El Pepsi Center fue testigo del regreso triunfal de uno de los exponentes más talentosos y con mayor energía de toda la escena, no venía solo, traía invitada especial y muchas sorpresas.
Han pasado ya ocho años desde que Jack White visitó tierras mexas con su proyecto en solitario (en 2019 vino con The Raconteurs), su última visita fue en el año 2014 como un acto principal del Corona Capital; esta vez en el Pepsi Center, un día después de su acto en el festival Coordenada de Guadalajara, pero venía con una invitada muy especial: Cat Power.
La cita fue en el recinto dentro del WTC, comenzando actividades alrededor de las 19:00 horas, con un venue que ya contaba con algo de audiencia. El respetable público seguía arribando hasta que a las 20:00 horas en punto las primeras notas de Cat Power se hicieron sonar en el escenario, canciones como “Manhattan”, “Metal heart” y “The greatest” se hicieron sonar, acompañada de una luz roja tenue.
Si bien fue un acto que podría dividir opiniones entre los fans de hueso colorado de la oriunda de Atlanta y los que escuchaban por primera vez a Cat, los comentarios entre el público sobre que estaba siendo un acto “lento” se dejaron escuchar.
Pero sin duda dejó un sabor de boca muy a gusto, muy relajante. ¿Tal vez era con esa intención? Relajar para lo que se avecinaba.
El acto de Jack White, a título personal de este servidor, lo describiría como un choque de trenes, jamás había presenciado un acto tan energético. Fue como recibir una patada de las botas blancas del también integrante de The Dead Weather.
Siendo las 21:16 horas John Gillis (nombre real de Jack) salió a la tarima a base de guitarrazos, luces y todo lo necesario para energizar tus sentidos. “Taking me back” fue la canción inaugural. A ella le siguió “Fear of the dawn”, para después dar la primera remembranza de su legendario paso por The White Stripes con “Black math”.
Siguió el set con las canciones de su nuevo disco, “Hi-De-Ho” y “The White Raven”. Cuando terminó, dejó la guitarra a un lado y se acercó al piano para ofrecer una versión de “Dead leaves and the dirty ground”, icónico tema de White Blood Cells.
Este concierto fue una montaña rusa de géneros pasando desde el rock, el country, folk y lo que sea que él improvisara en el momento, dejando en claro que la versatilidad y la improvisación es lo suyo.
En las pantallas una serie de estrellas aparecieron para acompañar un momento más calmado de la banda presentar “Love is selfish” y “A tip from you to me”, canciones de su reciente disco Entering Heaven Alive.
Temas de su etapa con los White Stripes, una de The Dead Weather, junto con sus temas en solista fueron el menú con el que degustó Jack.
Revisitó su álbum de 2018, Boarding House Reach, tocando “What’s done is done”. Tres canciones más de The White Stripes como “Hotel Yorba”, “Cannon” y “I think I smell a rat”, después hizo su aparición el mencionado tema de The Dead Weather, ‘I cut like a Buffalo”.
La velada estuvo llena de euforia y nostalgia convertida en gritos ensordecedores, además hubo tiempo para homenajes como el que hicieron en el cover de “She’s like heroin to me”, de The Gun Club y qué decir del momento en que White dedicó “We’re going to be friends” a su telonera Cat Power.
Antes de salir del escenario para el encore tocó “If I die tomorrow” y “Shedding my velvet”. Después de tres minutos en los que el público coreó el icónico riff de “Seven Nation Army” y gritó emocionado por su regreso, Jack volvió para dar un encore que inició con “Steady, as she goes”, de The Raconteurs, uno de los mejores momentos del concierto.
La noche pasó rápido y, tras “Fell in love with a girl”, como una bella dama fue coronada con la joya que todo mundo vitoreaba: “Seven Nation Army” explotó el recinto. Así, con el himno que hace ritmo en las porras al Chucky Lozano se despedía el público y era momento de volver a la realidad ya que había que correr para alcanzar metrobús.
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