Lee Unkrich, que vivió en primera persona la revolución digital del cine de animación y dirigió dos entregas de Toy Story, está muy interesado en la revolución que está provocando la inteligencia artificial, aunque afirmó que “lo importante es la historia que cuentas, no la herramienta que utilizas”.
El director estadounidense recordó este viernes en el Festival de Cine Fantástico de la localidad española de Sitges, donde fue premiado por su carrera, que cuando empezó a trabajar para Pixar fue consciente de que estaba haciendo algo “totalmente nuevo” porque “poca gente había visto animación digital”, pero tuvo claro que “lo importante es la historia”, sea cual sea la técnica.
“Todavía es demasiado pronto para saber que pasará, pero creo que la inteligencia artificial puede ser una buena herramienta en manos de los artistas”, afirmó en una entrevista con EFE.
“Es cierto -añadió- que hay peligros potenciales, por eso hay que buscar maneras de controlar los aspectos éticos”.
Unkrich no cree que las películas pierdan humanidad porque sus creadores utilicen la inteligencia artificial, pero si ocurre la gente no irá a verlas, porque el público quiere “películas con alma”.
“Otro tema es que la inteligencia artificial logre replicar la humanidad que se respira en las buenas películas. Si eso pasa, me asustaré”, puntualizó.
Sobre el premio a toda su carrera, el director estadounidense aseguró sentirse “orgulloso” de haber hecho películas que la gente “todavía quiere ver”, como Toy Story 2, Toy Story 3, Finding Nemo o Coco.
Tras 25 años trabajando para Pixar, donde también fue montador de Toy Story y Ratatouille, entre otras películas, Unkrich se ha retirado temporalmente de la animación y su último trabajo ha sido un libro dedicado a The Shining (El resplandor).
Esta película de Stanley Kubrick le impactó siendo niño y fue el origen de una pasión por el cine que ha marcado toda su vida.
En la proyección de la versión extensa del film que se pudo ver en el Festival de Sitges, Unkrich glosó la figura de uno de los más grandes maestros del cine.
“Kubrick no quería repetirse y sus películas eran muy innovadoras. Por eso muchas de ellas tuvieron malas críticas o baja recaudación. Sin embargo, ahora todos sabemos que son obras de arte”, aseveró.
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