Escenario

Gabriel Nuncio reflexiona sobre la reivindicación del fracaso en “El comediante”

ENTREVISTA. El actor y cineasta estrenó en Netflix su segundo largometraje como director, luego de triunfar en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG)>

El hombre y su sombra
En el FICG recibió los premios de Mejor Película Mexicana y Mejor Fotografía. En el FICG recibió los premios de Mejor Película Mexicana y Mejor Fotografía. (CORTESIA NETFLIX)

El cine mexicano adolece de una mala reputación para la comedia, sin embargo, el segundo largometraje de Gabriel Nuncio, que llegó recientemente a Netflix bajo el nombre de El comediante, se ha convertido en una muestra de que en nuestro país el sentido del humor no está encasillado en la fórmula sistemática de la comedia romántica.

Inspirado en su propia vida, el director, productor y guionista lleva a la pantalla grande al personaje de Gabriel partiendo de dos anécdotas curiosas una de ellas es la posibilidad de tener una relación “fuera de este mundo” con la chica que le gusta y la otra la posibilidad de ser padre del hijo de su mejor amiga. Él tiene 40 años, no tiene un trabajo fijo, su carrera como comediante no despega y su futuro depende de un ambicioso guion sobre la llegada de la primera astronauta mexicana a Marte. A cada decisión que toma, la pulsión del fracaso orbita su vida, mientras busca de una u otra forma su lugar en el universo.

El cineasta comparte con Crónica Escenario el desafío de mostrar algunos aspectos de su vulnerabilidad humana en pro de una historia de ficción que busca tocar fibras desde el sentimiento de fracaso: “En algún momento en el guion el personaje tenía otro nombre. Ese tipo de detalles eran dudas de que me sentía vulnerado y luego había otros como que el productor me decía , ‘no inventes, ponle Gabriel Nuncio al personaje’. Es toda una colección de anécdotas que se han contado a lo largo de los años y finalmente lo hice”, expresó.

“Hay muchas referencias similares a la televisión de cuando había muchos personajes que ponen sus nombres y crean una ficción alrededor de eso. Es un poco lo que tratamos de hacer: reconocer que es una ficción, porque cualquier realidad que pase por un lente ya es una realidad reinventada. Aunque me esté interpretando a mí mismo, una vez que pasa por ese prisma ya es otra cosa y eso también te da chance de distanciarte y ver que este mundo fue construido donde estoy yo, y al mismo tiempo no soy yo y también sí lo soy, pero de otra forma”, añadió.

Desde ese punto de vista para Nuncio fue importante aprender a mantener una distancia entre un personaje con su esencia y su propia postura ante la vida: “Me sentí muy apoyado por el equipo para no sentirme tan vulnerable y ahí también juega un papel importante el coguionista (Alo Valenzuela) que me ayudó también a modular, porque hay situaciones en las que a veces te autocensuras y hay cosas luego en las que se te va la pluma. Por eso creo que volvería a trabajar con él porque me supo mantener en temple y hacer los procesos más llevaderos”, explicó.

El comediante está cargado de situaciones que el mismo actor vivió y que representa jugueteando con la realidad. Desde la parte en la que Gabriel está obsesionado con realizar una película sobre una astronauta que se va en una misión sin retorno a Marte, en su intento por realizar el filme, para el cual solo tiene la idea para el guion, se entrevista con la productora Cecilia (Cecilia Suárez) y el famoso actor Tenoch (Tenoch Huerta). Más aún llega un momento en que tiene un contacto especial con el cineasta canadiense Atom Egoyan, en uno de los momentos más memorables del filme.

“Sucedió en la vida real con otro director. La realidad fue mucho más sutil. Al momento de buscar directores que pudieran hacer la escena nos topamos que Gerardo Gatica (productor) había trabajado con Atom Egoyan y se llevaron muy bien. Originalmente Egoyan iba a viajar a México para hacer la escena pero por la pandemia cancelamos y encontramos a un actor que lo representa. Al final no te cuestionas si es o no el real, pero la anécdota es lo que importa. Como también importa que a Atom le hubiera gustado estar porque leyó la escena y se portó muy bien”, dijo.

Es un film que trata de hacer reír pero que aborda temas como la fraternidad, el fracaso profesional y lo que esto conlleva. El protagonista es una representación de la generación millennial mexicana, que debido a la crisis económica y los cambios sociales dista mucho de ser la gente casada y con hijos que fueron sus padres. Para lograr esto fue importante mantener un sentido del humor como pocas veces se ha visto en nuestro país.

“He estado en otros proyectos como guionista donde me sorprende qué es lo que pasa con la realización. Por ejemplo con Manolo Caro me parece increíble cómo se encuentra la comedia de una forma tan eficiente y con pericia, pero el tono de esta película (El comediante) es en el que yo me siento mucho más familiarizado, en el que la comedia está más enterrada y hay como una selección de la audiencia para elegir con que empatiza para reírse y con qué no”, expresó.

“Hay escenas que a veces me dan mucha risa y a veces me dan mucha tristeza y eso es lo interesante porque, aunque parece que no es correcto reírte en ese momento, también debemos reconocer que la escena es chistosa. Esa es una gran forma de incomodar”, enfatizó el cineasta y actor.

Más aún, considera que en la cotidianidad es prácticamente imposible escapara tanto de la comedia como del drama, tanto de los momentos ligeros como los duros: “Es cuestión de situaciones. Y son con las que en la vida realmente estamos más familiarizados. En la tragedia, aunque esté muy rudo el sentimiento, también hay otros colores y eso es algo con lo que me siento cómodo distinguiendo”, dijo.

En este caso, “fue un trabajo de muchas conversaciones sobre el humor del filme. Con este tipo de cosas estaba el riesgo de que se perdiera entre lo correcto o lo ofensivo, pero una vez que todos los que participaron se comprometieron con el espíritu del proyecto fue mucho más sencillo”, mencionó.

Al final, el cineasta se mantiene en incertidumbre sobre la forma en que conectará con el público pero lo que tiene claro es que espera que haya alguna resonancia en cosas específicas: “Sé que la película va significar para mí algo mucho distinto a lo que le signifique a la gente. Pero lo importante para mí es lo que detonó. Creo que la película es una suerte de reivindicación del fracaso. Es sobre dejar ir. Es un personaje cuyos objetivos se van volviendo inalcanzables y el desprenderse a veces de ambiciones o de búsquedas grandilocuentes nos convierte en mejores personas. Y eso está bien”, dijo.

Además de Nuncio como codirector se encuentra Rodrigo Guardiola, reconocido por ser el baterista de la banda Zoé y quien ha dirigido los documentales Zoé: Panoramas, Zoé: 08.11.14 y Zoé 281107. Por su parte, Nuncio ha actuado en producciones como Luis Miguel: La serie y La Casa de las Flores, ha dirigido los filmes Cumbres y Camino a Roma y ha producido cintas como Ya no estoy aquí o Vaquero del mediodía.

Para finalizar, el realizador hizo una interesante reflexión sobre su concepción del humor, retomando la idea de que posiblemente en la comedia se esconda un gran dolor: “Puede ser que se siga la idea de que aquel que más ríe es el que lleva más dolor dentro pero también puede ser que el humor también viene de heridas que debieron haber sido ya cerradas y a veces las revisitas solo como una manera de maniobrar con el dolor”, expresó.

“A mí me gusta la imagen de El comediante como El loco dentro del tarot o el bufón que es una suerte de intermediario entre la voz de Dios y la gente. El loco es un cero en el tarot y puede ser colocado en cualquier parte y la figura es él viendo hacia arriba, es como un personaje con información confidencial que luego viene a retransmitirla. Esa información tiende a sacarla de una forma divertida. Creo que más o menos aspiramos a tener un humor que en el fondo tenga que decir algo importante”, concluyó.

El filme ganó los premios de Mejor Película Mexicana y Mejor Fotografía en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) donde se pudo ver por única vez en pantalla grande. Ahora puede encontrarse en el catálogo de Netflix.

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