En el marco de la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) se presentó en una gala el estreno mundial de la cinta Maquíllame otra vez, una comedia que reúne a un gran cast de actrices para contarnos un relato citadino de amistad, sororidad, arte y clases sociales. Crónica Escenario estuvo presente en la charla que ofrecieron las protagonistas en el certamen: Ilse Salas, Paulina Gaitán, Regina Blandón, Martha Claudia Moreno y Tamara Vallarta, junto con el director chileno Guillermo Calderón, donde ahondaron más en algunos detalles de esta ópera prima y que recuperamos para este texto.
“Teníamos nervio de hacer una comedia, de explorar un mundo completamente distinto al que estaba acostumbrada que era el drama y de repente aventarnos el reto de explorar un tono completamente distinto. Y así, darnos cuenta que funciona al estar con unas compañeras muy talentosas. De repente, dejas de pensar en la actuación y solo fluyes. Pasamos del temor inicial al disfrute enorme al final con un resultado que, a la vez, me gusta”, comenzó comentando Gaitán al respecto de este cambio de género en su carrera.
El filme cuenta la historia de Alexandra (Ilse Salas), quien reaparece en la vida de Ana (Paulina Gaitán) y Rita (Regina Blandón) para ofrecerles trabajo como maquillistas en una boda. Lo que ellas no saben, es que Alexandra está pasando por una de sus -ya conocidas -crisis amorosas, y que tiene la habilidad de involucrarlas en todos y cada uno de sus enredos, lo cierto es que Ana y Rita están en bancarrota, por lo que necesitan desesperadamente el dinero; así que la única salida que tendrán es tratar de rescatar a Alexandra -sin volverse locas- en el intento.
En Maquíllame otra vez, la química entre los personajes es fundamental para que la comedia y la historia se desarrollen de buena forma, por lo que Paulina habló un poco de cómo se creó esa parte a partir de sus roles. “No fue tanto un proceso de ensayo en la creación de los personajes sino de platicarlos y entenderlos, que nos quedara claro de dónde venía cada una de ellas para poder tener la libertad de improvisar o de expresarnos porque luego pasa que hay realizadores que buscan algo muy definido y está bien. Pero con Guillermo (Calderón), el director, fue una comunicación propositiva que se volvió una visión en conjunto. Fue realmente un trabajo en equipo que se traspapeló a nuestra realidad”, dijo.
Regina Blandón agregó: “Hubo una confianza absoluta con el director porque al llegar al set, les actores somos lo más vulnerables del mundo y nos prestamos a ver si nos ha salido bien o no el papel, pero justo el diálogo y la charla abierta, el poder tener esa confianza de aventarte y saber que está bien, me parece que fue algo que Guillermo nos brindó a todas y se agradece”, comentó.
Calderón, que antes había trabajado como guionista al lado del cineasta chileno Pablo Larraín, declaró que fue una labor interesante donde todo fluyó de buena manera. “El mejor consejo para dirigir con gente tan talentosa involucrada es quitarte de en medio. Así que solo dices haz esto y esto y ellas arrancan. Realmente no hubo mucho que hacer. Cuando uno dirige, o al menos para mí, es fundamental tratarnos de igual a igual, sobre todo cuando te pones en manos de profesionales que llevan más experiencia que tú en esto. Simplemente hay que reconocer la capacidad, el trabajo y talento de las otras personas para de ahí partir y sacar adelante todo”, explicó.
La cinta, entre sus detalles, muestra al Ángel de la Independencia como cierto símbolo que siempre está presente en la narrativa de estas maquillistas. Blandón reflexionó acerca de ello: “Como mexicana y muy chilanga que soy, nunca había pensado en él como un emblema de la ciudad. Me gustó la forma en que Guillermo lo menciona y que se diga que nos cuida a unos más que a otros. Una de las cosas que más me intrigaba era justamente la cabeza del Ángel que existía en el departamento de nuestros personajes. Nunca me cuestioné el porqué, si cabía o no, sino que se me hizo algo tan natural de las personajas y para mí es suficiente ese halo que transmitió de protección a unos y otras, una presencia que existe y la explicación que ellas le dan es muy bonita”, mencionó.
Para Calderón, dramaturgo con experiencia en teatro, le parecía interesante hacer una comedia muy a la mexicana, algo que no le costó mucho trabajo hacer. “La presencia mexicana en toda Latinoamérica es muy fuerte. Sobre todo en la época en la que estaba Cantinflas, El Chavo del Ocho y otros comediantes por lo que, a pesar de ciertas palabras en el lenguaje habitual mexicano, no fue difícil habituarme. Esto es porque la comedia tiene su propio lenguaje y me parece que es universal. No tenía miedo a conectar con ello realmente”, afirmó.
Otra de las bases temáticas es, sin duda, el maquillaje, una herramienta que, aunque parezca ocultar algo, para Paulina Gaitán funciona como un acto de liberación. “No creo que oculte nada. Al contrario, muchas veces es un aliviane, un lugar de confort, de creación contigo misma, de buscar otras formas de expresarte. Por eso no sólo es importante ese tema sino el poder visualizar la labor de las maquillistas, de esas mujeres que cuando llegamos a llamados a las cinco y media de la mañana son las primeras que nos ven y que a veces hasta de psicólogas lo hacen. Quisimos demostrar el trabajo de esas personas que trabajan en el medio que a veces no se les aplaude tanto y que resultan fundamentales, porque el maquillaje lo es todo”, dijo.
Blandón ahondó en la importancia de dar voz al trabajo de las maquillistas, una labor importante que pocas veces recibe el reconocimiento debido. “La mayoría de elles tiene una idea de que no hallan cómo poder estar en el mundo y este oficio se los dio. Es una forma de hacer sentir a otra persona lo que viven. Ellas tres, que son nuestros roles, tiene una forma de hacer arte y a veces salen con estilos a lo Madonna o Lady Di. Es como si vivieran otras vidas y a través de ello estuvieran presentes con esa forma de expresión”, declaró.
Tamara Vallarta, que ejecuta un pequeño rol en el filme, también considera que el maquillaje es algo fundamental con lo que se relacionan mucho los actores y las personas en la sociedad. “Cuando tú tienes una máscara eres otra persona. Como actores, nos pasa mucho eso al hacer un papel. Eso de alguna forma nos ayuda a aprender más de nosotros mismos, porque abres profundidades a las que quizá no te lanzabas. Creo que el maquillaje te abre esos portales y me parece que es tan original y enriquecedor, siempre buscamos esa originalidad nata pero si abrazas lo único que ya eres, eso es la creatividad libre. En los maquillajes de ellas, lo ves todo el tiempo, ese aire de liberación y unidad que resulta inspiradora. Aunque también salen sin maquillaje en algunos puntos donde ofrece esa reflexión acerca de la libertad de uno mismo”, manifestó.
El maquillaje resulta ser tan poderoso que, para algunos, puede borrar las inseguridades ocultas inherentes. “Creo que es parte del ser humano tener esas inseguridades que a veces son bastante fuertes. No somos diferentes a nadie, solo somos actrices y podemos hacer un personaje que sonría por una alfombra roja unas tres horas pero lo que hay dentro de nosotros es como lo que todos enfrentan. Miedos, una necesidad de aceptación por lo que hacemos. Somos más frágiles de lo que parecemos, solo que depende de la persona, si lo guardas o lo externas”, meditó Gaitán.
Por su parte, Ilse Salas señaló la importancia de mostrar una problemática de clases sociales a las que las personas dedicadas a este oficio y muchas otras se enfrentan en su día a día: “Es una capa que no se ha mencionado mucho pero me parece crucial en esta cinta. Las maquillistas se dedican a hacer glamoroso un mundo que muchas veces no les pertenece. Es muy bonito que la premisa muestre cómo estas personas se dedican a ello”, comentó.
“Con mi personaje, incluso hay cierto contenido racista, pues es una mujer que afirma ese tipo de clasismo y discriminación a la que enfrentan. Me encanta que habitemos el mundo de estas maquillistas sin caer en un victimismo sino que está chingón su mundo y son mujeres trabajadoras a quien eso no les impide también glamurizarse ni divertirse o embellecerse. Aunque los medios etiquetan estos estereotipos constantemente. Acá, sin ser aleccionadores, lo representamos y es algo que me parece muy bello”, añadió.
Aunque la comedia es uno de los géneros más populares en el mundo, en México se producen muchas cintas de esta clase que son muy fallidas. Martha Claudia Moreno profundizó en esta cuestión. “Creo que hay una concepción errónea de la comedia mexicana y además existe una influencia enorme de Hollywood que ha permeado o construido este género. No es mejor ni peor, solamente es otro tipo. Pareciera que se cree que la comedia solo cabe en una cajita pero no es así. Hay veces que surge de una experiencia, de cuando te suceden cosas en la vida y de pronto te ríes de lo que pasó. Eso, para mí, es lo que me gusta hacer y es interesante explorar. Pero está bien que exista un abanico de posibilidades”.
“Hay que recordar que en el drama hay mucho humor, que en dolor también hay risa. No es tan sencillo delinearla a un solo estilo o tipo, sino que existe esa variedad. Pero, como mexicanos, estamos muy cercanos a ese tipo de comedia existencial como El Chavo del 8 que era un niño de la calle que vivía en un barril, algo que si lo piensas bien, no es tan chistoso, pero funciona. Maquíllame otra vez se une a ese tipo de relatos, donde hay partes que duelen pero le van dando la vuelta hacia la comedia y eso me emociona, me hace sentir más empatía”, agregó Salas.
“En México, somos expertos en reírnos de nosotres mismos y creo que hay mucho de eso ahí. Mientras más real sea lo que le pasa a alguien, más divertido resulta. Si alguien cruza y se cae, compruebas que la persona que sufrió la caída esté bien y después te ríes. La comedia es algo espontáneo, surge de algo que te saca de lo esperado y creo que en esta cinta todo mundo se puede reflejar con los personajes, pues hay una historia de amistad que demuestra que, en buenas y malas, siempre hay un cúmulo de personas que te va a apoyar. Eso es lo que me llama a mí de esta historia”, acotó Regina.
A pesar de ello, es inevitable pensar que la comedia ha sufrido cierto desaire por convertirse en algo muy genérico que no aporta mucho. Sin embargo, para Ilse Salas no todo es así. “Hay un desdén hacia la comedia porque comercialmente es lo que se hace más pero también se usa en cintas donde ofrecen otra profundidad a través del humor, porque no solo buscan hacer reír sino que ofrecen una reflexión interesante”. Paulina Gaitán añadió: “No todo es de esta índole, no todo tiene que ser el absurdo pastelazo, porque me parece que hay para todos”, dijo.
Finalmente, Regina Blandón expuso: “Hay veces que este género te muestra cosas que no generan un buen impacto. Me parece que en cuanto a los chistes y el tipo de humor, estamos en un buen momento para abrir más los ojos ante nuestro contexto. El poder reflexionar sobre lo que debemos burlarnos o no, ya nos permite tener un valor diferente para poder escuchar aquellos de los que nos reímos de repente y que no les hemos oído atentamente. Estamos en una época de extremos donde se tiene que encontrar un balance y ahí vamos”, concluyó.
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