Las ‘raunchy comedies’, o comedias obscenas, son un clásico recurrente en el cine de este género en los Estados Unidos. Desde cintas como Animal House (Landis, 1978) y Porkys (Clark, 1981) hasta más recientes ejemplos de la talla de ¿Qué pasó ayer? (Phillips, 2009), donde usualmente los varones tomaban las riendas de las mismas, hasta llegar al enfoque femenino de la exitosa Damas en guerra (Feig, 2011) y sus derivados, este tipo de relatos explotan sin miedo a la censura o la incorrección política todo tipo de situaciones grotescas, escatológicas y llenas de clichés o estereotipos para dotar cierta travesía de un melodrama desenfrenado. Es justo a esta clase donde pertenece Locas en apuros, donde el molde del caos y las risas es ideal para un relato con un corazón bien puesto detrás de todo el desastre desatado.
La exitosa Audrey (Ashley Park) tiene que viajar a Asia para cerrar un negocio importante. Para evitar que todo salga mal debido a su deficiente habilidad para hablar chino, le pedirá ayuda a Lolo (Sherry Cola), su irreverente mejor amiga de la infancia y a Kat (la nominada al Oscar, Stephanie Hsu), su amiga de la universidad convertida en estrella de telenovelas chinas. A ellas, se une la siempre excéntrica Deadeye (Sabrina Wu), prima de Lolo, con la única misión de que todo salga perfecto. Pero todo da un giro inesperado en el que este viaje se convertirá en un auto descubrimiento para el cuarteto.
La guionista Adele Lim da el paso para ponerse detrás de las cámaras después de coadaptar la novela de Kevin Kwan, Locamente millonarios (2019) y de mostrar un poco de la riqueza cultural asiática en la animación Raya y el último dragón (2021) de Disney. Ahora, la realizadora de raíces asiáticas decide tomar a este grupo de actrices para plantear una desenfadada comedia en la que no se limita a sí misma para entregarnos una historia plagada de chistes que traspasan toda línea, ya sea en lo gráfico y sexual sumado al consumo de drogas o alcohol sin medida.
Lo interesante del relato es cómo a pesar de estas desventuras de amigas varadas en China, el ritmo no decae mientras la comedia obscena comienza a inclinarse hacia una sentida reflexión acerca de los orígenes y raíces de cada uno. A pesar de todos los arquetipos bien equilibrados usados para cada chiste mostrado, Lim usa la burla al estereotipo para plantear un contexto interesante acerca del sentimiento de pertenencia, el rol de la familia y demás elementos que forjan normalmente la identidad de los asiáticos volviéndose el eje principal después de las carcajadas creadas por la irreverencia total de una primera mitad bastante loca.
Aunque el guión por momentos lucha para mantener el balance entre el drama maternal que envuelve a Audrey (Park) con el desenfreno cómico, es grato ver a las cuatro chicas experimentando un sentido de libertad o hasta empoderamiento sin tabúes ni pudores a través de su aventura en busca no sólo de contar historias sobre la representación y pertenencia asiática en el mundo occidental, invitando no sólo a carcajearnos de las bufonadas cometidas por las cuatro, sino a una reflexión acerca de las raíces de cada uno. Cabe resaltar que el humor manejado podría alejar a algunos del tema central del filme.
Con todo y este humor incómodo, es la química entre el cast y su gran vena cómica lo que también hace que este filme sea efectivo con todo y su cambio de tono. Stephanie Hsu y Ashley Park son dos de los rostros más conocidos que demuestran tener el rango actoral suficientemente amplio para sumarlos a la de sus compañeras, Sherry Cola y Sabrina Wu. Cada una logra montar una personalidad única que, en conjunto, potencia cada momento que tienen de manera conjunta e individual, siendo capaces de mostrar un lado dramático cuando es necesario. Entre la artista incomprendida (Cola), la abogada en plena crisis existencial (Park), la actriz con su pasado oculto (Hsu) y la ‘rara’ (Wu) la dinámica crea chispazos hilarantes.
Locas en apuros resulta en una celebración de la amistad y los lazos que forman nuestras identidades. Si bien aquí se enfoca en los asiáticos americanos al estilo de The farewell (Wang, 2019) o la multipremiada Todo en todas partes al mismo tiempo (Los Kwan, 2022), es su enfoque cómico irreverente el que conecta con un relato emotivo que genera reflexiones acerca de quiénes somos, qué es lo que nos define y pa aceptación de nuestras raíces a pesar del choque cultural que esto pueda producir en la sociedad en que crecemos y nos desarrollamos. Qué mejor que sea a través de una aventura delirante entre amigas
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