Y aunque en el caso de Jacques Chirac, ex presidente de la República Francesa y miembro de la coalición derechista, el término puede no ser el mejor, es incuestionable que su vida política sobrevivió gracias a su amada esposa chapada a la antigua, Bernadette, que hasta su muerte en el 2019 continuó siendo una figura de suma importancia en el panorama político de su país.

Ella es el centro de atención en la comedia dirigida por Léa Domenach, La esposa del presidente, que forma parte de la programación del Tour de Cine Francés de este año. Aquí, la legendaria actriz Catherine Deneuve es la elegida para encarnar a la ex primera dama durante el periodo que duró en la presidencia su marido, todo esto en una ficción inspirada en hechos reales que brilla por el carisma de su protagonista.

Si bien la cinta no es un biopic en el sentido estricto de la palabra, Domenach aprovecha como premisa la llegada de Bernadette Chodron de Courcel, viuda del expresidente galo, al Elíseo, donde esperaba obtener por fin el lugar que merecía tras haber trabajado siempre a la sombra de su marido para convertirlo en Presidente de la República. Pero debido a la percepción que causaba como una mujer anticuada y antipática, ella decide tomar cartas en el asunto para convertirse en una importante figura mediática.

Esta ópera prima de Domenach mezcla ciertos datos reales con un sentido de parodia inventada alrededor de la figura de Bernadette, quien entre las cosas que tuvo que enfrentar eran las constantes infidelidades de su narigón marido además de ese desdén que sufrió al mandarla al segundo plano. Si bien también puede ser tomada como un relato de ‘venganza política’, la verdad es que la realizadora se aleja, y mucho, de alguna postura o ideal de esta índole en el universo de sus personajes.

Uno de los puntos más fuertes del filme recae en el ensamble que logra armar, donde el formado dentro de la escuela de la comedia francesa, Michel Vuillermoz, encarna al desagradable Jacques, dándole una identidad fastidiosa, gruñona y desaprobadora de todo lo que su esposa hace o sugiere. Por otro lado, tenemos a Denis Podalydès, que da vida a Bernard Niquet, quien se convierte en la mano derecha de Bernadette y la figura principal en darle la vuelta a la tan desgastada y anticuada imagen de la Primera Dama.

Pero es Denueve con su naturaleza y encanto quien logra sortear los momentos dramáticos y cómicos con maestría, encontrando el balance entre ambas. Su interpretación de esta leyenda política francesa es lo que salva al relato de sus pecados narrativos, demostrando que el papel le sienta como anillo al dedo, sacándole provecho también a esos montajes históricos al más puro estilo de lo hecho por Tom Hanks en Forrest Gump (Zemeckis, 1994).

Incluso es muy grata la divertida química que tiene con Podalydès, logrando momentos bastante graciosos cuando aparecen juntos en medio de los actos burgueses a los que atiende o las declaraciones que se atreve a hacer.

La coquetería que hace con la incompetencia de su esposo y la idiotez existente en gran parte de esta clase alta francesa dota del necesario absurdo a la parodia de esta cinta, misma que incluso se alimenta de un coro religioso que de repente interviene con un par de canciones similar a las coplas del guitarrista medio narrador en la comedia de los hermanos Farrelly, Loco por Mary.

Pero la gran falla es que palidece en señalar una postura realmente política al respecto. Las cargas emocionales son casi inexistentes y los problemas que Chirac creó, el doloroso problema de salud de una de sus hijas y otros datos son omitidos por el bien de una visión inconsecuente en ese sentido que sobrevive gracias a los manerismos y el gran papel que Denueve hace, resaltando más cierto aire de rebelión feminista contra el sistema patriarcal que la oprime que tampoco es del todo claro.

A pesar de ello, La esposa del presidente muestra una entretenida cinta sobre el poder político en Francia, previo a lo que ahora se vive con Sarkozy, cumpliendo a secas como una ópera prima en la que Bernadette se erige como un reflejo satírico que muestra la agudeza y visión política de esta gran mujer pero que no cuestiona los vicios y comportamientos más cuestionables de este periodo vivido al lado de su esposo, sintiéndose como un ligero lavado de imagen para esta leyenda política sin ahondar en los oscuros recovecos de su nombre y su familia.

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