Uno de los sabores más populares en el mundo, famoso por ser extra picoso pero adictivo, tiene una curiosa historia detrás de su creación que involucra la visión del ‘Sueño Americano’ a través de la mirada latina. Y es que Richard Montañez, el humilde conserje de la empresa Frito-Lay, demostró que las raíces, los valores y la herencia mexicana son suficientes para cumplir un sueño, mismo que revolucionaría la industria de los alimentos.
De eso trata Flamin’ Hot: El Sabor que cambió la Historia y Crónica Escenario pudo charlar con la directora Eva Longoria y su protagonista, Jesse García, acerca de los retos, el orgullo y todos los detalles detrás de esta ópera prima.
Eva Longoria comenzó recordando cómo fue que llegó a este proyecto que terminó siendo su ópera prima como directora. “Leí el guión basado en el libro que escribió Richard Montañez. Había varios estudios interesados en realizar la cinta. Cuando llegó a mis manos, estaba sorprendida de que no conocía esta historia de éxito de un mexicano americano como yo. Tenía muchas ganas de contar lo que vivió pues la película no se enfoca en el Flamin’ Hot sino en la experiencia humana de Richard, que fue de limpiador de una fábrica de Frito-Lay hasta ser ejecutivo enfrentando muchos obstáculos. Creo que podemos aprender muchas cosas de su camino”.
“Al ganar la oportunidad de que fuera mi ópera prima supe que quería hacer una carta de amor para la comunidad mexicana en Estados Unidos pues no sólo son trabajadores sino también luchadores. La comunidad latina es muy grande en ese país y nuestras historias son parte inherente del mismo. Por ello, la visión que tuve para esta historia me hizo ser la elegida para dirigirla pues era la única que quería mostrar esta parte de la sociedad verdaderamente reflejada en la pantalla. Sabía del impacto que podía tener y tenía miedo de que lo echaran a perder porque en Hollywood no tenemos héroes que luzcan como nosotros”, complementó Longoria.
Para lograr ese cometido era importante encontrar a la persona ideal para encarnar a Richard. El elegido fue Jesse García, quien hace una interpretación muy libre pero respetuosa de Montañez, a quien conoció en la filmación. “Lo primero que me dijo al conocerlo fue ‘no la vayas a regar’. Hablamos de su vida, su familia, su pasado como gángster y cómo fue crecer en los Estados Unidos para él”, dijo.
“Le dije que mi propósito sería que no haría una imitación de él, simplemente haría mi versión de su historia. Durante la grabación, hubo un momento donde Judy, su esposa y él vieron a través de los monitores y al hacer el corte de la escena, Richard me abrazó con lágrimas en sus ojos y me dijo que por fin entendía el gran panorama, me dio su bendición y eso me motivó más para seguir adelante con el papel”, añadió.
García también habló de la labor de Eva y su trato como realizadora: “Fue genial, el hecho de que venga de un pasado como actriz le ayuda a saber cómo hablar con sus actores, lo que tenemos que hacer para prepararnos. Todo lo filmamos bajo un esquema de grabación de un programa de TV. Ella nos decía que íbamos a ir a la guerra al momento de filmar y deberíamos estar listos”, explicó.
“Además, nos dejó agregarle nuestro propio color a los personajes. Eso hizo que confiara plenamente en su visión detrás de cámara aceptando ideas que proponíamos, entablamos una gran confianza, lo cual es raro de encontrar pero bastante necesario en este tipo de producciones en las que no existe un margen de error”, recalcó.
Eva hizo hincapié en que la historia de Richard toca muchos aspectos, pero existe algo que la hace trascender las barreras de lo latino. “Tenemos grandes mensajes que tocamos a través del relato. Hablamos de racismo, clasismo, la falta de oportunidades que existen o que están distribuidas de maneras desiguales. En parte, creo que eso es lo que hace que nos identifiquemos más con Richard”, comentó.
“En mi caso, me han rechazado para algunos papeles o trabajos simplemente por ser mujer. Pero él nos enseña a cuestionar por qué no se nos ofrecen o no podemos realizar ciertas cosas. Esa lucha por salir adelante y buscar el camino es algo que trasciende lo latino. Lo vemos de forma global y esa es la belleza de esta historia, que cada vez que enfrentaba un rechazo por ser mexicano, lo hacía con dignidad y gracia, sin hacerse la víctima. Eso, creo, es lo que genera la conexión con todo el que ve la cinta”, complementó.
La texana americana también señaló algunos de los retos que enfrentó al pasar de la actuación a la dirección en Flamin’ Hot. “Definitivamente fue el crear la fábrica en la que Richard trabajaba. Lo que ven ahí es 100 por ciento armado por los diseñadores de producción, pero nos apegamos mucho a la realidad. Hasta Richard, en una visita al set, quedó sorprendido por lo realista que se veía todo.”.
Por su parte, el protagonista también tuvo un reto personal: “El uso de las pelucas fue complicado pues había días de grabación en los que filmábamos más de una sola década. Los cambios en el uso de esos peluquines, o los prostéticos en la cara y los bigotes era todo un desafío”, expresó García.
Longoria también señaló lo complicado que es ser una directora en el gremio de Hollywood. “Es complicado conseguir el puesto. Curiosamente hay menos realizadoras mujeres de lo que había hace un par de años en la industria. Ni qué decir de la representación latina en la televisión o el cine, que también ha disminuido”, dijo.
“Con el tiempo, llegas a aceptar que es una lucha constante y difícil, pero no me quejo. Eso me motiva a hacer todo mejor, dos veces más rápido, más económico y funcional. Pero definitivamente hay mucho que hacer en esta empresa llamada cine para ganar ese espacio”, confesó.
Más allá de la cuestión del éxito y la universalidad de la lucha, Flamin’ Hot también habla de la identidad y el sentido de pertenencia que Montañez tiene y motiva a salir adelante, lo cual resuena bastante tanto en Jesse García como en Eva Longoria. “Crecí en un pequeño poblado de Wyoming donde había muchos latinos, especialmente mexicoamericanos y ahí fue que tuve mi primer roce como latino”, señaló.
“Pero la verdad es que ignoraba toda esa parte de la cultura mexicana. Fue hasta que me mudé a Los Ángeles que comencé a hablar español, entrar en contacto con la historia y raíces de México. En realidad, sigo buscando una identidad mientras sigo creciendo y aprendiendo cosas. Lo único que sé muy bien es que no por empezar siendo algo o tener una etiqueta quiere decir que siempre vas a ser eso en la vida”, declaró el actor.
“Es un poco triste en mi caso, pues soy de una familia con un legado texano desde años. Sin embargo, cuando fui a Hollywood esa identidad quedó atrás para pasar a ser chicana. Luego vine a México y no era ninguna de las dos, simplemente era americana y luego en Estados Unidos, me consideran mexicana. El caso con los mexicoamericanos es que no somos ni de aquí ni de allá. Solemos navegar entre ello”, manifestó la directora.
“Por eso, en el filme agregué un poco de la historia ‘chicana’ desde los 60 porque hay mucha gente que la desconoce. Vivimos brutalidad policiaca, nos arrebataron derechos laborales, entre otros dilemas. Es importante sentar un poco esas bases históricas para tratar de sobrellevar esa crisis de identidad por la que normalmente pasamos”, añadió.
Finalmente, la reconocida actriz reveló la importancia de que Flamin’ Hot tenga el éxito que está teniendo, pues eso le abre paso a seguir con sus ideales y ese aire de representación de la comunidad latina que es un motor en su vida. “Muchos creen que mi éxito quedó atrás, que no he superado lo que hice en la serie de Desperate Housewives. Estoy mentalizada en que eso ya pasó y que mis mayores logros están por delante. Tengo mucho por hacer aún, muchas historias que contar”, enfatizó.
“Que cintas como ésta tengan éxito importa mucho pues demuestra que las historias de los latinos trascienden. Si le va mal, ocasiona que se cierren las puertas y tengamos que esperar otros 20 años a que una directora latina o los relatos de la comunidad puedan hacerse. Es algo que no podemos permitirnos porque tenemos muchas historias que contar así como grandes directores y guionistas. Cada vez que se reproduce la cinta es una forma de apoyar a la cultura que representa y que trasciende además las fronteras por ser un relato de carácter universal”, continuó.
“Quisiera hacer más historias acerca de ciertos héroes que la comunidad latina ha tenido a lo largo del tiempo. Por ahí está la figura de Roy Benavides que fue un gran héroe en la guerra, también está el relato de Gus García, un abogado mexicoamericano que ostenta el dato de ser el primero de estas raíces que llegó hasta la Suprema Corte en la década de 1950”, siguió.
“Aún hay mucho por hacer y creo que a través de esta película podemos enseñarle a la comunidad quienes somos y lo que podemos lograr. Estos proyectos no se alejan de mi activismo, de esa lucha constante por los derechos de los granjeros latinos, los inmigrantes, el DACA (Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), sino que lo potencian y es algo que pienso continuar haciendo, sin duda”, finalizó Longoria.
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