Escenario

Juan Antonio Bayona: “Faltaba dar voz a los muertos” de la tragedia de los Andes

COBERTURA. La película, basada en el libro de Pablo Vierci del mismo nombre, representará a España en la 96 edición de los Oscar, y el pasado martes se presentó en el Festival de Sitges

El actor español Antonio Banderas en una imagen promocional de la película 'Dolor y gloria' (2019).
Juan Antonio Bayona en el Festival de Sitges. Juan Antonio Bayona en el Festival de Sitges. (ESPECIAL)

Faltaba dar voz a los muertos”, asegura el español Juan Antonio Bayona, director de La sociedad de la nieve, un nuevo relato llevado al cine del trágico accidente aéreo que en 1972 protagonizaron los componentes del equipo uruguayo de rugby Old Christians en la cordillera de los Andes.

La película, basada en el libro de Pablo Vierci del mismo nombre, representará a España en la 96 edición de los Oscar, y el pasado martes se presentó en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, que se celebra en la localidad de Sitges (noreste español).

Más de una década tardó Bayona en conseguir hacer este proyecto realidad, aunque si hubiera dependido sólo de él y de los supervivientes de la tragedia, habría llegado a las salas hace años, según explicó en una comparecencia ante los medios junto al director del certamen, Ángel Sala.

Durante más de setenta días, los supervivientes de la tragedia, al principio una veintena, estuvieron perdidos en un entorno inaccesible, rodeados de altas montañas, en unas condiciones climáticas extremas y con un último recurso para seguir con vida, el canibalismo.

“Cuando me reúno con ellos veo que quieren aún más que yo que se haga la película. Porque había una cosa de querer contar la historia, como si hubiera algo por contar. Y yo pensaba: ¿qué es eso que falta por contar? Y era el dar voz a los muertos. De alguna forma, ahora eso se ha equilibrado”, develó el director español.

A su juicio, “hay un momento en el que debe tenerse una visión que cuente la verdad y esa verdad pasa por una mirada que interpreta los hechos y en ella está la mirada de los muertos. Cuando lees el libro parece que están vivos porque los supervivientes hablan con ellos constantemente”.

Bayona cree que, con su película, tanto los familiares de los supervivientes como los de los fallecidos “tuvieron acceso a meterse en ese avión, vivir lo que ellos vivieron y entender lo que ellos pasaron para poder aceptarlo”.

Impactado por “lo grande de la historia”, el director español aseguró que la intención fue en todo momento “no dulcificarla” y mostrar todo lo que ocurrió en aquellas montañas entre octubre y diciembre de 1972 de una forma “inclusiva”, interesándose más por “el lado espiritual que por el religioso”.

El psicólogo que atendió a los dieciséis supervivientes contó al equipo de la película que “lo que ellos hicieron en la montaña fue bloquear una parte de su cerebro, de forma que no transitaban por lo que hacían”.

Por otra parte, lo que los supervivientes cuentan “son imágenes incluso mucho más fuertes que las que están en el libro. Podríamos haber ido mucho más lejos -con relación a la alimentación de todos ellos-, pero ¿hasta qué punto eso aportaba algo a la historia y la alejaba de lo que queríamos contar? Ahí estaba el reto”, indicó Bayona.

Explicó que si tardó tantos años en sacar adelante el proyecto fue porque por el “contexto social y cultural” que se muestra, la película se tenía que rodar con actores locales, uruguayos, y en español.

Sin embargo, “una película de presupuesto medio de Hollywood hoy el mercado no la permite rodar en español. Y hemos estado diez años intentando levantarla hasta que Netflix ha permitido que se pudiera hacer”.

Y fue con la condición de que la película tuviera una exhibición cinematográfica, “lo que nunca se discutió”, estando en cines a partir de diciembre y “el tiempo que el público quiera”, según puntualizó la productora Sandra Hermida.

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