Escenario

Future Islands y su destacado show en Pabellón Oeste transmitiendo pasión

COBERTURA. Samuel T. Herring, Gerrit Welmers, William Cashion y Michael Lowry dieron un energético concierto con toda una puesta en escena de improvisación corporal>

El cantante de rock alternativo, Thom Yorke, se presenta en vivo en un concierto.
Samuel T. Herring vocalista de Future Islands Samuel T. Herring vocalista de Future Islands (Adrián Contreras)

Muy dinámico, endulzando a la vista y revitalizando las emociones. Eso, entre un sin fin de descripciones, es lo que podemos adherir a lo que Future Islands nos hizo palpar la noche 22 de septiembre en el Pabellón Oeste, en el que fue su regreso a nuestra ciudad tras cuatro años de su última participación en el ya desaparecido Plaza Condesa.

Entrada la noche aún muy joven, Andru y su banda fueron teloneros para mostrar su música y darse a conocer. Con buen recibimiento, la intérprete que también ha sido música de sesión con Ed Maverick, Girl Ultra, Vaya Futuro, entre otros, puso el sazón a la espera del vendaval de emociones que nos esperarían con la agrupación americana.

Lo que veríamos a continuación sería algo espectacular, una rutina completa de entrega y pasión al escenario y hacia el público. Lo de Samuel T. Herring no deja de sorprender, independiente a las veces que ya se haya presenciado a Future Islands. Golpes al aire, patadas voladoras, semi splits, movimientos sensuales de cadera e incontables deslizamientos de un lado a otro. Sam comunica su música y su letra más allá de lo vocal, su principal arma es lo corporal.

En un tremendo set que abarcó 22 temas por parte de Gerrit Welmers, William Cashion y Michael Lowry en sintetizadores, bajo y batería respectivamente detrás del acto escénico y vocal de Samuel T. Herring, Future Islands se despacharon por un gran recorrido de su carrera con temas como “For sure”, “Ran”, “Plastic beach”, “Balance”, “Light house”, “A dream of you and me”, “Seasons (waiting on you)”, “Little dreamer” y más.

Sam se intentaba arrancar la cara, incluso la cabeza, soltaba screamers (cantos en forma de gritos) repentinos, se abrazaba, lloraba y evocaba esos mismos sentimientos hacia la gente que también, como espejo, reflejaba esa pasión en cada tema con lágrimas de emoción en los ojos. Todo fue una constante comunicación sensorial a través del synth-pop, algo espectacular.

Es importante remarcar que si bien Samuel no es un persona muy mayor, es alguien de 38 años que no tiene el cuerpo más atlético, pero aún con eso es imparable hora y media de su presentación en la que el escenario le queda chico con su performance, una puesta en escena de improvisación corporal que le vale cada aplauso, cada aliento y cada lagrima, no sólo para él, también para toda la banda proveniente de Baltimore que desencadena todo su talento y los vuelve en unos imperdibles en cada visita a nuestro país.

De Samuel T. Herring, nada más queda agregar que probablemente es el mejor frontman existente de una banda en la actualidad. Simplemente espectacular y admirable su capacidad física y entrega en cada show. Pero eso ya se sabía desde hace algunos años atrás.

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