Laura Baumeister lamenta que contexto sociopolítico de Nicaragua no favorezca al cine
ENTREVISTA. La cineasta compite a Mejor Ópera Prima en los Premios Ariel con esta coproducción mexicana que no ha podido anteponerse a la censura de su país
séptimo arte
La cineasta Laura Baumeister.
Filmada en Nicaragua con coproducción de México, la cinta La hija de todas las rabias representó una película diferente, una que en un tema demasiado realista se atreve a tener un par de momentos donde la fantasía irrumpe para crear momentos poéticos y romper un poco la dureza de lo que vemos.
En el Encuentro de Nominados al Ariel, Crónica Escenario tuvo la oportunidad de charlar con Laura Baumeister, quien está nominada a Mejor Ópera Prima por esta cinta.
Laura, una película chiquita que está llegando a muchos lados y a muchos corazones. ¿Cómo tomas la nominación de la película?
Pues con inmensa felicidad y agradecimiento porque México es mi segundo país, yo estudié acá y la verdad que ver la película nominada al Ariel me parece un sueño.
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¿Pensaste en algún momento que ibas a llamar tanto la atención con esta película, más allá de un público que ve festivales o ve películas sociales, como para llegar a estas nominaciones?
Pues yo creo que esta película, como juntó tantos esfuerzos para poderse hacer, había muchos sueños alrededor de ella, pero definitivamente se han superado, o sea como que el llegar aquí a los Arieles, el estar nominada es más de lo que esperaba.
¿Qué expectativas tienes para tu futuro como cineasta con esta nominación?
Pues yo ahorita ya estoy en etapa de desarrollo de mi siguiente película, que es una ficción totalmente mexicana, entonces de alguna manera tal vez las expectativas que tengo es que se eche la rueda a andar y de que pueda seguir haciendo películas latinoamericanas y sobre todo tomando México como mi casa.
Hablando de tu primera casa, ¿cómo tomaron ellos allá esta nominación en México?
Pues por la situación sociopolítica de Nicaragua, fíjate que la nominación no ha sido realmente tan recibida. Hay un contexto de mucha censura alrededor del cine en Nicaragua. Entonces mi película todavía no ha caído en buenas manos en ese sentido.
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Me parece una lástima porque es una película que retrata una realidad brutal, y el final de tu película es muy poético.
Sí, total. Yo siento que es una película que al final yo hice para Nicaragua, pero también como para todas las periferias latinoamericanas, porque esto es algo común en Latinoamérica y sí, todavía tengo ahí como un punto pendiente con mi país, que no depende de mí, o sea, no depende de que yo la exhiba, sino de un contexto sociopolítico que todavía está un poco escabroso.
¿Me cuentas que ya vas a entrar a la producción de tu nueva película?
Sí, estoy ahorita con un proyecto que se llama Lo que sigue es mi muerte que es una historia de amor lésbico entre una inmigrante centroamericana que está cruzando el desierto mexicano por Sonora y una ranchera de Sonora que se encuentran y durante una estancia de 28 días se enamoran pero se tienen que enfrentar un poco a las oposiciones del contexto, de las diferencias de clases sociales, en medio de que una de ellas está súper influenciada por la Luna, entonces, es un drama fantástico y estoy súper emocionada de hacerlo.
La verdad que Sonora me ha recibido con los brazos abiertos. Mi amor por México se sigue ampliando. Al final yo he conocido mucho más Ciudad de México, incluso hacia el sur, pero de repente como que el norte se me revela y me parece como de los lugares más auténticos, entonces, quiero filmar ahí.
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Sigues explorando la veta fantástica en tu cine.
Totalmente. A mí me encanta la fusión entre contextos sociales muy fuertes, porque al final siento que el cine tiene un poco como esa posibilidad de visibilizar lo no visto pero con el toque de la fantasía, la fantasía como un respiro, como una forma de trascender la realidad. Y eso es algo que vengo explorando desde mis cortos, en el largometraje con la madre y ahora sí, llevándolo a la máxima expresión.
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