Después de recibir la Medalla de la Filmoteca de la UNAM así como el Premio a la Excelencia por parte del Festival Internacional de Cine de Morelia, la actriz y directora Jodie Foster ofreció una máster class para el público en general y algunos invitados especiales donde dio un repaso a su flamante carrera que comenzó en 1969 en un episodio de The Dosis Day Show. Crónica Escenario estuvo presente en la misma.
Foster rememoró los inicios de su carrera, algo que para ella nació desde el instinto. “Muchos me daban el consejo de ser yo misma y actuar de forma natural mientras otros me dieron más indicaciones. Y honestamente, amo que me dirijan y digan lo que tengo que hacer. Cuando me preguntaron si quería dedicarme a algo más que actuar, sabía que no pasaría. Pero debo decir que Taxi Driver fue un gran cambio para mí porque entendí con Robert DeNiro desde su proceso e improvisación que este oficio se trataba de construir un personaje. Tuve una gran revelación en Nueva York al respecto y pude entender que no había entregado todo de mi haciendo este trabajo”.
Aunque no cabe duda que es una de las más talentosas actrices de su generación, hubo momentos en que parecía que Jodie no tendría un panorama alentador. “Para todos los niños actores como yo, se decía que a los 17 años sus carreras terminaban. Pensaban que pasaría lo mismo conmigo pero después de ir a la escuela, di con el proyecto de Acusados y ahí cambió toda mi vida”, señaló. “Fue una experiencia difícil porque tenía miedo del material que trataba. Estaba en mis veintitantos y me atemorizaba lo traumatizante que sería hacerlo”.
“Decidí no prepararme para nada, no leí el guion más que un par de veces y empecé una experiencia por puro instinto. La protagonista tiene una personalidad que no es agradable y es muy dura, pero cuando vi la película pensaba que era horrible mi labor y que mi carrera terminaría ahí. Después gané un Oscar con ello y lo que aprendí es que muchas veces el instinto y el tomar decisiones son importantes pero también está la ejecución y la danza, por decirlo de una forma, por lo que olvidar todo lo planeado y juntarlo con la naturalizado resulta en una mezcla de factores donde sale todo bien”, agregó.
También habló sobre Nell, otro papel que le presentó otro tipo de retos a la actriz prodigio. “Tenía mucho miedo con este rol pues la base era qué pasaría si no tenias el lenguaje para expresar lo que sientes. Ella se relaciona con fantasías, no con personajes. Fui y vi a un coach de actuación que me dijo que todo funcionaria muy bien. además tuve que averiguar acerca de niños ferales y prepararme con movimientos pero no me ayudó en nada. De repente tuve una conexión emocional con el material y supe que tenía que tomar café y que alguien me dijera acción. Y así fue como fluyó”, recordó la invitada de honor.
Pero Foster también tiene una faceta interesante como directora, un cambio que presentó nuevos desafíos. “Para ser honesta, usé mi poder como actriz para abrirme la puerta hacia dirigir. Siempre quise hacerlo pero sabía que no lo iba a poder hacer hasta que fuera un proyecto que yo quisiera hacer. Quería hacer cintas que tocaran a más gente pero creando personajes muy complicados con un rango emocional duro y que lidiaran con traumas emocionales. Como actriz, esa fue mi meta con Contacto o La habitación del pánico, hacer cintas que tuvieran diversas capas complicadas, creando un equilibrio entre lo complicado pero amable para la audiencia”, afirmó.
Foster no negó que tuvo grandes influencias, maestros y ‘padres’ que le ayudaron, pero ella busca siempre una historia auténtica. “Me pasé mucho tiempo detrás de los hombros de grandes directores y verlos trabajar cuando actuaba me ayudó, sin duda. Además, me agrada el mundo del cine extranjero, especialmente la nouvelle vague francesa que me marcó mucho cuando estudiaba y se nota en la película de Mentes que brillan. Pero realmente no hago cintas para emular o repetir a otro cineasta. En ese filme se trataba de la vida emocional del personaje y eso determina la música, la ropa y todo lo que refiere a su desarrollo para poder construirlo de esa manera”, manifestó.
Su manera de trabajar en la silla de director implica un proceso muy diferente al habitual, algo en lo que ahondó también la galardonada actriz y realizadora. “En las escuelas de cine, crean storyboards y planes como si estuvieran viendo la película desde antes. Pero como hacía cintas desde el otro lado, mi perspectiva siempre parte desde el personaje y cómo se siente y relaciona con la cámara. Me gusta convertir a la cámara en un personaje más, aunque en lugar de explicarle al fotógrafo los movimientos, tengo que decirle y corro por todos lados porque lo hago todo físico, es un lenguaje muy diferente al habitual”, mencionó.
Ante la disyuntiva de dirigir y actuar, la realizadora aseguró, “me gusta dirigir pero realmente me encanta estar en un set rodeada de 170 personas y crear un ambiente lleno de alegría. Eso me gusta de hacer filmes, entre todos nos organizamos y preparamos todo detalle para que, cuando suceda la filmación, podamos tener libertad, nos movamos rápido y todo salga de maravilla. Ahí todos tenemos una voz, es un pequeño monstruo de Frankenstein que hacemos entre todos y me enorgullece”.
Asimismo, Foster fue muy honesta acerca de cuál suele ser la principal dificultad cuando actúa o graba. “Mi problema más grande soy yo. Tengo una controladora dentro de mí y un sentido de perfección innato. Lo duro es dejar eso de lado y darme cuenta de que debo fungir como líder y cuando lo logras o no, es duro para el actor. Es complicado estar normalmente abierta a seguir haciendo cine pues la primera vez que lo haces descubres algo que no se da de nuevo pero es un riesgo y puede romperte el corazón también”, aseveró.
La polémica no faltó cuando la actriz habló de la experiencia de trabajar con gente truculenta o que ha tenido problemas en el mundo público. “Seguro están hablando de Mel Gibson, Woody Allen o Polanski. Con The Beaver decidí que Mel lo hiciera porque lo conocía desde hace tiempo, es muy divertido y un gran actor además de ser un amigo muy generoso. Lo quería ahí porque sabía que comprendía lo que estaba pasando el personaje, un tipo alcohólico y deprimido que estaba en la verja del suicidio. Fue una experiencia adorable hacerlo, terminamos la cinta y aunque no condenas la actitud que tengan, la contribución que nos dio fue algo que podría apreciar mucho, alejado de toda la polémica”.
Últimamente se nota que la política y el cine han estrechado sus mensajes. Ante ello, la homenajeada en este festival apuntó: “Mi modelo para hacer una gran cinta que tuviera política es siempre Salvador con James Woods y creo que funciona por ser una historia de amor frente a todo este contexto de guerra. En The Mauritanian, que hice recientemente, me di cuenta que estábamos tan traumados por el 9/11 que es difícil repasar nuestro papel y reacción ante este incidente. Amé lo que hice en su momento pero ahora quiero dar apoyo a nuevas voces de las que he aprendido y crecer como persona es mi meta”.
“Empiezas a hacer cintas porque las amas y te cambian la vida de alguna forma. Te ves en la pantalla y te das cuenta que te mejoran en lugar de empeorarlo. Te conviertes en actor y tomas una forma de arte con la esperanza de crecer y descubres que inspiras a la gente a serlo. Eso es el impulso que tengo para hacerlo aunque no necesariamente es la meta de todos los realizadores. Pero para mí, siempre ha sido el cómo conectar como una persona solitaria, esta era la manera que tenía de conectar con todos y tener una comunidad. Si alguien me preguntara qué es de la vida de Jodie le diría ‘ve mis películas pues ellas reflejan mis obsesiones como artista. Aunque es una idea que puede considerarse primitiva, si buscamos comunicarnos y conectar para ser mejores es lo mejor que podemos lograr como artistas y personas”, complementó.
Ante el repleto Teatro Melchor Ocampo, Foster también abrió su corazón acerca de las dificultades enfrentadas en el camino. “Es difícil lidiar con las hostilidades. Desde niña siempre enfrenté a gente que te grita porque no puedes responder. Una actriz me tuvo que dar una cachetada en la cara y lo hacía una y otra vez cuando tenía 10 u 11 años hasta que se me inflamó una mitad de mi rostro. Una vez un león me tomó en sus fauces desde la cintura para arriba y todos corrieron en lugar de ayudarme hasta que me soltó. He visto muchas caras de mucha gente pero creo que lo importante es ver cómo eres como líder. Normalmente las expectativas que se tienen con directores y directoras son muy complicadas. Muchos hombres que no han lidiado con ello suelen estar confundidos con su estilo y trataron de imponerse o manipularme, pero lo único que no podían hacer era tener una relación normal conmigo al preguntarme algo, pedir una opinión o escucharme. Por alguna razón, jamás se les ocurría. A veces tenemos que enseñar a la gente cómo ser líderes y enseñarles las diferencias de trato”.
Finalmente, la talentosa y alegre actriz habló de cómo ha cambiado el panorama en la industria desde que comenzó a la fecha. “Crecí con mis hermanos y padres que creían en mí siempre. A veces es difícil para mí no poder mencionarlos sobre todo porque me doy cuenta de que es algo que no han tenido otras grandes directoras. Pero ahora es un nuevo mundo, hay un nuevo sistema que las apoya y no puedo creer que pasara tanto tiempo sin ellas. No creo que sea una conspiración masculina que ideara que no hubiera mujeres ni gente de color que hiciera estas historias. Más bien creo que nos olvidamos culturalmente de ellos. Yo misma no me percaté de eso, pero eran otros tiempos en ese entonces y es momento de ver tantas nuevas historias que estaban invisibles antes para salir de sus márgenes. Poder ver a esas mujeres desaparecidas que saltan y cuentan sus historias es lo mejor que nos puede pasar ahora, pero seguirá siendo cuestión de esforzarnos a través de esta cultura blanca de supremacía masculina para trascender y poder movernos hacia adelante”, concluyó.
Cabe resaltar que la ganadora del Oscar recibió también su butaca, misma que develó previo a esta charla y que formará parte de la sala 4 del Cinépolis Morelia Centro al lado de otros grandes talentos que han asistido al certamen que van desde Michel Franco hasta Quentin Tarantino, entre otros.
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