Escenario

‘Matilda’: Una película que celebra la curiosidad y las travesuras de la infancia

CORTE Y QUEDA. El director Matthew Warchus se pone al frente del proyecto fílmico luego de haber alcanzado la gloria en Broadway con una obra musical, esta vez para Netflix

La directora Trunchbull intimida a una alumna
El filme ha cautivado a la crítica y al público en general. El filme ha cautivado a la crítica y al público en general. (CORTESÍA NETFLIX)

Volvamos a ser niños, sentarnos frente al televisor en Navidad con nuestros regalos nuevos que nos trajo Santa Claus y disfrutar de ese momento de nuestra vida que atesoraremos por siempre.

Recordar nuestra infancia siempre llega acompañado de buenos momentos nostálgicos, nos trasladamos a un punto de nuestra vida en que todo parecía más sencillo y es emocionante sentir que transmitimos lo mismo para los seres queridos que nos acompañan en esta nueva generación, pero también el ser niños implicaba cierta rebeldía y poder lograr más de lo que nuestra edad nos permitía.

Matilda es justo eso, una niña que quiere lograr más de lo que le muestran enfrente y no quedarse conforme su realidad y las injusticias que vive día a día con sus padres que no sienten la mínima empatía o compasión por ella y que al mandarla a la Crunhem Hall, se encuentra con la directora que es el mal encarnado llamada Tronchatoro.

Conforme pasen los días se dará cuenta de que con la frustración que siente puede lograr una revolución con sus compañeros de clase y también en ella misma lograr un cambio que la hará excepcional.

Basada en el libro de Roald Dahl del mismo nombre y a su vez en la obra de teatro musical muy aclamada en Broadway, Netflix consolida una nueva adaptación de esta historia llevándola a un nuevo nivel escénico con una perspectiva más renovada a las nuevas generaciones. Si bien muchos de nosotros conocemos y añoramos la versión de 1996 dirigida por Danny DeVito, hay que aclarar que no es una adaptación de lo que él hizo en ese entonces por lo cual las comparaciones distan mucho de ser justas entre sí.

En esta ocasión toma la dirección Matthew Warchus, quien a su vez también dirigió la obra musical, por lo cual el nivel de familiaridad que tiene con la historia se ve reflejado en las escenas y canciones con las que armoniza la película, muchas de ellas se sienten como ver una obra de teatro montada en un gran set de filmación con mucho presupuesto y es que es esa su finalidad para no perder el enfoque y ser un diferenciador de lo que ya conocemos y que lo hizo merecedor de diversos Premios Tony por esta misma obra. 

A pesar de las polémicas de la libertad de elección de los personajes y su supuesta inclusión, logran una armonía tan melodiosa e ingenua con cada expresión, vestuario y las impresionantes voces que tienen cada uno de ellos, Alisha Weir es la estelar de esta historia y aunque no tiene una larga carrera en la industria toma el reto de ser protagonista y resalta sus cualidades actorales que debería tener una niña a esa edad, sin exagerar en comportamientos se siente natural con lo que vive en personaje.

Dentro del elenco también está presente la camaleónica Emma Thompson como Agatha Trunchbull, o como en español la conocemos, Tronchatoro, que gracias a la increíble caracterización impone en los niños de la escuela y aterroriza a todos menos a Matilda quien se armará de valor para parar las injusticias que viven, es innegable el alcance actoral que tiene Thomson y en la cuenta oficial de Instagram de Netflix pueden encontrar el proceso de transformación de su belleza a una señora con características más toscas.

Lashana Lynch interpreta a la inocente, ingenua y perjudicada profesora Miel que solo busca enseñar a sus alumnos de una manera diferente y enérgica pero que carga con el peso de un duro pasado, que también desglosan en historia como una narración independiente de lo que sucede, a ella la hemos visto recientemente en Doctor Strange en el multiverso de la locura y aunque no es como la describen en el libro, su integración se siente de manera orgánica y una explicación coherente en cómo se familiariza con Tronchatoro.

La banda sonora está compuesta por Tim Minchin que es mayormente conocido por ser comediante, pero con vasta experiencia en filmes pequeños también musicalizando y que en este momento podría considerarse su auge por encajar cada nota y melodía siendo fiel a la idea original del director y que acompañada de toda la puesta en escena junto con las coreografías logran un gran resultado visual y te inmersa en la historia de manera que no puedes despegar los ojos de la pantalla.

Esta nueva adaptación es una nueva enseñanza de que los niños son traviesos por naturaleza y curiosos que al ser tan limitados buscarán la forma de poder vivir mejor sus propias experiencias, pero sin privarse la experiencia misma que conlleva vivir sus infancias y ser ellos mismos.

Con esto concluimos en que las obras de Roald Dahl en las manos correctas logran una buena adaptación que respeta la original aunque se tomen diversas libertades para transmitir el mensaje ya sea en teatro o en cine o en streaming y que pueda ser igual de disfrutable, no como lo que sucedió con Las Brujas de Robert Zemenckis que no entiende la esencia de su propio relato.

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