Hijo de Monarcas, una cinta bajo la dirección de Alexis Gambis que explora de forma muy acertada temas como la familia, la identidad, la pertenencia, la migración, la ciencia y el realismo mágico tomando como eje principal el viaje ancestral de la mariposa monarca desde el norte del continente hasta la localidad de Angangueo en el Estado mexicano de Michoacán.
Los personajes de esta historia migrarán no solo física sino también existencial y espiritualmente dentro de una cosmovisión heredada de sus antepasados, quienes les han enseñado el amor por la tierra y sus raíces, pero también a experimentar la metamorfosis, salir del capullo, abrir sus alas y volar. Conversamos con el director de Hijo de Monarcas:
“Creo que hay una parte de la película que habla de ese movimiento constante que hay, un movimiento interno en el país, hay un movimiento de un lado al otro y en ese movimiento cada personaje está tratando de entender su identidad, de dónde viene, de dónde también vamos, dónde regresamos también y el hecho de movernos hace preguntar muchas cosas sobre quiénes somos y creo que en cada personaje hay un tipo de perspectiva como muy distinta sobre dónde tenemos que estar, qué significa la casa, la familia, las raíces y dónde nos vemos como en el pasado pero también en el futuro”, expresó.
“Por ejemplo el hermano Simón tiene una idea muy fija sobre dónde debe de estar, presente en la Tierra donde él creció con su familia, la importancia de estar ahí y que su hermano tal vez no lo entiende porque él se fue y ahora regresa pero en el regresar como que no entiende la dinámica o la situación del país, entonces sí creo que ahí también está esa búsqueda de la identidad de manera científica, no de manera como la búsqueda de quiénes somos de manera biológica”, añadió.
A propósito de sus personajes, el cineasta destacó el proceso para construir a su protagonista: “El trabajo de Mendel, el personaje de Tenoch Huerta, él está buscando esa identidad, él está tratando de entender la genética, los genes como quien está estudiando a la mariposa, él está tratando de hacer una disección interna y en ese proceso él está también tratando de entender las varias identidades que él tiene, pero sí es verdad que la película tiene muchos temas y me di cuenta también al hablar de la película que cada uno se acerca de forma diferente a los temas”, dijo.
“Me recuerdo que yo hice una entrevista con Tenoch y él habló de la película que para él es una película sobre la muerte y cómo nos enfrentamos a la muerte y para él fue el tema principal de la película, como en momentos donde alguien desaparece eso se convierte en un tipo de catarsis sobre quiénes somos, de dónde venimos, y sí, es una película que es verdad que tiene como varias capas”, indicó el director.
Sin lugar a dudas uno de los aspectos importantes de Hijo de Monarcas es el elenco que nos presenta en pantalla, con un grupo de actores conformado por Tenoch Huerta, Noé Hernández, Lázaro Gabino Rodríguez, Paulina Gaitán, Angélica Aragón, Ignacio Guadalupe entre otros quienes hacen en la película un buen trabajo histriónico. Al respecto esto nos comentó Alexis Gambis:
“Bueno cada actor y cada encuentro tiene su historia y la verdad es que ha sido muy importante, por ejemplo a Lázaro Gabino lo conocí a través de un amigo cinematógrafo y justamente lo que estás diciendo es interesante porque cuando yo le hablé a Lázaro Gabino del personaje él me dijo, ‘ok yo puedo ser el amigo del pueblo que está conectado con los rituales, pero yo quiero saber sobre las nuevas tecnologías, quiero estar actualizado sobre lo que está pasando, para mí es muy importante’, entonces muchos de los diálogo donde él habla de escupir en una probeta para saber cuánto ADN tiene de un neandertal”, mencionó.
“O cuando él le habla (al personaje de Tenoch Huerta) hay una línea que dice: ‘Te sigo en el Facebook, pero nunca pones nada’, todo eso vino de él, que quería estar como conectado, no caer un poco en esa trampa del amigo que está como aislado que no sabe lo que está pasando en el mundo, y la idea vino de Lázaro Gabino (de igual manera) la idea del ritual fue también una colaboración con Lázaro Gabino, porque él manejó el ritual, él fue el director de ese ritual y es un actor impresionante porque él hace mucho teatro y entonces como que él organizó un ritual que obviamente hace referencia a otros rituales pero es totalmente imaginar”, continuó.
“Fue como un tipo de taller de actuación y esa idea de cómo reencarnarse en otros animales, fue casi como un documental que filmamos y yo detrás como el segundo director, lo filmamos como si fuera un documental con gente que participó en ese ritual, que no eran actores, eran gente de ahí de Michoacán, pero eso fue la experiencia con Lázaro, yo creo que la manera de sumar a todos esos actores es que ellos vieron en la película otra parte de México que les interesó”, complementó.
Esta dinámica no solo ayudó a la integración del equipo en el filme sino a conectar espiritualmente con los temas a reflexionar: “Con el ritual les interesó la parte del medio ambiente, también la idea que es una película de una migración cíclica de ir y volver, no solamente como ir al sueño americano, ir a los Estados Unidos, también había una complicidad, con algunos actores que yo conocía pero también le preguntaba a Tenoch ‘¿Quién te parece sería bueno para ser tu hermano? Ah tenemos que hablar con Noé’”, comentó el cineasta.
“Entonces llamo a Noé, Tenoch y Paulina han trabajado juntos, entonces fue como el reencuentro entre ellos, también (entre) Lázaro Gabino y Tenoch, entonces fue como una gran familia que se fue formando y obviamente estoy muy agradecido que tuvieron la confianza en mí, en mi visión. Yo como franco-venezolano llegando a México, pero creo que también les interesó un poco ese aspecto de la ciencia de hablar de temas poco tocados”, siguió el realizador.
“Parece un documental, pero a través de una película que tiene como elementos de documental, de ficción, de realismo mágico, un poco como García Márquez con ese regreso a su pueblo, como si fuera como Macondo y siento que les interesó un poco que había tantas ideas y cómo se va formando esta película, pero se lanzaron y creo que fue una gran experiencia para todos”, agregó Gambis.
Un elemento fundamental en la escritura del filme Hijos de Monarca es la formación científica del director de la película: “Es un mundo que conozco porque yo me formé como biólogo entonces mucho de lo que estás viendo ahí de las escenas en el laboratorio con el amigo Pablo que es un amigo mío que se llama Pablo quien fue un poco mi mentor cuando yo empecé en la biología, todo eso está basado un poco sobre mí, sobre mi experiencia”, expresó.
“Es verdad que la ciencia tiene como un lenguaje universal donde gente de diferentes partes del mundo se juntan y están todos allí para trabajar en algo tan específico, pero esa cosa tan específica tiene como mucho que ver con entender la vida entender cómo proteger a las plantas, a entender a los animales, la evolución, el desarrollo, entonces hay un tipo de lenguaje que une a esa comunidad”, añadió.
Esta cercanía con la naturaleza desde su conocimiento de biólogo se trasladó a nivel narrativo en las escenas: “Ellos hablan de moscas, de esa escena donde están en el bar por ejemplo y Pablo le dice: ‘Sí él pasa su día mirando mariposas, así miro como si yo fuera Dios mirando de arriba’. Entonces hay como un tipo de complicidad y al mismo tiempo uno está como encerrado en un laboratorio en una ciudad como Nueva York, el laboratorio es como un refugio, es un momento donde uno puede reflexionar sobre la vida, sobre dónde vamos, dónde queremos estar y siento que para ese personaje de Mendel interpretado por Tenoch, es ahí donde él se siente seguro como estar en un capullo de la mariposa”, enfatizó.
“Para mí la parte específica de entrar en la ciencia, de hablar de cosas muy técnicas, para mí no me importa tanto si la gente lo entiende, es más común, es como música casi es entender que ellos están unidos y están trabajando juntos y es casi como poesía y el amigo Pablo sí es un personaje muy importante porque es como su familia en Nueva York y en algún momento Pablo le dice ‘te voy a extrañar’, porque él se va, ya que le dieron un puesto en una Universidad, es también sobre una temática importante la de la posibilidad de conseguir trabajo como científico, de no de trabajar como profesor, de que le dieron una beca para ir a Arizona, o sea también hay elementos donde hablo de la migración a través de profesiones de ciencia que es también algo que se tiene que mencionar”, agregó.
El director Alexis Gambis nos comentó también sobre el proceso creativo para contar esta historia: “Me gusta jugar un poco con la forma de una película, como que uno piensa que es un poco documental y después vamos un poco en la ficción y de repente como que hay una parte de ciencia ficción la idea de la metamorfosis o tatuarse el cuerpo con el pigmento de la mariposa, creo que hay tanto que se está como cocinando dentro de este personaje”, dijo.
“En algún momento todo eso activa esa metamorfosis y él se siente conectado con su identidad y obviamente la mariposa que tiene varias identidades porque la mariposa es canadiense, americana y también mexicana y nadie le pregunta nada a la mariposa, puede tener tres identidades, tres nacionalidades, entonces creo que este personaje se siente como la mariposa que puede vivir acá en los Estados Unidos pero también puede regresar y puede también tener ese ciclo de poder ir y venir y no solamente eso, él trabaja sobre el pigmento, ese es su trabajo el color y el pigmento de la mariposa”, continuó.
“También hay un tipo de preguntas ahí en la película sobre qué significa tener el color que tenemos, también es un discurso sobre el color de la piel, qué significa ser moreno o blanco. Hay momentos donde se menciona eso, por ejemplo, el amigo Lázaro Gabino le dice ‘¿qué pasa con tu presidente?’ y le dice ‘no es mi presidente’ o cuando dice ‘te estás poniendo un poco naranja’; hay momentos donde se habla del color y el trabajo de Mendel es entender el origen del color, de la genética, pero la meta siempre me pareció interesante”, cerró su idea.
Más aún, el protagonista del filme encuentra un camino de transformación y trascendencia: “Cómo en ese momento de metamorfosis él hace un ritual en Nueva York donde se conecta con sus raíces, pero lo hace en Nueva York y así fue un poco el proceso. Bueno fue antes de la pandemia entonces fue posible poder tomar un avión y se hizo con los pocos recursos que tuvimos porque todo el mundo estaba muy apasionado con el proyecto y se sumaron ya fuera un actor o cinematógrafo y siento que el hecho de hacer algunos cortos ahí en Angangueo, conocer el pueblo, también en Nueva York, teniendo participación de científicos, de laboratorios o muchos de los recursos”, explicó.
“Los sitios donde filmamos todo eso no pagamos, había como muchos regalos en términos de la filmación pero fue una película que en lo escrito no se parece a algo que se puede hacer, porque se habla de filmar en dos países. Se habla de metamorfosis en una mariposa monarca o sea, se ve muy complejo como película pero siento que es una prueba de que si uno tiene una visión y tiene gente que está involucrada y apasionada se puede hacer, y siento que hay una preparación que se hizo antes que nos llevó a poder no solamente traducir el guión en la película, también cada personaje como construyeron su papel Lázaro Gabino, Paulina Gaitán, Angélica Aragón o Tenoch, cada uno de ellos llegó a la película con algo que ellos querían decir y si tú como director o como equipo le das esa posibilidad a los actores de llevar un poco de ellos siento que es así como se hace magia”, concluyó.
Hijo de Monarcas es una película que nos muestra cómo las buenas historias bien contadas suman al cine mexicano, una cinta que ocupará un lugar agradable en la memoria del espectador, y en el recuerdo de una cinematografía nacional que está ávida de producciones de alta calidad, una muestra del cine nacional que merece el apoyo por su buena manufactura y no por el simple decreto. Hijo de Monarcas estrenó el 25 de mayo.
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