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El fin de semana volvimos 20 años al pasado musical de uno de los músicos mexicanos más brillantes en la historia del rock, pero volvimos para, paradójicamente vivir un momento inédito y muy improbable. José Manuel Aguilera, líder y eje de la banda de rock La Barranca se presentó el viernes y sábado en el Club del Rock & Roll para dar nueva vida a “Yendo al cine solo”, único disco de su autoría como solista.
Pero paradójicamente, de nuevo, en ese momento no grabó la pieza solo ni mucho menos se llegó así en este escenario emergente de la Juárez, ya que compartió escenario con Yann Zaragoza en los teclados y Abraham Méndez en la batería para presentar este mítico disco en vinil –un objeto del deseo bellísimo.
Escribí otro artículo donde relato algunos detalles del disco en voz de Aguilera. Esta vez es para compartir la experiencia. Más allá de que el pequeño concierto inició más de dos horas después de la cita y que el sábado muchos fans en las redes estaban confundidos por el horario, fue un acto memorable.
Como fan de La Barranca he tenido la oportunidad de ver y escuchar la música de Aguilera en múltiples recintos, con múltiples “set list”, con múltiples capas…, pero nunca había escuchado canción alguna de “Yendo al cine solo”, pero ni yo ni nadie. Ese disco nunca tuvo una gira o presentaciones –o tal vez sí y ya la cagué, pero estoy casi seguro de que no–; eso es lo que hace tan especial este concierto y disco, escuchar en vivo esas rolas instrumentales de películas imaginarias era casi una lejana ilusión.
Todo gracias a la celebración del vinil y a que haya suficientes entusiastas y refinados de la música que lo hacen rentable. El concierto alternó canciones de “Yendo al cine solo” con otras piezas de la discografía de La Barranca, quizá para que el “fan service” no fallara.
Así, en el Club del Rock & Roll, muy confortable, escuchamos buena parte del disco celebrado, con ejecuciones de “Aconsejado por la muerte”, “El espía que te amo” y la canción homónima del disco, concentradas en una potencia desenfrenada, que destila de manera exultante la maestría del guitarrista.
También escuchamos “Asa nisi masa” y nos transportó a la infancia de Guido Anselmi, interpretado por Marcello Mastroanni en la mítica “8 ½”, de Fellini, única pieza relativa a una película existente.
Entre las piezas de La Barranca me alegró y sorprendió escuchar “Rendición”, del mítico EP “Cielo Protector”, la dolorosa “Cuervos”, y la espiritual “El alma nunca deja de sentir”. Dentro de la interpretación no faltaron dos temas especiales del “Yendo al cine solo”: la nueva versión de “Como si fuera tolteca” y el cover realizado al pianista Erik Satie, “Gnosseiene Nº1”, una delicia.
Fue una oportunidad única, como cuando La Barranca tocó en vivo con la Banda Sinfónica Municipal de Aguascalientes, o aquel mítico regreso al Teatro Esperanza Iris con los Arreola y Otaola, algún Mitocondrias o concierto especial de aniversario o esas maravillas del fin de año pasado. Este momento se suma a uno de los más memorables de la trayectoria de Aguilera, de entre los muchos más que están por venir.
Twitter: @huitzilacsoryu
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