Escenario

Luis Vegas, entre la lucha contra el patriarcado y el drama romántico en el cine

ENTREVISTA. El actor venezolano participa en el filme La arriera, de Isabel Cristina Fregoso, y el cortometraje Cobalto, de Julián Hernández que estuvieron en el FICG y el GIFF

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El actor Luis Vegas.

El actor Luis Vegas.

CORTESIA

Luis Vegas, actor oriundo de Caracas, Venezuela, se ha abierto paso con proyectos relevantes en nuestro país. En el marco del 27 Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) presentó dos de sus más recientes participaciones en La arriera, largometraje de Isabel Cristina Fregoso, así como el cortometraje Cobalto de Julián Hernández. En Crónica Escenario el joven histrión nos habló de su participación en ambos filmes.

El venezolano comenzó hablando de La arriera, historia que sucede en la época posterior a la Revolución Mexicana. “En ella somos una familia de dos hermanos, solamente hombre y mujer y papá y mamá. En algún momento, cuando estamos apenas creciendo llega una señora con una bebé cuya madre murió en el parto y le está buscando hogar”, comentó.

“Se lo ofrece a Nicolasa, nuestra mamá, quien acepta. Entonces pasan unos 15 años y mi personaje como el de mi hermanastra tienen despertar sexual pero aparte de una búsqueda en medio de un ambiente donde las mujeres y hombres tienen un lugar muy específico en términos sociales y eso genera una ruptura”, explicó.

“Emilia tiene la esperanza de encontrar a su padre y de saber de dónde viene y quién es su progenitor. Entonces, en algún momento, nuestros padres tienen que salir por una razón particular, yo me quedo a cargo del rancho. Martín, mi rol, intenta replicar la manera estratégica en que se mueven los hombres en ese contexto, tratando también de seguir ese modelo del padre que es rudo, que golpea, que es severo. Eso genera un desencuentro, sobre todo entre ambos”, continuó.

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Fotograma del filme.

“Así se crea este periplo de tratar que Emilia regrese y entonces somos partícipes de todo este viaje donde están en un estira y afloja todo el tiempo, sobre todo porque tienen una lucha en contra de lo que se les fue asignado con lo que quieren ser”, añadió el histrión sobre la historia de este largometraje.

Algo que cuestiona de forma llamativa La arriera es, sin duda, el tema de las estructuras patriarcales en esos tiempos. “Ese es el paisaje emotivo que vemos en Martín, la frustración de no ser lo que el padre espera que él sea. Él, como Emilia, tiene que romper también con la concepción externa hundida en la idea y en el concepto de cómo se tiene que relacionar, pues llega un momento también donde él sí deconstruye esa imagen que le fue depositada”, señaló Vegas.

A su vez, la identidad y el deseo juegan otro papel intenso en la dinámica de La arriera. “Es el cuerpo respondiendo como cuerpo, es lo orgánico, lo primitivo y natural y pasa con sus hermanas también. Claro que se muestra cómo se controla un deseo físico que aparece en la adolescencia y que también genera conflictos existenciales individuales muy fuertes”, comentó.

“El saber hasta donde oponerse sobre ti mismo, habla también de lo humano que es Martín, de lo sensible y vulnerable que es como personaje. No es esta serie de adjetivos, calificativos que le damos de macho, opresor y una infinidad de cosas más. La cinta lo muestra con sus claroscuros, por un lado iluminado y en otro completamente en penumbra. Esa es la esencia de su personalidad”, afirmó. 

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Luis también habló sobre el romántico y doloroso corto Cobalto, otra de sus más recientes colaboraciones con Julián Hernández, que ha pasado por el GIFF, Guadalajara y ahora el MICGénero.

“El proyecto estrenó en la pasada edición de Shorts México y es una historia de amor muy característica de Julián. La idea inicial es una relación pasional fuerte entre unos chicos que tuvieron una romance en los veintes pero luego se distanciaron. Mi personaje es Uriel, un fotógrafo que conoce al otro siendo estudiante y lo empieza a imitar como modelo”, dijo.

“Entonces tiene todo un registro fotográfico de él y de pronto recibe una llamada suya, lo recibe en su casa porque está completamente golpeado y al parecer tuvo una noche muy intensa. Y soy la única persona que está ahí al servicio de cuidarlo, de darle cobijo, y es como se reaviva ese amor”, manifestó.

“Es tener ese despertar nuevamente de lo que alguna vez vivieron. De hecho el vínculo nunca se rompió, sino más bien estaban tratando de encontrarse, de entender que tienen gustos por otras personas”, siguió.

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“Y también eso se me hace una idea muy interesante, el poder plantear o proponer que hay relaciones que, aunque se hayan separado, ahí están vinculadas por el cosmos, por el todo, por lo que vivieron. Con ello, ronda por ahí el concepto de la idealización de la pareja o de alguien que te atrae”, complementó el venezolano.

Finalmente, no cabe duda de que con Hernández, Vegas ha encontrado una interesante voz con quien trabajar. Al respecto, reflexionó: “Con Julián he encontrado un área de posibilidades sobre el amor creo que me ha hecho entender desde una infinidad de matices. Incluso la soledad suele estar muy presente porque también es como el yin y el yang”, expresó.

“Los personajes que escribe son complementarios, son el blanco y el negro, no los puedes separar, son dependientes. Y creo que como seres humanos tenemos la posibilidad de irnos a otro lugar a desarraigarnos pero hay vínculos tan fuertes que nada más no se romperán y creo que en Cobalto pasa eso un poco”, concluyó.