Ha Su-Jin, guionista de telenovelas coreanas conocidas como K-Dramas, asegura que “no tiene ni idea” de por qué los espectadores europeos y latinos “adoran” sus cuentos de amores imposibles que ocurrieron hace cientos de años en Corea del Sur, como sucede en Los casamenteros (2023).
“Escribo cosas que no ocurren en nuestra vida cotidiana, pero que nos gustaría que nos pasaran”, apuntó la creadora, aunque quiere pensar que “las relaciones entre seres humanos son iguales en todas partes y en todas las épocas”, afirmó Su-jin, en una entrevista con EFE.
Ha Su-jin visitó España para participar en el Club de tertulias de K-Dramas, que se celebran en el Centro Cultural Coreano de Madrid.
Guionista de películas que han saltado desde Seúl a Hollywood (pasando por Netflix), como Red Carpet, Su-jin ha logrado encandilar a las audiencias de medio mundo, incluida España, donde pudo verse en Rakuten TV, con esta serie de 16 episodios que sigue las intrigas de unos antiquísimos personajes, Sim Jeong-woo y Jeong Soon-deok, encargados de reunir almas gemelas.
Son ‘los casamenteros’, unas figuras muy prestigiosas en las distintas épocas de la Dinastía Joseon, que gozaban de los favores del rey.
Además de una estética delicadísima, unos protagonistas guapísimos y una cuidada puesta en escena que transporta a épocas remotas - incluidos los paisajes y los perfectos vestidos tradicionales (los hanbok) -, el K-Drama está rodado en idioma local.
Su particularidad es que los protagonistas sufren mucho y atraviesan muchas penalidades, pero también hay mucha comedia gracias a la torpeza de sus personajes, siempre con el amor como eje.
Sobre la labor de documentarse para escribir Los casamenteros, Su-Jin comparte con EFE que “muchos coreanos conocen las historias y tienen desde el colegio la base histórica de la Dinastía Joseon”, un reino que duró cerca de cinco siglos, entre 1392 (Taejo de Joseon) y 1897 (hasta la muerte de ‘la reina Min’, asesinada por los japoneses).
Lo bueno es que hay una especie de memorias, bastante copiosas, donde se ha registrado diariamente la epopeya de la dinastía: de ahí, dice Su-jin, salen todas las historias de sus K-Dramas. “Todos los episodios parten de un hecho histórico”, aseguró.
La guionista confiesa que le encantaría saber el por qué del éxito mundial, aunque quizá haya influido, dice entre risas, que el protagonista es Ro-woon, cantante, modelo y actor, exintegrante del internacionalmente famoso grupo de K-pop SF9, que cuenta con más de siete millones de seguidores en Instagram.
Aunque el embrión de Los casamenteros fue un guion de cine, en diez años que ha tardado en ver la luz la industria cambió lo suficiente para que se prefiriera convertirlo en serie.
“A los coreanos nos gusta contar historias desde el principio de los tiempos, quizá por eso nuestra industria se ha desarrollado más que en otros países”, apuntó.
En Corea del Sur hay diferencias entre guionistas para series y para películas; “pagan peor a los de cine y no tienen ninguna autoridad sobre su obra. Es cierto que tampoco tienen una asociación que los defienda, y menos podrían hacer huelga”, como ha pasado en EU.
En las series, indicó, “el poder lo tiene la guionista. Pagan bien y tratan bien. Cada vez se difumina más esa frontera gracias al servicio de OTT (proveedores de servicios de internet que dan acceso a diferentes plataformas) y todos quieren pasarse a las series”. Además, “los actores quieren tener fans internacionales”, añadió.
Gracias a estos servicios, Su-jin ha podido ver series como las españolas Élite o La casa de papel, que admira, y de las que afirma haber aprendido mucho. Duda de que los guiones coreanos se diferencien de los occidentales, pero ha comprobado una afinidad de gustos y carácter entre españoles y coreanos: “Son alegres y abiertos y con un modo de contar historias muy similar al nuestro”, afirmó.
La casualidad hará que Su-jin vuelva pronto a Madrid, esta vez para acompañar el rodaje de una nueva serie.
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