Escenario

Henry Bedwell usa el terror para romper las reglas de la realidad en ‘Karem: La posesión’

El filme tuvo su estreno mundial en el Feratum Film Festival y tiene programado su estreno para el 31 de diciembre. Los actores compartieron su experiencia

Feratum Film Festival. Feratum Film Festival. (Cortesía)

Una de las galas especiales de la décima edición del Feratum Film Festival fue el estreno mundial de Karem: La posesión, que marca el regreso a la dirección de Henry Bedwell, inspirándose en un caso real para traer un nuevo relato dentro del género que tanto le gusta. En Crónica Escenario estuvimos presentes en la conferencia de prensa desde Pátzcuaro que dio el realizador acompañado de los actores Ramón Medina, Miranda Kay, Luna Anaya y Valeria Castillo para hablar más de esta cinta próxima a estrenarse.

Henry Bedwell comenzó declarando el trabajo que le costó poder terminar este proyecto. “Nos tardamos para levantar el proyecto unos seis años desde que apareció una amiga que investigaba casos de exorcismos en Latinoamérica y encontró éste en particular que sucede en una casa en los 80, pero su investigación no consiguió más información. Me ofreció entonces el expediente que tenía de esta familia que murió en 1984 por una supuesta posesión de la niña más joven de la familia porque la casa donde supuestamente pasa esto estaba habitada por un demonio de fuego que se apoderó de ella. Pero fue hasta el 2019 que aspiramos al estímulo fiscal para poder hacerla y ahora tuvimos que esperar otros dos años para estrenarla debido a la pandemia”, comentó.

Por su parte, Miranda Kay charló acerca de cómo llegó a esta cinta de terror. “Mi primera película fue Mientras el lobo no está, cuando tenía 12 años. Poco antes de que esa cinta se estrenara nos contactó Henry a mi mamá y a mí para hacer el papel de Karem. Leí el guion y estaba muerta de miedo, porque no soy buena para el género”, dijo.

“Me quedé con el protagónico pero pasó mucho tiempo, hasta que llegué a los 16 años y me dieron el personaje de la hermana mayor, Laura, un rol muy diferente a mi persona. Fue divertido meterme en el papel desde el vestuario totalmente ochentero para la caracterización. Aunque también fue aterrador por ciertas cosas que pasaron y al saber lo que pasó en la locación en Durango. Pero francamente fue un gusto hacer la película con Henry”, añadió la actriz.

En 1984, en la ciudad de Durango, Karem la hija más pequeña de la familia Briseño es poseída por un demonio muy poderoso que le da la posibilidad de controlar a todo aquel que desee. Karem se convierte en una amenaza para todo aquel que le ha hecho mal, como si la venganza fuera un juego en el que siempre gana. Sin embargo, no se puede confiar en un demonio y la transformación de Karem termina por desatar eventos trágicos para toda la familia.

El elemento de los niños es un factor importante para este relato, por lo que Bedwell afirmó que fue una experiencia grata y divertida trabajar alrededor de ellos. “Todo el cast infantil tuvo una gran preparación. Fue muy divertido el rodaje más allá de que luego tenían que hacer cosas muy extrañas. Recuerdo que en su primer llamado, una de ellas llegó directo a su escena más difícil de la cinta. Tuve mucho apoyo para que este elenco estuviera abrazado y tuviera buen amparo durante la realización”, dijo.

Si hay algo que destacar de este filme, producido por Rigoberto Castañeda, es la presencia del fotógrafo japonés de cintas como Ringu o Dark Water, Junichiro Hayashi. “Lo conozco desde hace muchos años y quería que fotografiara la película de Más negro que la noche. Él y su asistente vinieron y pudieron hacer el trabajo. Le mandé el guion y a los dos días me contestó diciéndome cuándo viajó a México para grabarla”, mencionó.

“Cuando se dio la oportunidad, la aprovechó y además es el primer fotógrafo japonés que migra para hacer un trabajo así en una cinta de terror nacional. Es un gran valor el haberlo tenido en el set. Tiene una forma de dirigir el set muy particular donde hace magia y es impresionante cómo trabaja, visualiza y habla literalmente con el set. Definitivamente aprendimos mucho de él”, aseveró el director.

Algo curioso con las actrices presentes es que no tenían mucha experiencia en la actuación e incluso un par de ellas pudieron ser la protagonista de la cinta. Miranda Kay entró en detalle de cómo fue pasar de ese papel a la hermana mayor y la dinámica con Raquel Rodríguez. “Conocía la necesidad de protección que tenía Karem y que le daba Laura gracias a que conocía el guion. Creo que entendí muy bien la relación con Raquel, es una chava súper talentosa. Hicimos una gran mancuerna y nos llevamos muy bien incluso fuera del set, íbamos a comer juntas, creamos esta relación en la que me sentía de repente la mamá gallina. Y que bueno que no conocí los personajes de ellas dos porque creo que las hubiera puesto en su lugar”, comentó entre risas de sus compañeros la joven actriz.

Valeria Castillo complementó la respuesta de su compañera. “Jamás en la vida había actuado, estaba muy sacada de onda. En el casting porque solo veía niñas gritando por todos lados y no sabía porqué. En ese proceso me enteré que no tenían aún actriz para Karem y fue cuando conocí a Raquel, que es súper linda. Su personaje, fuera de que es una diablilla, es como ella. Nos hicimos muy amigas durante los talleres y todo eso hizo que fuera un ambiente en la grabación muy cordial”, dijo.

Luna Anaya también compartió un poco de esa experiencia y el poder trabajar con Raquel. “Tomé antes clases de actuación con Paloma (Arredondo) y Raquel. No nos hablábamos mucho en realidad pero ya en el casting, que yo también lo hice para ser Karem, terminaron por darme mi personaje. Ya en los ensayos la conocí más, creo que hace un trabajo espectacular. Y creo que el trabajo con Paloma nos ayudó muchísimo porque su trabajo con niños es increíble. Grabar con Raquel, Valeria y Lourdes fue muy divertido, francamente”, comentó.

Uno de los factores interesantes del filme de Bedwell es el morbo que existe acerca de los hechos reales en que se inspiró para el relato. Aquí, Henry explicó: “La historia se basa en ese caso particular pero está ficcionada. Solamente el background de la familia agnóstica y el por qué migran es tal cual como pasó. Lo de la posesión no quedó documentado pero por el tipo de cosas que se encontraron en la casa al momento de abrirla, que por cierto, apestaba, dieron la base para pensar en este asunto. Era cómo hacer una especie de reingeniería. Pero la cinta está muy en el tono de lo que pasó y el final real de la familia es mucho más trágico que el que pusimos en la cinta”, dijo.

También, el realizador ahondó en cómo es que el terror puede ser un vehículo para hablar de muchos temas sin temerle a los tabúes. “Creo que el terror no es tan diferente a otros géneros. Muchas veces nos estigmatizan con que hacemos pura muerte y sí, jugamos con estos bajos placeres e instintos tan animales que tenemos los seres humanos y los potenciamos en la ficción, pero es cierto que el exponer cosas como el bullying es muy natural para nuestro género porque de repente no se tocan tanto dentro de nuestra cotidianeidad”, destacó.

“El terror y sus subgéneros tiene una máxima de romper las reglas de la realidad para que algo se desate. Mientras más gandallas seamos, más fuerte será la venganza, por ejemplo. Hablar de esto además en una época en la que no era un tema, pues es interesante. En los 80 era diferente a la actualidad ese enfoque y aquí podemos exponerlo como era en su momento. Tenemos esa chance de sobreexponer estos temas y eso es una oportunidad muy interesante para nosotros en el terror”, concluyó Bedwell.

Karem: La Posesión tiene su fecha de estreno el próximo 30 de diciembre en diversas salas gracias a Videocine con un estimado de 800 copias para poder disfrutar del terror en plena época navideña. 

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