Escenario

‘Por favor no me abandones’, un ejercicio cinematográfico carente de pulcritud técnica y profundidad emocional

CORTE Y QUEDA. El filme del cineasta tamaulipeco Antonio Rotunno promete explorar la compleja dinámica de una pareja pero se queda corta en múltiples aspectos

Mujer llorando
Fotograma del filme Fotograma del filme (Especial)

Por favor no me abandones, una película mexicana que, lamentablemente, se queda corta en múltiples aspectos. Esta cinta, que promete explorar la compleja dinámica de una pareja, se revela como un ejercicio cinematográfico carente de la pulcritud técnica y la profundidad emocional que uno espera encontrar en una obra de este género.

Desde los primeros compases de la película, es evidente que estamos ante una producción que enfrenta restricciones presupuestarias. Las imágenes carecen de la nitidez y el cuidado en la composición que son habituales en el cine contemporáneo. En lugar de sumergir al espectador en la historia, estas deficiencias técnicas crean una barrera que dificulta la inmersión en el mundo que se nos presenta. El sonido, por su parte, adolece de una cualidad hueca que roza lo incómodo, dejando la sensación de que estamos observando una obra en proceso, más que una película terminada. Evidentemente, estas son dificultades que una producción con bajo presupuesto puede enfrentar, pero buscando datos, se estima que se contó con medio millón de pesos mexicanos. Y siendo completamente honesto, no los veo por ningún lado; parece más un trabajo estudiantil a una película que contó incluso con patrocinios.

Sin embargo, las carencias más notorias de Por favor no me abandones no se limitan a su aspecto técnico. Las actuaciones, lamentablemente, son uno de los puntos más débiles de la cinta. Los personajes se entregan a interpretaciones exageradas que, en lugar de profundizar en sus emociones, los convierten en caricaturas. Esta elección actoral crea un distanciamiento entre el espectador y los protagonistas, lo que dificulta considerablemente la empatía con sus dilemas y sufrimientos, a pesar de que, en teoría, estamos viendo la historia de deshumanización de nuestra protagonista.

El guion, por otro lado, se desvía en repetidas ocasiones hacia caminos incoherentes que resultan en una trama confusa y poco satisfactoria. Momentos clave se pierden en medio de diálogos poco esclarecedores o decisiones de personajes que carecen de motivación. El resultado es una narrativa que se tambalea en su intento de mantener nuestra atención y comprensión.

El montaje, por otro lado, no logra compensar estas deficiencias en el guion. Escenas que podrían haber sido intensas y emotivas se prolongan sin razón aparente, extendiendo una sensación de tedio en lugar de mantener el interés del espectador. Esta falta de fluidez en la edición contribuye a socavar la tensión y el suspenso que la película intenta construir. A pesar de que la película dura apenas 70 minutos (lo cual es lo más favorable que puede ofrecer), se sigue sintiendo estirada.

Un punto de interrogante que no podemos dejar pasar por alto es el propósito de las alucinaciones aleatorias que se presentan en la película. A pesar de su presencia recurrente, estas secuencias parecen carecer sin un propósito fijo dentro de la trama principal. Por supuesto que tienen conexión, pero la manera en que nos olvidamos de ellas tan repentinamente, es lo que termina por quitarle el peso que se merece. La inclusión de estos elementos oníricos podría haber sido una herramienta valiosa para explorar la psicología de los personajes, pero en su ejecución actual, su impacto es mínimo.

En cuanto a su participación en festivales cinematográficos, es necesario cuestionar los criterios de selección que llevaron a Por favor no me abandones a ser incluida en tales eventos. Existen obras mexicanas más merecedoras de reconocimiento, que han pasado desapercibidas en comparación con esta producción.

En resumen, Por favor no me abandones se revela como una película que, a pesar de sus esfuerzos que siempre serán reconocidos, no logra superar las limitaciones impuestas por su presupuesto. Sus carencias técnicas, actuaciones exageradas, un guion incoherente y un montaje deficiente se suman para convertirla en una obra deficiente en múltiples aspectos. En última instancia, no puedo recomendar esta película y me pregunto si, en el vasto panorama del cine mexicano, no habría otras opciones más destacadas y dignas de atención.

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