Moscas irrumpió en la sección competitiva del Festival de Cine Fantástico de Sitges, noreste español, con gran aceptación por parte de crítica y público que aplaudieron y rieron con este thriller sobre la corrupción política ligada a la construcción con el gran Buenos Aires de fondo.
Dirigida por el vasco Aritz Moreno y protagonizada por Ernesto Alterio en el papel de un empresario de la construcción sin escrúpulos, una interpretación que le va a asegurar muchos premios, Moscas enfrenta a este hombre de negocios poderoso a una situación límite: tras pinchar una rueda, encuentra un cadáver atado al maletero de su coche.
A partir de este hecho, comienza una carrera a contrarreloj para deshacerse del cadáver que va a cambiar para siempre su vida.
En la presentación en Sitges, Aritz Moreno explicó el pasado sábado que la película es una adaptación de una novela del fenómeno de la literatura argentina Kiko Ferrari, llena de giros sorprendentes y de humor negro.
Después de su debut con Ventajas de viajar en un tren (2019), Moreno necesitaba “abrir el espectro” y como le gusta todo tipo de cine, para esta segunda película quería hacer “un thriller un poco al estilo clásico”.
El gran reto de esta segunda cinta fue rodar en otro país, y en concreto en Buenos Aires, ciudad que no conocía: “El productor argentino me dijo que nunca había visto así retratada Buenos Aires, que es una locura de ciudad, un caos absoluto, más teniendo en cuenta que la mitad de la película transcurre en un coche en marcha y está todo rodado en el coche, incluso en una autopista por el centro de la ciudad con coches conducidos por argentinos, sin croma”.
Sobre las pinceladas de humor que despiertan la risa en el público, Moreno señala que le gusta “tratar la violencia de manera accidental” y “provocar al espectador y que se sienta un miserable riéndose de algo que es grave y tremendo, un poco como hacen los Coen” y añade que “se puede hacer algo divertido y al mismo hablar de cosas muy importantes y serias”.
Alterio piensa que viendo la película se puede pensar en “alguien que no quiere ver la realidad y al que el mundo se le viene abajo después de un hecho sorprendente, alguien de mucha actualidad en las últimas semanas en España y que era responsable de una modalidad deportiva”, dijo entre las risas de la prensa.
El desafío es “hacer atractivo para el espectador un personaje que en una primera lectura te resulta muy desagradable, y aunque tienes la tentación de defenderlo, de justificarlo, cortas con eso rápidamente y vas más a saco, a fondo”.
A juicio del actor, “esta historia sucede en Argentina, pero podría pasar en otro lugar, porque la viveza criolla viene de la picaresca española, es ese disfrutar siendo ilegal, sacando ventaja”.
Con el papel de Alterio en Moscas confirma su máxima de diversificarse en sus trabajos, de hacer un personaje diferente cada vez: “Más allá del cambio físico, lo maravilloso es llegar al corazón de la gente”.
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