El actor Joaquín Cosío en la primera fila secándose las lágrimas luego de saludar al público del Teatro de la Ciudad de Irapuato entregado en una larga ovación con motivo del homenaje que se le realizaba, quedará en la historia del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por su siglas en inglés) como uno de los recuerdos más emotivos.
La noche de este sábado el actor de 61 años recibió el homenaje nacional que entrega el evento fílmico de guanajuato con la entrega de la Cruz de Plata de Más Cine que es su máximo galardón, así como la entrega de la Medalla de la Filmoteca de la UNAM a propósito de su prolífica carrera.
La ceremonia se realizó en la recta final de la edición 27 del GIFF en la sede de Irapuato, con un público que mostró su admiración y fanatismo al actor mexicano. En su paso por la alfombra roja, Cosío habló de lo orgulloso que se siente de quedarse en la memoria de los espectadores, especialmente desde aquel icónico personaje de Cochiloco de la película El infierno, de Luis Estrada.
“Hace 20 años de esa película, y me da gusto que aún se pueda seguir viendo. Y ha pasado tanto tiempo que se siente bien que me hayan conocido por ese trabajo”, dijo el actor en la alfombra roja de bienvenida conducida por el colaborador de Crónica Escenario, Jonathan Eslui.
Al llegar se le enfatizó que la mayoría de los compañeros actores y cineastas coinciden en que la cualidad más destacada de Cosío es la de “ser un gran se humano”, motivo por el cual habló de lo que se necesita para mantener los pies en la tierra:
“Está mi esposa que me aterriza y mi hijo. Yo hago una labor que es menos importante que otras profesiones, mi trabajo es para entretener, no es como un doctor que cura. Pero me siento muy honrado de que me aplaudan y me reconozcan”, enfatizó.
Ya en el acto de homenaje algunos de sus compañeros actores ofrecieron unas palabras de agradecimiento y apapacho como fueron Diana Bovio, Ximena Ayala, Kristyan Ferrer y Ianis Guerrero, para luego proyectar un video con una retrospectiva de la carrera del actor en la que se abordó de su paso del teatro a la pantalla.
Es el menor de los ocho hijos de Enrique Cosío y Marina Osuna. Tras la muerte de su madre, cuando contaba con apenas un año de edad, vivió con su abuela y dos tías en Mexicali, Baja California. A los once años, se reencontró con su padre y hermanos en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde se habían instalado.
En su momento Joaquín Cosío compartió cómo fue crecer sin sus padres y cómo esto lo llevó a considerar convertirse en sacerdote en su juventud. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Trabajó como reportero para varios medios de comunicación, como El Diario de Juárez y el periódico Norte. Asimismo, ejerció la docencia en la Universidad Autónoma de Chihuahua y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Inició su carrera teatral a principios de la década de los 80. En 1994, escribió su primera obra de teatro titulada Tomochic: O el día del fin del mundo, que fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura. También cuenta con un par de libros de poesía.
Hizo su debut cinematográfico en 2001 con la película La habitación azul y, desde entonces, ha aparecido en más de treinta largometrajes. Algunos de estos son Una de dos (2002), Sin ton ni Sonia (2003), Matando Cabos (2004), Rudo y Cursi (2008), James Bond, 007: Quantum of Solace (2008), El Infierno (2010), Salvando al soldado Pérez (2011) y Savages (2012) de Oliver Stone, en la cual actuó junto a Benicio del Toro.
También participó en Cantinflas (2014), La dictadura perfecta (2014), La delgada línea amarilla (2015), Me gusta, pero me asusta (2017), Spider-Man: Un nuevo universo (2018), Belzebuth (2019), Matando Cabos 2 y The Suicide Squad (2021) donde Cosío interpretó al General Mateo Suárez, entre muchos otros personajes.
Al recibir los premios el actor mostró su orgullo por las instituciones que lo reconocieron: “La hemos pasado increíble. Realmente ha sido una carrera muy generosa, muy difícil, pero al mismo tiempo da regalos como este”, dijo.
“Tengo que agradecer antes que nada a los que quisieron entregarme este reconocimiento. Es para mi un honor que una instancia como la Filmoteca de la UNAM, que es fundamental en el enriquecimiento y la cultura cinematográfica, más en estos tiempos que son bárbaros para la cultura y el arte”, siguió.
“En el marco del festival en su edición 27 es un honor recibir la medalla de la Filmoteca de la UNAM. Me enorgullece enormemente”, añadió.
En su discurso también hubo palabras para los directores de las películas en las que participó: “También agradezco a quienes confiaron en mí para las películas, porque finalmente me dieron la posibilidad de hacer cine y ya es una lista bastante larga”, mencionó.
“A aquellos que cuando nadie me conocía de pronto me vieron y me dieron un papel y así hice una película más. Ha sido una carrera muy vertiginosa, muy inesperada, muy sorpresiva. Todos ellos muy importantes en mi carrera”, agregó.
“Luego me siento muy orgulloso de encontrarme en la lista de los creadores que han recibido estos reconocimientos, en donde están amigos tan queridos como Damian (Alcázar), donde está Luis Estrada y otros tantos”, sumó.
Sin embargo la parte más emotiva fue la dedicatoria a su familia: “Al prepararme para este evento me preguntaba en mis vínculos con el cine, cómo es que de pronto era cercano a mí”, expresó.
“Pero en este caso me di cuenta que quienes tienen mayor experiencia al respecto son mis hermanos que aquí están y que ellos veían cine antes de que yo naciera, eso gracias a que en una casona de Tepic, Nayarit, tenían acceso a ver un cine al aire libre, anteriormente los cine de ahí no tenían techos, y ellos se ponían a ver películas desde un balcón”, continuó.
“Son ellos quienes más han tenido que ver con el cine que yo mismo, y mi padre, quien trabajó en la Compañía Productora de Teatro perteneciente al Estado, mi padre trabajó ahí que era en un cine”, siguió.
“Entonces ellos tienen más que ver que yo, así que a ellos les dedico este reconocimiento: a mi padre, a Mateo, mi hijo; a mi esposa. Y bueno ellos vieron cine antes que yo pero a mí me tocó la bendición de que ahora el cine lo hago yo. Gracias”, concluyó en medio de los aplausos a los que el actor respondió con una reverencia en el escenario como ocurre en el teatro.
Tras recibir los reconocimientos fue proyectada la película El precio de educarlos la cual fue presentada por el mismo actor y el director Emilio Portes, quienes destacaron que a diferencia de otros proyectos que hicieron juntos, esta es una comedia que toda la familia podrá disfrutar.
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