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Tras un año de su primer Lunario, el artista español, Muerdo regresó de nueva cuenta al escenario del recinto la noche de ayer para presentarse con su tour Gira y cambia todo. Previo a la aparición del artista originario de Murcia, en compañía de una guitarra el músico y compositor chileno El Mulu, dedicó unos minutos a los presentes interpretando para ellos algunos de sus temas como “La del corazón”, “Barreras de cartón” y “Estar mejor”, por mencionar algunas.
La hora pactada finalmente llegó y tras la aparición de sus músicos (argentinos) el escenario, el cual estaba delicadamente adornado con ramos gigantes de naturaleza muerta en cada extremo de la escena, el también poeta salió antes sus más fieles seguidores entre gritos, ovaciones y aplausos.
“El público latinoamericano es entregado, muy consentidor, regalón, pasional y gritón, a veces invasivo y no lo digo como algo malo; en el caso específico del público mexicano es más de emocionarse al borde del llanto, siempre con un grito salido de lo más profundo de sus entrañas, disfruto mucho cada que vengo porque la pasión y energía que te entregan es indescriptible”, contó Muerdo en entrevista concedida a Crónica Escenario previa su concierto.
Muerdo no solo consintió a los asistentes con las interpretaciones de “Lejos de la ciudad”, “Vueltas”, “Semillas”, “Luz natural”, “Llegué hasta ti” y “No me sigas”, sino también con invitados especiales como Ojal de Ajaw, Lengualerta, Celeste Sanazi, Pablo Lesuit y Nya de la Rubia.
Actualmente, Muerdo ofrece un espectáculo integral, con una banda que lo acompaña e invitados en cada presentación, pero la primera vez que visitó México lo hizo para cantar una sola canción, se trató de una colaboración para el disco del cantautor Paco Álvarez en 2013: “Volver a México para nutrir de nuevas influencias es indescriptible, la posibilidad de seguir haciendo conexiones con un país que tiene un acervo cultural y musical no tiene precio”, dijo.
“Tendré canciones”, “Canto pa’l que está despierto”, “Sendero de paso lento” y “Canción de la carretera”, también resonaron en el concierto que para Muerdo junto con su ya conocido mensaje social. “Para mí es natural que el mensaje social esté presente. Creo que como ciudadanos hay cosas que nos interpelan, injusticias, problemas, preocupación por el medio ambiente. Afortunadamente tengo un trabajo que me permite externar la preocupación que tengo, es un altavoz un medio de expresión que les puede servir a quien no se puede expresar”, destacó.
En la entrevista citada en esta nota, Muerdo destacó que los conciertos van más allá pues los percibe como un ritual, una conexión energética que va más allá del intercambio musical: “Cómo buen ritual obviamente tiene diferentes fases, quizá también como lo tiene un viaje. Es un encuentro en el que tanto el público como los músicos estamos proyectando una energía con cierta intencionalidad que compone un acto mágico”, explicó previo al concierto.
Y en efecto es un ritual, las luces y los detalles sobre el escenario ya daban muestra de eso, sin embargo el momento místico se dio luego de que terminar con el repertorio musical de la noche, pues Pascual, la mente detrás de Muerdo, bajó del escenario, brincó la barrera que contiene al público y se perdió entre los asistentes mientras entonaba un tema con momentos vocales que bien podrían pertenecer a un ritual africano, acompañados por golpes en el suelo del recinto que simulaban latinos por parte de sus fans, sin duda el momento más especial de la noche.
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