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El sábado 4 de febrero, el día prometido por José Madero llegó. El frío de la noche se apoderaba de las calles de la alcaldía Azcapotzalco, el aire movía las chamarras de los asistentes quienes caminaban para llegar a la colosal Arena CDMX.
Desde que salías del metro la cantidad de mercancía era abrumadora, música del cantante regiomontano poco a poco se comenzaba a escuchar en los diferentes puestos de comida o ropa.
Dentro del recinto el público esperaba impaciente. Entre chiflidos y el bullicio llegó el momento esperado, la luz se apagó y un único grito eufórico se hizo presente para darle la bienvenida a José Madero Vizcaíno, quien dio inicio a la noche con la canción “Peonias”.
Un sin número de luces inundaron el escenario del cuál Pepe se apoderaba con su guitarra, la cual rasgueaba para, junto a su voz, hacer que el público comenzará a bailar al ritmo de noche de brujas. Fue con ese tema cuando el público comenzó a acompañarlo con las palmas para al final corear su nombre a todo pulmón.
“¡Pepe, Pepe, Pepe!”, retumbaba por las paredes de la arena y no es para menos pues José Madero con un total de cinco discos de estudio y más de 400 mil seguidores solo en una de sus redes sociales puede ser considerado como uno de los artistas más influyentes de México, le pese a quien le pese.
Y como prueba de su gran influencia estaba este magnífico concierto que estábamos viviendo cerca de 20 mil personas, las cuales cantamos temas como “Final ruin”, “¿A poco no?” o “Documentales”.
La nostalgia se hizo presente cuando “Adheridos separados” (uno de los temas de Pxndx) sonó, para después seguir con “Caballeros británicos”, con la que el público comenzó tímidamente a levantar sus celulares hasta que por fin crearon una postal increíble como regalo para el cantante.
Los visuales que se proyectaban en las pantallas era sin duda un complemento perfecto y más en temas como padre nuestro o la petite mort o sin ampersand.
Nuevamente las luces del público se hicieron presentes con el tema “Violencia”, logrando así una atmósfera aún más nostálgica y emotiva de lo que ya era. “¡Te amo Pepe!” O “¡Eres el mejor!”, se podía escuchar entre los gritos del público gritar, mientras el músico no paraba de cantar por lo que el público estaba entregado completamente a él.
Fue en una pequeña pausa donde anunció su nuevo EP el cual llevará el nombre de Aurora y estará disponible en marzo, así mismo adelantó que su siguiente sencillo estará disponible el 16 de febrero y se titula “Nueva Inglaterra”.
Después de esto José subió al escenario para seguir maravillando al público con los temas “Lluvia”, “Lamentable” y “1980”.
Pero el momento más impactante de la noche, en el cual la euforia explotó fue cuando comenzó el tema “Los malaventurados no lloran” canción que volvía a sonar en vivo después de siete años, curiosamente en el mismo escenario donde sonó por última vez. Por un momento el público viajó al pasado, lo que los hizo cantar el tema con todas sus fuerzas.
Ya para finalizar el show el cantante regiomontano aprovechó para platicar con su público: “¿La pasaron bien? Porque se le echo mucho cerebro, corazón y músculos, desde el día que lo anunciamos hasta el día de hoy. Se trabajó, sé que para muchos este lugar es de mucha nostalgia, para mí igual y yo creo que le hicimos su buen respeto a esas canciones”, afirmó el músico.
Por otra parte, puntualizó en el hecho de que no está peleado con el pasado: “Sé que muchos están aquí por esos tiempos y yo lo agradezco, sé que otros están aquí por los nuevos, gracias por eso, pero seguimos aquí rindiendo tributo al pasado”, dijo.
Fueron las palabras del músico para después dar paso a “Soy el diluvio” y así cerrar una noche mágica, llena de grandes canciones y mucha nostalgia.
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