Rogelio tiene 8 años, sus papás nunca están y la persona que le da los mejores regalos de cumpleaños es su dentista. Ese verano lo tiene que pasar en el pequeño pueblo de Eduarda (su niñera), enclavado en algún lugar de la selva de Yucatán. Rogelio pasa los calurosos días obsesionándose con El libro de los espíritus hasta que comienza a tener visiones y sueños donde hay fantasmas y sobre todo, un hombre viejo que va dejando un rastro de muerte al pasar.
Rogelio le cuenta esto a sus amigos Lucio y Juanito, que le dicen que ese hombre no es un sueño, que es real y que vive a las afueras del pueblo, lo llaman “el Monstruo de Xibalbá”. ¿Por qué estos sueños? Rogelio comienza a espiar al monstruo y a partir de ahí, vive una aventura que cambiará para siempre su visión sobre la vida y la muerte.
Esa es la historia de Monstruo de Xibalbá, ópera prima de la realizadora Manuela Irene con quien Crónica Escenario mantuvo una amena plática al respecto de su paso por la vigésima edición del Festival Internacional de Cine de Monterrey (FIC Monterrey), los retos de filmarla y el futuro de la misma.
“Siento mucha satisfacción, mucha alegría de estar aquí con Rogelio, con Teresa y con Daniel el productor, es culminar un proceso que fue muy largo, también poder cerrarlo y poderme concentrar en lo siguiente que quiero hacer, sentí que Abraham González el director de programación del festival de Monterrey conectó muchísimo con la película, es muy, muy chido cuando sientes que alguien de verdad conecta con lo que haces y lo quiere compartir”, aseguró emocionada.
Monstruo de Xibalbá está protagonizada por el niño Rogelio Ojeda, quien es acompañado por el talento de Teresa Sánchez, Manuel Irene, Socorro Loeza, Leonel Pat Yeh y Gibrán Alonzo, quienes llevaron a la pantalla la curiosidad por un pueblo originario del sur del país y su profunda relación con la muerte.
“Cuando tenía que escribir la primera película yo tenía miedo, y me decía tiene que sera algo significativo, algo muy profundo’ y estaba muy estresada con esto, entonces ya tenía la idea del personaje, del niño y lo más denso que recordaba era mi obsesión con la muerte cuando era una niña, me aterraba pero me agarré de ahí para inspirarme y crear este personaje, si fue la sustancia inicial y el deseo de tener un protagonista niño y que sus preocupaciones fueran muy densas y relevantes”, recordó la realizadora.
Pero es precisamente el joven Rogelio Ojeda quien resultó ser una figura importantísima para el filme, no pudo haber sido otra persona para el papel, compartió la realizadora. “Creo que no discutimos tanto este tema con Rogelio pero fue como una parte del casting que me sorprendió mucho porque yo les preguntaba a los niños, ‘¿qué crees que pasa cuando te mueres?’”, expresó.
“La mayor parte de ellos como que me decían, ‘Pues te vas al cielo’, como que ya tenían esta idea aprendida desde la familia o muchos también mencionaban la peli de Coco y Rogelio simplemente dijo ‘pues nada, o sea, créditos finales, fin de la película’ y como que esa visión existencialista, me impresionó, este es el niño”, dijo.
Monstruo de Xibalbá también tiene su lado peculiar en estas amistades que en primer plano creeríamos imposibles resultan ser las más sinceras y entrañables.
“Pues el monstruo es mi es mi papá y el personaje estuvo basado en él como desde el principio, yo a veces como que decía. ‘Ay, qué diría Emilio de esto’ entonces le marcaba y le decía ‘qué piensas de la fe, qué es la fe’ y me decía ‘creer en lo indemostrable y pensar que hay mérito en ello’ y yo solo tomaba notas, muchas cosas fueron así”, expresó.
“Creo que ese personaje lo hace como en una parte muy ermitaña de mi papá, en una parte hasta un poco negativa y aislada y pues creo que de ahí el personaje ya tenía como cierta verdad, porque no era completamente inventado, estaba muy basado en alguien que conocía muy bien”, siguió.
“Luego cuando encontré a Rogelio e hicimos un par de castings juntos no los quise mezclar demasiado para que hubiera esta distancia y esta incomodidad entre ellos, pero pues sí eran una pareja peculiar como muy adorable”, complementó.
Pese a traer torta bajo el brazo Monstruo de Xibalbá se presentó favorablemente en la selección oficial del FIC Monterrey y anteriormente tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Edimburgo el filme tardó 14 años en ser filmado.
“Cuando la mandé para con una convocatoria de IMCINE, el jurado dijo, ‘no es una película para niños, no es para adultos y no es sobre la cultura maya’ y sí, todas esas cosas son ciertas, no sé por qué tendría que ser una u otra, pero tal vez era difícil de imaginar en papel”, comentó.
“Creo que cuando hice mi corto Sol del llano, como que ya podía haber un voto de confianza, porque sí se veía que había decisiones bien tomadas, que había una película emotiva, que tenía su fuerza, que le había ido bien en varios festivales y creo que a partir de ahí la gente que toma las decisiones podía ver un trabajo terminado mío, tal vez era más fácil imaginar esta pieza”, recordó.
Además Monstruo de Xibalbá ha sido seleccionada por el festival de Cine Internacional de Cine de Gijón que se celebrará en noviembre en Asturias, España, en su sección FICX Premiere.
“Me gustaría sobre todo que haya mucha gente en las funciones, eso sería espectacular y no sé, no tengo miedo porque o sea, en Edimburgo se presentó cuatro veces y todas las veces había una respuesta muy chida de parte del público, creo que la película la depuramos a tal grado que se volvió como una cosa muy sincera, que le llega como a todo tipo de gente ”, concluyó.
Monstruo de Xibalbá compite por Largometraje Mexicano de Ficción en el FIC Monterrey con los filmes Todavía conmigo de Alfonso Pineda Ulloa; El mirador de Diego Hernández; Fragmentos de olvido de Rubén Villa; Jícuri, Viaje al país de los tarahumaras de Federico Cecchetti; y La puerta verde de Guillermo Vejar.
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