Durante el pasado Festival Feratum se presentó una cinta de época medieval peruana, La Era Olvidada del cineasta César Miranda, protagonizada por Muki Sabogal, actriz de cine, teatro y tv, directora y creadora interdisciplinaria nacida en Polonia y criada entre Cracovia y Cusco cuyo camino la ha traído a México para continuar expandiendo los horizontes de su carrera. En Crónica Escenario charlamos con esta joven artista acerca de este filme y todos los sueños que tiene por cumplir.
Sabogal, anteriormente conocida por la popular cinta peruana Videofilia (y otros síndromes virales), recordó ese momento de reconocimiento súbito que la tomó por sorpresa. “Para ser honesta, siento que lo que pasó con ese proyecto fue una ola a la que no me supe subir tan bien. Estábamos en festivales en Europa, pude viajar a Polonia con el certamen Nuevos Horizontes. Pude conocer más directores, productores y más pero cuando me preguntaban dónde vivía y les decía que en Perú, era como cierta distancia. Pero creo que ese habría sido un buen momento para migrar a Europa o en todo caso venir a México, porque hay una conexión muy presente con este país, con Estados Unidos y el continente europeo”, confesó la actriz.
Después de ser nominada a Mejor Actriz Peruana en el 2016, Muki se reencontró con César Miranda, director de La Era Olvidada, con quien laboró antes en el corto La Bestia más Feroz. “Desde que César estudió en Polonia, se apasionó mucho por lo medieval. Allá hay mucha producción audiovisual, tanto histórica como fantástica. De hecho, ese proyecto que grabamos juntos, tiene la misma línea de La Era Olvidada, ubicada en un lugar que no puedes relacionar específicamente a un país ya que, por momentos, se desdibujan las fronteras y no se diferencia cuándo es Perú y cuándo Polonia. Ambas plantean un nuevo lugar y ese es el parentesco entre esos trabajos”, expresó.
“Para este largometraje fue un proceso muy largo. César ganó el premio Ibermedia para desarrollo de proyecto en el 2012, y luego estuvo buscando financiamiento para hacer la película, pero la verdad es que es un género muy, muy complicado, porque era la primera película épica que se grababa en Perú. En general, no es algo que se realice mucho en Latinoamérica. Decidió trabajar por su cuenta, y ahorrar para poder grabar cierta parte, luego consiguió financiamiento para la postproducción y la distribución. Se estrenó apenas en 2022, así que fueron diez años de proceso”, agregó la multifacética peruana.
Ese largo camino, parte innata de los proyectos que normalmente se hacen en Latinoamérica, es algo que, como artista, Muki comprende como algo agotador. “Es muy laborioso este tema, porque por el hecho de que el cine es un arte más demandante en ese sentido. A diferencia del teatro y de la danza, que se pueden hacer con muchos o bajos recursos, acá todo se aplaza, sobre todo si estás esperando, postulando y esperando respuestas o patrocinios. Agradezco que César fuera perseverante y que haya logrado terminarla. Estarla festivaleando ahorita me alegra mucho”, apuntó.
Afortunadamente para Muki, su trabajo en este largometraje le ha dado interesantes aprendizajes. “Grabé un monólogo llorando que no quedó en el corte final, y fue interesante mi proceso en ese momento porque todavía no había actuado en tantas cosas y sentí que estaba con un síndrome del impostor, preocupada por lograr transmitir este dolor. Y cuando lo actué, todo el crew me aplaudió y eso nunca me había pasado. Siento que, a pesar de que muchos o nadie vea la película, en general para mí mi proceso como actriz si fue como un paso para confiar más en mí y conocer de qué estoy hecha”, afirmó.
Y hablando del resto de los personajes en La Era Olvidada, Sabogal resaltó cómo todos en el cast compartieron un aprendizaje interesante durante la realización. “Siento que para todos los histriones que nos tocó actuar en esta película nos ofreció un reto por el hecho de que la historia depende mucho de la corporalidad o la importancia de nuestras expresiones. Además, poder actuar en espacios tan extremos o tan grandes donde puedes imaginarte como ser humano. Creo que también le pasa al espectador, ofrece una reflexión personal acerca de lo que harían si hay una lluvia torrencial en ese espacio que sale en la cinta y la cuestión de cómo lograr un refugio a tiempo. Ese sentido realista de que si me desbarranco, si hay suficiente comida, o me están persiguiendo para matarme. Es imaginarte en el extremo en el que tengas que luchar para sobrevivir. Poder imaginárselo, pues, como actor, es delicioso y como público también”.
Asimismo, la complejidad que todos tienen en La Era Olvidada es un rasgo que también destaca la actriz. “Como actores, uno de los primeros ejercicios de definir a tu personaje es ponerle adjetivos y mínimo tiene que tener dos negativos o dos positivos. O sea, no puedes inclinarle toda la balanza hacia un lado o hacia el otro porque es lo que lo hace humano, el tener ambos espectros. Si no, se vuelve una caricatura. En ese sentido, lo que me gusta justo de mi rol, ahora que lo veo a la distancia, es que ella está también tratando de sobrevivir y eliminar a esta amenaza pero no le es fácil. Ella tiene una contradicción interna en la que quisiera no tener que hacerlo”, reflexionó.
Esta dualidad se ve aderezada con el factor de la venganza, un tema clave para el relato fantástico medieval de Miranda. “Se me hace muy interesante ese tópico pues la sola palabra significa que alguien te hizo algo, o refiere a que alguien le hizo algo a esa persona y por eso ella toma represalias. Entonces el vengador ha sido, directa o indirectamente, atacado. Por ende, es una víctima y victimario al mismo tiempo. La película justo siento que te expone a pensar en esto, de que tal vez el gran villano no es tan malo en realidad. Aquí se muestra muy humano y eso me parece interesante también, que a diferencia de la mayoría de películas en las que está claro quién es el bueno y quién el antagónico para decidir de qué lado tiene que estar el espectador, en este proyecto no hay eso. Es bueno y malo por igual, rompe la forma clásica de cómo se presenta”, señaló Sabogal.
Sin embargo, la también directora y creativa joven peruana habla de las dificultades y distinciones que implica generar historias de esta índole. “Creo que dentro del cine de género hay ciertas diferencias. El terror tiene más público. Con la ciencia ficción hay menos trabajos pero tengo una sensación que, en realidad, se está subestimando al público y que todavía nos estamos quedando en hacer cosas que a la gente ya no necesariamente les interesa. Por otro lado, está el hecho del cine del status quo que funciona en festivales que seguimos haciendo para ganarlos, pero no necesariamente a la gente le gusta. Pero tampoco se trata sólo de agradar pues si así fuera, solamente haríamos cosas de fórmula. Ahí existe un equilibrio interesante que, también como creadora, me gustaría abordar. Que sea algo que la gente entienda, pero no dárselo de forma tan simple”, manifestó.
Hablando de su carrera y las metas por cumplir, Muki no dudó en apuntar que ella busca crear narrativas que trasciendan. “Desde mi lado, como artista, sí creo que me interesa hacer cosas para la gente no dándoles en el gusto total. Me interesa mezclar un poco de experimentalismo, pero no del todo, que haya cierta narrativa. Sé que la gente está abierta a ver cosas distintas pero creo que, en cierto sentido, a veces se ofenden de que sienten que se entregan y van a ver tu película, pero no les estás ayudando a entenderte y eso crea una brecha”.
Por ello, el siguiente paso en su vasta carrera es justamente abrirse paso a nivel internacional y seguir creando con gente propositiva. “Estoy internacionalizando un poco mi carrera y luego veré a dónde me sigo moviendo. Me he quedado ahora en México porque sí lo siento como un país muy hermano, me siento muy cómoda acá. La gente es muy amable, muy divertida, hay una magia en este país increíble. Quiero hacer más cosas, impulsar más mi carrera como directora también. Vengo muy inspirada para seguir haciendo cosas y viendo las oportunidades que hay como la residencia de guion en Feratum. Además, tengo un corto en postproducción llamado Misión Terra que es de ciencia ficción en el que actúo de extraterrestre y que también dirigí en Cusco. Tengo la idea de postularme a los apoyos y fondos para poder avanzar más y formar parte de la gran camada de artistas en el género como Sandra Becerril, Michelle Garza Cervera, Rafael Macazaga o Amat Escalante, que son una inspiración para mí”, declaró.
“Además, la primera parte de mi corto de ciencia ficción fue grabada en Perú, pero ahorita la edición la hizo Francisco Rivera, que es mexicano, y los efectos visuales y especiales los está haciendo Cacomixtle, ellos son los que están haciendo la post, y también la colorización, la post-imagen, todo. Entonces ya se volvió un proyecto peruano mexicano”, concluyó la actriz.
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