Escenario

Luis Estrada: “El cine mexicano siempre ha estado emparejado con el poder político”

COBERTURA. El cineasta mexicano, homenajeado en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato, hizo un recorrido por su carrera en una Master Class>

Luis Estrada recibe homenaje nacional en el 26º Festival Internacional de Cine de Guanajuato
Imagen de la conferencia magistral. Imagen de la conferencia magistral. (Cortesía GIFF)

Siendo un artífice del debate político cinematográfico debido a la agudeza narrativa de sus obras fílmicas, Luis Estrada es reconocido como un cineasta que ha implantado una genuina preocupación por las cuestionables prácticas de las esferas del poder en nuestro país, logrando instaurarse como un pilar fundamental – a través del cine – de una resistencia entramada, durante los últimos años, ante el cinismo gubernamental.

Posterior al homenaje en el marco de la edición 26 del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés), donde se conmemoró la carrera de este director mexicano con la proyección de su cinta El Infierno (2010), además de la entrega de algunas importantes condecoraciones, el sábado 22 de julio se llevó a cabo una conferencia magistral donde su vida y obra sería recordada como un parteaguas para el uso del séptimo arte como herramienta de visualización y crítica de la vida política. Es así como Estrada navegó en sus recuerdos, anécdotas e ideologías para trazar el camino que lo trajo hasta este momento importante de su trayecto profesional, en una Master Class ofrecida.

La vida del director de La Ley de Herodes (1999) siempre estuvo atada a la industria fílmica, principalmente por su padre José Estrada, quien lo encaminó – paulatinamente – a encontrar cabida en un ámbito que parecía abrirle las puertas casi por obligación o destino:

Mi llegada al cine es un accidente, ya que tuve la fortuna de nacer en un ambiente de cine, además de poseer el privilegio de poder ver cómo se hacían las películas desde muy temprana edad. No solo fue creciendo mi vocación como cineasta, sino que me enamoré de esta forma de expresión como espectador, es por eso que desde muy joven consumía todo lo que podía”, recordó el realizador sobre sus orígenes en el cine y como se adhirió a un mundo que amó desde el primer minuto.

Con un recorrido relativamente cómodo en cuestión de educación dirigida al cine, Estrada se convirtió – junto a Alfonso Cuarón – en uno de los estudiantes más jóvenes en ingresar en el CUEC, ahora llamado Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, lo cual lo terminó marcando para sus inicios como cineasta profesional:

En el CUEC existía un ambiente muy politizado, donde ellos creían que teníamos que ajustarnos a su estilo de cine, es decir, trabajos militantes, de izquierda, marxistas, etc. Es por esto que, desde mi otra vocación como provocador profesional, decido hacer una película en inglés, la cual sucedía en Estados Unidos, y cuya inspiración estaba basada en una tira cómica llamada Boogie, el aceitoso, con un lenguaje políticamente incorrecto, provocando mi expulsión de la institución”, narró el director acerca de su conclusión en una de las escuelas de cine más importantes del país.

La muerte de mi padre, algunos proyectos fallidos y la expulsión de la escuela, fueron puntos de quiebre para comenzar a hacer cine con mis amigos como una respuesta a llegar a este ámbito por un camino más directo, llegando a mi primer trabajo Camino largo a Tijuana (1991), siendo una cinta que formó parte de una generación que intentó darle la vuelta al cine mexicano, el cual estaba muy conectado a las decisiones políticas en turno”, agregó el ponente.

Gran parte de la filmografía de Luis Estrada se ha enfocado en evidenciar y satirizar a las altas esferas del poder en México, creando una saga de cintas que se transformaron en un retrato – incómodo para algunas personas – de un país que posee un cinismo irritante en sus métodos de manejo político:

“Inicialmente no quería criticar directamente al sistema político en México, sino que solo intentaba hacer las mejores películas posibles con los recursos que tengo, porque de ser lo contrario se convertiría en un panfleto. Siempre he tenido una evidente debilidad por mi país, con una relación de amor-odio, y ante esto se dio un punto de inflexión en mi carrera, gracias a mi gusto por la historia y la política”, explicó el cineasta sobre su inicio en la sátira política en el cine, sin ninguna clase de censura.

La Ley de Herodes envió al director a un nuevo nivel en su carrera, viviendo tanto lo dulce como lo oscuro de lo que se dictaminó como uno de los trabajos con mayor poder mediático en la historia del cine nacional:

La película era un termómetro que midió el clima de malestar en el país, sobre todo por lo generado en la crisis de 1994, ante un sistema que parecía desmoronarse cada vez más, aunque resultó ser todo lo contrario como bien lo conocemos”, opinó el cineasta sobre la influencia de su cinta en el sentir popular de la política nacional.

A los políticos no les gusta que se les critique, ya que ellos poseen una indulgencia hacia su propia imagen y lo que hacen. En muchos medios se les ha criticado, pero lo que realmente les llega a incomodar es el poder del cine como una forma de entretenimiento popular y de gran influencia”, complementó Estrada sobre la fuerza de su cine en las formas ideológicas del propio pueblo.

En los últimos años, ex presidentes como Felipe Calderón, Vicente Fox, Enrique Peña Nieto y ahora el propio Andrés Manuel López Obrador han señalado al realizador como un traidor a la patria, situación que parece repetirse sexenio a sexenio ante sus duras críticas por medio de sus filmes:

“Hay una anécdota que está documentada; desde que AMLO inició su competencia por la silla presidencial, él pirateaba mis películas, creando miles de copias las cuales regalaban en los mítines del entonces candidato, esto para ejemplificar las malas prácticas de sus rivales de campaña. Ahora que le tocó la crítica a él, soy un enemigo más, cuando mis cintas considero que están hechas desde la izquierda política, cosa que él no es”, remarcó el expositor ante los diversos cuestionamientos de los dirigentes hacia su trabajo. 

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