En 1989 Onda Vaselina conquistó al público infantil con temas como “El calendario” y “¡Qué buen reventón!”. Después de separarse de Julissa, su productora, la agrupación evolucionó a Ov7 para continuar de la mano con la generación millennial y canciones como “Shabadabada” y “Enloquéceme” fueron un éxito. Tras una extensa gira para celebrar sus 30 años de carrera se despiden de los escenarios con un último concierto en la Arena Ciudad de México.
Frente a 18 mil personas, Ari Borovoy, Érika Zaba, Lidia Ávila, Kalimba, M'Balia, Mariana Ochoa y Óscar Schwebel presentaron un show muy emotivo al compartir entre cada corte lo que sentían por esta despedida. Iniciaron con mucho ritmo, “Más que amor”. “Love Colada” y “Tus besos”, fueron los primeros temas que se escucharon. Después se detuvieron para saludar y agarrados de la mano compartieron la noticia del final.
“Hoy es un día de mucha nostalgia porque cerramos muchos años de carrera. Hoy termina un ciclo como grupo”, mencionó Érika. “Finalmente llegó el día de despedirnos y estamos muy conmovidos. Muchas gracias por siempre recibirnos con tanto amor”, comentó Kalimba. “Es mucho lo que hemos compartido. Han habido todo tipo de experiencias pero no hay un altibajo que nos haya impedido estar juntos en el escenario y cumplir este sueño”, M’Balia mencionó con lágrimas en los ojos.
Continuaron el show con “Prohibido quererme”, que estrenaron en el 2010 para marcar un nuevo inicio después de anunciar en el 2003 su primera separación. Cuando terminó, Mariana compartió el mensaje que su mamá le dio por este último concierto: “Todo lo que empieza, acaba. Hoy cierras un ciclo de casi 35 años en tu vida. Ponte contenta por todo lo que te dio y verás cómo se abrirán las puertas”. Finalmente, le agradeció el apoyo que le brindó desde que la llevaba a los ensayos de Onda Vaselina.
Luego de un corte que dio guiños al pasado con “Perdón” y “Aunque muera por ti”, la agrupación volvió con toda la energía para bailar “Shake, shake” y “Magia (Nothing's Gonna Stop Us Now)”. Con una proyección que simulaba el océano en las pantallas, las mujeres de la agrupación interpretaron “Desintoxicada”.
Una especie de burbuja de energía con un copete muy a lo Elvis Presley, llamada Faisy “El guapo”, fue el host para el cambio de escena más largo. La pantalla interactuó con el público haciéndola recordar coreografías como la de “El espejito” y “No es obsesión”. Al finalizar, en el escenario aparecieron elementos representativos de la década de los cincuenta haciendo referencia a Vaselina y los integrantes se vistieron con chamarras de cuero, faldas acampanadas y pañuelos en el cuello para cantar temas como “Una chavita” y “Quiero salir de vacaciones”.
A continuación, Óscar agradeció a sus fans el cariño que les dieron desde las cartas que les mandaron hasta los conciertos llenos. ”Cada vez que escuchen un tema nuestro de alguna manera muy ambigua, ahí seguiremos existiendo. Gracias por dejarnos ser parte de su vida”, mencionó. Posteriormente, presentó a Lidia como su mejor amiga. Ella comentó: “agradezco a la vida que a pesar de venir de lugares distintos, coincidimos y nos convertimos en una familia”.
Al terminar, las luces de los celulares se encendieron para que interpretaran “Confieso” y el público alzó pancartas que decían “Gracias”. Después, salió al escenario Kalimba para comentar lo difícil que es ser una persona pública. “Nunca sabrán lo que es vivir un momento realmente feo y tener 300 cámaras encima. Pero les agradecemos porque ustedes nos recuerdan lo valioso que es estar aquí. Los amamos profundamente”, expresó el cantante. Continuaron con “Te necesito” donde los integrantes compartieron un conmovedor momento junto a sus hijos.
Con un videoclip que derrochaba sensualidad iniciaron un bloque que lo conformó los temas: “Mírame a los ojos”, “No es obsesión” y “Un pie tras otro pie”. Cuando terminaron, Kalimba volvió al escenario para pedir al público que le dedicara un mensaje a su hijo: “¡Tu papá te ama, Mikha!”.
“Quizá sea la última vez que se va a gritar esto”, mencionó Ari Borovoy mientras organizaban el tradicional grito “¡OV7!” seccionando al público. Luego, seleccionaron a 7 fans para subir al escenario y al ritmo de “El taconazo”, bailaron todos juntos.
Junto a Ari, Érika se despidió diciendo: “todos los momentos que vivimos juntos a lo largo de 34 años lo guardaré en mi corazón. Este es el final de Ov7, pero no es el final de ustedes con nosotros”. Continuaron con “Te quiero tanto, tanto”, una canción que desde 1997 se ha convertido en un himno, escrita por Guillermo Méndez e inspirada en un momento en el que Zaba estaba muy enamorada.
El último segmento puso un tono eléctrico con “Vuela más alto”, sumaron el divertido ritmo de “Shabadabada” y cerraron con “Enloquéceme”. Después de una pausa, salieron con elegantes trajes y vestidos de noche. “Toda historia tiene un final”, decía la pantalla y con un abrazo grupal al finalizar “No me voy” sellaron este concierto de despedida.
Los fans quedaron satisfechos por un show elaborado, con una producción detallada y mucha entrega por parte de los Ov7 para interpretar cada canción. Por otro lado, también queda la ilusión de que esta solo sea una pausa prolongada y que nuevamente vuelvan a escuchar en vivo las canciones que marcaron su adolescencia y que comparten ahora con las nuevas generaciones.
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