Isaac Ezban aborda en su primer largometraje de terror, Mal de ojo, una leyenda legendaria que nos lleva a reconocer que hay maldiciones eternas, que pueden traspasar generaciones, que pueden cobrar factura cuando menos lo esperas. Una película que sorprende no sólo por su manufactura sino por la manera que aborda la historia, logrando crear una empatía con el espectador y llevarle, a pesar de no reinventar nada, a interesarse por lo que se narra.
En Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de charlar con el director sobre este trabajo.
Viendo la película es muy impresionante todo lo que has crecido como director, vemos a un director más maduro, con mayor confianza detrás de cámaras, muy depurado, que sabe manipular al espectador, que le anuncia las cosas y aún así lo sorprende, pero ¿cómo te sientes tú con este proceso de El Incidente a Mal de ojo?
Siento que es una película tuve que crecer mucho como director, ha sido lo más complejo que me ha tocado hacer como director en todos los sentidos. Creo que es una película que tiene muchos universos. Muchas historias, está el pasado, está el presente, muchos géneros, muchas atmósferas, muchos mundos, y el rodaje fue muy complejo: seis semanas de trabajar con niñas pequeñas, con adultos mayores, con prostéticos, maquillaje, con efectos especiales, con criaturas, con peleas, con exteriores, con el Ajusco nocturno, bosques. Fue una película con muchos retos, pero afortunadamente estoy contento con el resultado, gracias a que contamos con un gran equipo que dio todo de sí mismos para sacarlo adelante.
Conocemos el trabajo de Edgar San Juan como guionista y productor de un cine más social, de pronto vemos lo llevas a tus terrenos, el cine de fantasía, ciencia ficción, de terror, y parece que conoce lo que hay en tu mente para hacer una película que tiene todo el sello de Isaac Ezban.
Fue una colaboración interesante con él, lo llevé y me llevó, nos llevamos mutuamente. La historia de este proyecto es muy loca, Edgar había hecho otros géneros y le atraía mucho hacer algo de terror, y él encontró éste guión en República Dominicana y me llamó como director desde 2016, lo que empezó como una pequeña película por encargo, terminó convirtiéndose una de mis películas más personales yo creo.
Cuando él me llamó para dirigir la película, el guión era muy diferente, todo lo que se ve que pasa en la película, no pasaba, era otra cosa el guión, si tenía la leyenda y si tenía esas cosas con el Bacá. Yo vi el guión y me dije que había una posibilidad de hacer algo muy loco, una película de terror con un coming of age, en la onda de Guillermo del Toro y El Laberinto del Fauno o El Espinazo del Diablo, que son las películas que más admiro de él, me dije que siempre estoy buscando oportunidades cuando me mandan un nuevo guión, siempre digo que estoy buscando la mejor idea para mi siguiente proyecto, ya sea en mi mente o la de alguien más.
Cuando me llegó este guión me dije lo quiero dirigir pero no quiero sea una película por encargo, quiero tomarlo, que me dejen reescribirlo, hacerlo mío, Edgar me dijo “adelante” y le entre a reescribir el guión por completo, yo creo lo reescribí en un 70%, luego entró Edgar y Junior Rosario e hicimos una reescritura juntos, cada uno aportó algo valioso, y me gusta porque quién espere una película de terror convencional, la va a encontrar, un historia convencional de unas niñas que llegan a casa de una abuela que no es quien dice ser, pero quien espere una película que tenga el sello de Isaac Ezban, que conozca mi trabajo, lo va encontrar también, porque logré meter en este guión los temas que me obsesionan y que he abordado a lo largo de mi carrera, como son el tema del paso del tiempo, el tiempo en general, que es un tema que me obsesiona mucho, el envejecimiento, el rejuvenecimiento, la decrepitud, la podredumbre, el cuerpo humano, la duplicidad, la identidad fragmentada, son cosas que logré meter en la película, está mi sello ahí.
Y sí, creo hice un buen equipo con Edgar, en el sentido de que no sólo viene de otro género sino de otra forma de hacer cine, él es más sutil como contador de historias y yo soy lo opuesto, yo lo subí a mi estilo y él me bajó a su estilo, hicimos un buen estilo de ambos.
Viendo la película me sorprendió encontrar en muchas tomas, ecos de otras películas tuyas, hay imágenes que nos recuerdan El Incidente, tu corto de Deathcember, tenemos las criaturas te caracterizan, las atmósferas que te gustan, esto me viene por lo que dices que es tu película más personal, ¿es la más personal porque son los temas que te gustan o porque pudiste englobarlos y llevarlos adelante en una trama que puede ser muy convencional pero la forma en que la llevas hace que el espectador no deje de mirarla?
Dije que es personal porque es una combinación de todos mis estilos, porque siempre había querido hacer terror, porque el tema de coming of age es un tema que me pega personalmente, me encantan las películas de ese género, ya mencioné dos películas de Guillermo del Toro, existe Stephen King de quien se han hecho esas grandes películas, en ese sentido, yo me quedé muy emocionado de poder hacer un coming of age, que creo es un punto con el que todos nos podemos identificar, en ese sentido hay mucho de mí en la película, espero que todos conecten, es una cinta con un universo muy femenino, fue un reto grande para mí, pero creo el coming of age es universal para ambos géneros, con lo que todos nos podemos identificar, saber es algo hemos vivido. En ese sentido me refería a que era algo personal.
Me llama la atención la fotografía usas en la cinta. Tenemos esa fotografía deslavada en la leyenda, más neón en otros momentos, otra donde la naturaleza aborda y gana la pantalla, ¿cómo fue la toma de decisiones para cada momento de la película?
Tuve el gran gusto de colaborar con Isis Sarfati, director de fotografía de Los Parecidos, quien es muy bueno construyendo atmósferas exacerbadas, sobrecargadas, a mí me gusta eso, porque el género que yo hago necesita de ese atasque visual, a veces es algo que yo necesito, en ese sentido fue una gran colaboración y quedé muy contento de haber trabajado con él. Hablamos mucho de cómo diferenciar las atmósferas, la leyenda debía tener un estilo, el tiempo presente en el departamento tenía otro estilo, llegar a la casa de la abuela otro, el escape al bosque tenía otro estilo, y no sólo en el tono sino en los movimientos de cámara, el lenguaje, la puesta en cámara.
Isis es un fotógrafo que sabe resolver muy rápido, él decidió iluminar el set con asteras, que son esas luces que puedes controlar su temperatura y color desde un Ipad muy fácil, de pronto él decía “este cuarto lo vamos a prender todo azul o todo verde” y, en conjunto con Adelle Achar, la diseñadora de producción, se lo echo. Cuando alguien dice que esta película está bien dirigida, muchas veces es gracias no sólo al director sino a la fotografía, al diseño de producción, a que los elementos embonan. La fotografía está muy bien pero también el arte, la casa, los escenarios, están increíbles.
Hablando del diseño de arte, tienes estos departamentos fríos, de ciudad, que contrasta demasiado con la mansión en el campo y con la cabaña, me imagino esto es labor de la gente encargada de cada uno de esos aspectos.
Totalmente. Poder dar la sensación de que cada locación es un lugar aparte y un tema aparte de la historia.
Me gusta mucho la parte de los altares, aunque parecieran iguales, cada uno tiene sus características muy definidas, ¿cómo fue el proceso para que cada uno tuviera su impacto particular?
La película tiene una mitología muy rica, es un guión que viene de República Dominicana, en ese sentido está cimentada en la mitología de ahí, luego cuando decidimos que la historia sucediera en México, porque era una historia dirigida al público mexicano y no hacía mucho sentido que sucediera allá, entonces nos pusimos a investigar la cultura afrocaribeña, comenzamos a mezclar la brujería de Catemaco, vimos muchas imágenes de cómo es la brujería y los brujos de ahí, vimos los altares, los rituales, Adelle hizo mucho investigación al respecto.
En algún punto se pensó que la historia tuviera lugar en Catemaco, pero hubo un tema con producción y costos que nos hizo no poder grabar ahí y por eso decidimos dejarlo ambiguo, está sucediendo en Las Animas que no sabemos dónde es. Mucho de la investigación vino de la región afrocaribeña, es padre porque estamos acostumbrados a ver la brujería en el cine desde el cine europeo o norteamericano, y es interesante cómo se ve esto en una mitología mexicana, eso es lo que hace sea folk horror, está basada en nuestro propio folklore. Eso llama la atención porque es distinto a lo que vemos en otras películas de terror.
¿Cómo fue la experiencia de filmar el ritual de Palo?
Ese ritual fue de las escenas más complejas de la película, sin duda alguna, es una escena que casi tuvo su propia preproducción, como la película, hablamos mucho de cómo la íbamos a hacer porque era de noche, nos preocupaba tener a las niñas en la noche, lo hicimos creo para ellas de 8 de la noche a 1 de la mañana, luego ellas se fueron y seguimos con lo demás, fuimos a ver el lugar muchas veces, diseñamos dónde iba a estar cada quién, el movimiento de cámara, Isis se echó una iluminación de todo el bosque, que no fue nada fácil, y el movimiento de ir siguiendo a las niñas por atrás y luego por adelante, fue muy complejo.
Incluso tuvimos que cortarla un poco, no en la edición sino en el rodaje, pasaban más cosas, había un chivo y llegó un punto donde Edgar me dijo, “son las tres de la mañana y no hemos visto al chivo, creo ese chivo ya no va a salir”, ahí seguiríamos filmando el ritual. Imagina, el Ajusco, primera semana de diciembre, el frío de invierno en el Ajusco, extras bailando, al principio muy felices, pero yo creo que a las dos de la mañana decían “¿qué están haciendo?”. Ya sabes, en el cine uno se tarda en hacer esas cosas.
Una buena historia es que toda esa toma donde Abigail se degolla y llora y se pone sangre, fue una toma porque ya no teníamos tiempo, eso estaba pensado en hacerse con más emplazamientos, pero ya teníamos que parar porque ya era muy tarde, teníamos a mucha gente en el frío, y Paloma, la actriz, estaba oyendo todo el caos y cuando dijimos vamos a hacer una toma, de tanto escuchar se soltó a llorar y lo hizo perfecto, sabía era su momento y que debía quedar. Fue la secuencia más compleja no sólo en el rodaje sino a la hora de la edición, se evaluó editarla diferente, hubo quien quiso quitarla por completo, pero eso yo nunca lo permití, fue compleja en la edición, en música, en el diseño sonoro, n la corrección de color, ya que son dos rituales al mismo tiempo en diferentes lugares, teníamos que diferenciarlos en color. Fue de los momentos más complejos en todo sentido.
Encontramos en Mal de ojo ecos de La Tía Alejandra, del cine de David Lynch, de mucho cine de terror, ¿cuáles sentiste fueron las influencias que sentiste al filmar?
Mis dos referencias más fuertes fueron Del Toro con El Espinazo del Diablo y El Laberinto del Fauno, me gusta como él crea la fantasía en un coming of age, me gustan las criaturas con las que trabaja, su creación de los antagonistas como el general Vidal o Jacinto, yo le dije a Ofelia Medina que quería creáramos un antagonista de ese nivel.
Otra referencia fue La Bruja de Robert Eggers, en general su cine y el de Ari Aster, que aunque mucha gente odia ese término de Horror Elevado a mi me gusta porque estoy de acuerdo, se sienten como unas películas de terror más complejas, más serias, más elevadas. Tomé muchas cosas de Hereditary, de Goodnight Mommy de Veronika Franz y Severin Fiala que tiene esta dualidad de que no sabes si la mamá está mal o los niños están locos, Los Otros también, películas como El Conjuro o Insidious, hay un toque de Lynch. De películas más antiguas, The Company of Wolves de Neil Jordan, Phenomena de Dario Argento, Veneno para las Hadas de Taboada. También Don’t Be Afraid of the Dark producida por Guillermo del Toro, tengo una lista como de 40 cintas.
Ofelia Medina está maravillosa en la película, ¿cómo fue trabajar con ella y hacer que se sintiera sumamente cómoda con el personaje? Se le siente divertida haciéndolo, gozando el personaje.
Ofelia Medina es una actriz con muchas tablas, no había hecho nada de este género y fue increíble tenerla en el set, fue nuestra primera opción y nos encantó que dijo que sí, le dio mucha vida, es un personaje que tiene mucha malicia y se ve que esta divertida interpretándolo. Cuando llegaba al set impregnaba ese aire de profesionalismo, nos motivaba a todos a hacer una mejor película.
Pero lo que más me gusta de mi elenco es que tenemos sangre consolidada y sangre fresca. El descubrimiento de Paola Miguel, de años y que tiene cosas en teatro y cine, en televisión va a salir en la adaptación de Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne, pero que es Mal de ojo su primer protagónico en cine, para mi es un descubrimiento al nivel de Natalie Portman en Léon: The Professional de Besson o de Jennifer Connelly en Phenomena, de ese nivel porque siento tiene una inteligencia, un instinto, una disciplina, un talento muy grande, creo va a ser una actriz muy importante para el futuro del cine en México.
Paola y Ofelia se dieron cuerda de una forma muy especial, con una magia muy padre en el set. Ivanna Sofia Ferro, la niña de siete años, tiene una madurez y un entendimiento que logra cosas que son difíciles de ver en un niño actuando en ese nivel, lo dio todo por esta película. Y el resto del elenco, Samantha Castillo, actriz venezolana que radica en México, un monstruo de actriz también, Arap Bethke, Paloma Alvamar, Mauro González, Victoria Guerrero, creo todos los actores hicieron un trabajo formidable y fue increíble trabajar con ella.
Después de Mal de ojo ¿para dónde vas? ¿Qué quieres experimentar ahora?
Quiero seguir experimentando con el terror, tengo otra película de terror en puerta, otro coming of age, Mal de ojo es un coming of age muy femenino y tengo otra que será muy masculino. Me va a gustar hacer las dos back to back porque va a ser mi gran epifanía del coming of age. Tengo ganas de volver a la ciencia ficción, si bien tengo muchas ideas de terror, tengo un guión que es mi guión más personal y que tengo muchas ganas de hacerlo pronto. También hay proyectos de televisión que estoy preparando, eso es un poco de lo que tengo sobre la puerta.
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